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LA ALIANZA DE EEUU E ISRAEL

LA ALIANZA DE EEUU E ISRAEL

MADRID-ESPAÑA  (especial para PrensaMare)  Por un determinismo histórico, y por conveniencias estratégicas, EEUU e Israel conformaron una alianza que se extiende por décadas.

En algunos momentos pareciera que sus relaciones se tensan, pero al final el poder estadounidense cede y se alinea a la política israelí.

La llegada al gobierno de Joseph Biden hizo ilusionar a algunos en el sentido que la relación de EEUU con Israel cambiaría y ello posibilitaría que el pueblo palestino avance en la defensa de sus derechos.

Una ilusión propia de quienes se niegan a conocer o reconocer la verdad de las relaciones hiper-dependientes (hacia uno y hacían otro sentido) entre EEUU e Israel.

Poco después de cumplir sus 4 primeros meses como mandatario, ya Biden ha dejado en claro que –respecto a Israel-, mantiene la misma posición que el republicano Donald Trump. Lo que demuestra que en lo que respecta a la relación entre ambos países, EEUU no muestra diferencias entre demócratas y republicanos.

Días antes que Israel lanzara su criminal ofensiva de 11 días sobre la ocupada Franja de Gaza, el exmandatario Trump acusó de “debilidad” (de Biden) porque no apoyaba al gobierno de Benjamin Netanyahu. Pero ese apoyo público no tardó en llegar: apenas unas horas más tarde de comenzar los ataques israelíes sobre Palestina, Biden dijo que Israel tenía derechos “a defenderse”

Días más tarde se encargó de ordenar el bloqueo a una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pedía un cese de hostilidades en plena ofensiva israelí.

De esta forma, ha quedado nuevamente en evidencia el apoyo incondicional de Washington a Israel. Esta política no es nueva y tiene su inicio oficial cuando gobernaba Lyndon B. Johnson (en 1967).

Cambian los presidentes y legisladores en ambos países, pero la alianza estratégica se mantiene inalterable. Que Trump haya retirado la ayuda social a Palestina en agosto de 2018 no difire mucho con que Biden la haya restituido. Se trata de apenas 150 millones de dólares para la organización ‘humanitaria’ creada por la ONU, más otros 75 destinados a Cisjordania y Gaza, y otros 10 para respaldar el proceso de paz (¿?).

Esto último suena muy cínico, si se tiene en cuenta el apoyo que dio Biden a los ataques de 11 días de Israel sobre Gaza.

Frente a esa ayuda, EEUU destina anualmente a Israel la suma de… 3.000 millones de dólares para lo que denominan: “desarrollo internacional” (¿?).

Igualmente, mostrando su odio y racismo, desde Israel se quejaron porque Biden devolvió la ayuda estatal para Palestina…

Pocos se han enterado que en tiempos de Trump (septiembre de 2017), EEUU abrió la primera base militar permanente de su país en el interior de la base militar local, donde funciona la Academia de la Fuerza Aérea israelí (en el desierto de Néguev).

Pero para que no queden dudas de lo que hacen demócratas y republicanos respecto a esta alianza, es bueno recordar que las negociaciones para abrir dicha base USA en Israel comenzó a trabajarse en épocas de la presidencia del demócrata… Barack Obama (y donde Joseph Biden era su vicepresidente).

Inclusive funciona en el centro de investigación nuclear (en Dimona, Israel) un radar al este de esa ciudad para proteger tal base.

Inclusive Biden ha anticipado que aprueba una nueva venta de armas a Israel. Un tema donde los intereses se encuentran entrelazados. Por las empresas militares israelíes trabajan en estrechísima colaboración con sus pares estadounidenses. De allí que se considera que la decisión de Biden de venderle más armas solo responde a los intereses del poderoso lobby militar estadounidense.

Israel, EEUU y la prensa occidental se encargó de mostrar los 11 días de ataques israelíes como una “defensa” ante los ataques de Hamas. Pretendiendo victimizar a Israel y a la vez buscando ‘igualar’ una pelea extremadamente desigual. Tanto es así que el balance de los 11 días de ataques de Israel y de la resistencia palestina arrojó 232 palestinos (de los cuales 63 eran niños). Mientras que las víctimas fatales en Israel fueron 12 fallecidos. Con más de 120.000 palestinos desplazados (el 5% de su población en Gaza), frente a ningún israelí. Y ni qué hablar de los daños materiales, donde Israel demolió edificios, viviendas e infraestructura (caminos, electricidad, escuelas, hospitales, y hasta el único laboratorio para atender la pandemia).

Lo que no preveían ni EEUU ni Israel es que por primera vez en su historia se produciría una reacción dn suelo israelí de parte de los árabes de nacionalidad israelí o los árabes en diferentes ciudades de Israel.

Este último enfrentamiento se produjo de manera planificada, pues Israel lo efectivizó al final del Ramadán. Y por si fuera poco, el 15 de mayo, cuando los palestinos sufrieron la Nakba (la catástrofe que recuerda la expulsión y éxodo de su pueblo entre junio de 1946 y mayo de 1948).

Nada es casual. Todo demuestra un claro sadismo, donde el poder estadounidense no puede mostrarse como ‘observador’ o ‘distante’.