MONTEVIDEO-URUGUAY (por Jorge Aniceto Molinari)  (Abordando eso gris, que parece la teoría). A propósito de los 50 años del golpe de Estado, y despuntando nuestro gusto por los aniversarios en cifras redondas.

En el 2008 a propósito del aniversario del mayo francés se promovió por parte de la Dirección de Cultura de la intendencia Departamental de Paysandú un conversatorio –ahora se le llama así- sobre ese acontecimiento.

En Youtube pueden escuchar lo que fue mi intervención en el mismo: “luis14051899”, que mucho tiene que ver con lo que señalamos, en que marco ocurren estos hechos.

Lo hemos analizado; el libre comercio demolió, o mejor expresado, inició la demolición del feudalismo. Los llamados Estados Nacionales nacen en ese proceso. En América del norte se canalizaba una potente emigración europea, que a su vez no era la única. Su proceso de constitución en nación es como el chino, o el ruso, de una riqueza inmensa.

Sobre las civilizaciones indígenas de esa zona los invasores europeos constituyeron una nueva sociedad que entre otras cosas debe su unidad a la tecnología: el ferrocarril, que imponiendo el comercio los asoció.

En el sur del continente, eso no fue posible, aún cuando los Libertadores –todos- aspiraron a esa unidad, lo que hizo se diera paso a apetitos menores y más inmediatos, en la conformación de las oligarquías nacionales.

Es sobre ellas que dio los primeros pasos del que sería por un tiempo en la historia, el desarrollo en este continente de un imperialismo –llegó a ser el más poderoso en el mundo- y que todo lo pasaba en estas zonas estuviera bajo su tutela, a través de los lazos políticos, militares, judiciales, periodísticos, sindicales e incluso religiosos.

Sin embargo en  todos los países se dieron corrientes, con contenido histórico, que hicieron el esfuerzo de pensar con cabeza propia, aun con los impedimentos del imperialismo.

Siempre preocupaba a los otrora viejos imperialismos lo que pasaba en estas tierras, recordemos el juicio de Churchill sobre Perón, y más aún luego que en 1959 triunfa la revolución cubana, que fue alentada con el propósito de derrocar al dictador Batista que estorbaba a los yanquis, y esta toma un camino propio barriendo con los instrumentos de penetración que se utilizaban en los demás países del continente.

EE.UU. trató de derrocar la revolución, fracasó porque esta contó con el apoyo de la Unión Soviética y del llamado campo socialista.

Estos hechos marcaron la estrategia de los servicios de EE.UU. trataron de ahogar económicamente a la revolución y por otro lado alentar movimientos guerrilleros para dividir los movimiento populares sabiendo que grandes sectores juveniles sentían la necesidad de hacer su revolución “cubana”.

Adoptaron la táctica del “aborto” que combinaron con los procesos de represión para lo cual instrumentaron el plan “Cóndor”.

El ejército uruguayo por ejemplo de solida formación artiguista fue penetrado e impulsado a ejercer las más denigrantes practicas de represión.

Trabajaron la moral de los reprimidos y de los represores. La necesidad de terminar con la llamada subversión y la propia guerra fría explicaba todo lo que se estaba haciendo.

A 50 años con 197 desaparecidos -solo en el Uruguay-, las fuerzas populares que expresan su avance aún no van al centro generador de la represión exigiendo a las instituciones democráticas, que también existen en EE.UU., que liberen los archivos del plan Cóndor, donde con seguridad están los caminos para dar a luz los archivos que lleven a los desaparecidos y a los responsables de los mismos en todo el continente.

Acá en el Uruguay es seguro que los militares que aún viven de aquellos tiempos, recuerdan las andanzas en las dependencias militares del embajador Siracusa, por ejemplo.

Mucho se va a hablar en este 50 aniversario del golpe, de la democracia, y poco o nada de los instrumentos que se necesitan fortalecer para que ella exista, por ejemplo los sindicatos, y organizaciones sociales de todo tipo y en particular los partidos.

Estos países están viviendo además la dictadura que a través de la moneda y de los impuestos impone el Fondo Monetario Internacional, que impide por ahora a estos países proyectar un destino distinto al que hoy viven.

Sin embargo hay que comprender que estamos llegando a los límites porque para desarrollarse el capitalismo está desplazando su centro y el del libre comercio hacia una zona de libre comercio –la más grande de la historia- en que intervienen en primer plano países como China y Vietnam gobernados por Partidos Comunistas.

Finalizaba esta pequeña nota y recibo la noticia de que en Guatemala, el hijo del que fuera Presidente Juan José Arévalo, Bernardo,  derrocado por la intervención yanqui, está en carrera para hacer retornar a ese país a las corrientes progresistas que anuncian cambios en todo el continente.