Sab. 27. Jul 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

EL NEO-PERONISMO TRABAJA A FULL CON SU BROCHA (Rodolfo O. Gianfelici)

EL NEO-PERONISMO TRABAJA A FULL CON SU BROCHA (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Mientras Cristina Fernández dio una respuesta política ante la ofensiva de la ‘patria neoliberal’, otros muestran sus limitaciones ideológicas y políticas.

La vicepresidenta anunció su no candidatura en las elecciones del 2023; los otros trabajan por ser ser candidatos.

No es una simple diferencia de acciones políticas, sino contundentes expresiones de entender cómo su puede construir un país para las mayorías, y cómo se puede seguir construyendo un país para los poderosos.

Termina el 2022 y Cristina sigue siendo (desde que se perdieron las elecciones en 2015) la figura política más importante y con más votos del país. Tanto fue así que sufriendo el mayor destrato que se puede imaginar desde la derecha, el neoliberalismo, el antiperonismo, la vergonzante justicia y el poder comunicacional, se puso al frente de la oposición, organizó el Frente de Todos, fue a elecciones y llevó a Alberto Fernández a la presidencia.

Tras la asunción del mandatario (a fin de 2029), la situación cambió, porque el presidente decidió olvidarse de cómo había llegado y –lo peor- porqué había sido votado. Es así que a menos de un año de la elección del 2023, la situación del Frente de Todos es muy difícil.

Por lo menos para quienes creen en dicha fuerza, y quienes son peronistas. Posiblemente quienes confíen en que para el país lo mejor es la alternancia... se sientan satisfechos por la actual (lamentable y pálida) gestión presidencial.

Cristina plantea (aún con las limitaciones políticas e ideológicas del llamado “kirchnerismo”), la participación y enfrentar a determinados poderes. Lo que desde la presidencia no ha sido considerado. De allí que existan quienes pueden tomar la posta de la gestión albertista y avanzar hacia una ‘conjunción’ de fuerzas peronistas, neoliberales y antiperonistas, para ilusionar con una gestión “de unidad nacional” para el período 2023-2027.

En ese sentido, aparecen los gobernadores de Santa Fe y de Córdoba como los principales exponentes, que cuentan con –para qué negarlo- con el guiño de Washington. Tanto es así que desde una importante sede diplomática en la capital argentina ‘operan’ sobre dirigentes de Juntos por el Cambio y del peronismo, para acercarlos y fortalecer una “alternativa” a la dureza macrista (Mauricio Macri, Patricia Bullrich y compañía...) y de Cristina.

Ello sin dejar de lado (o abandonar) la apuesta en favor de Sergio Massa...

Lo cierto que el anuncio de Cristina ha hecho ilusionar a los dos mandatarios provinciales con la posibilidad de aumentar su poder negociador, para sumar voluntades dirigenciales desde las provincias. Consideran que ‘este salirse de escena’ (de la vicepresidenta) deja un amplio espacio vacío que ellos pueden ocupar.

Quien se encuentra posicionado como ‘número 1’ de ese (acotado) espacio es el cordobés Juan Schiaretti, que desde hace años pretende ser ‘la opción’ peronista o neo-peronista totalmente alejado de lo que representa Cristina. Considera que su pensamiento no tiene nada que ver con el Frente de Todos, y así lo expresa cada vez que puede. Pero lo cierto es que hasta ahora no ha podido cosechar absolutamente nada afuera de su provincia.

En el mismo sentido, aparece el ‘número 2’, el santafesino Omar Perotti. El cual al ser reconocido por muchos peronistas como “el más reutemanista de los obeidistas”, ya lo están calificando profundamente en cuanto a lo que es, lo que hace y a lo que aspira.

Coincidentemente (pero no es casual), los dos gobernadores fueron los únicos mandatarios provinciales peronistas que no se pronunciaron contra el fallo de la Corte (en favor de la Ciudad de Buenos Aires).

Claro que sus realidades –a la vez- son diferentes. Schiaretti ha conseguido estrechar lazos con dirigentes de Juntos por el Cambio y hasta (directamente) con radicales. Por su lado Perotti sufre una ofensiva constante del neoliberalismo santafesino, desde su ala derechsta (Juntos por el Cambio) a su ala supuesta ‘progre’ (socialismo).

Ocurre que en territorio santafesino, el antiperonismo cuenta con mucha fuerza, y –tras la derrota electoral de 2019-, apuesta a un “frente de frentes”, donde lo único que los une fuera del discurso, es el antiperonismo militante. De allí que Perotti “está rodeado” y no ha podido lograr ningún acercamiento con Juntos por el Cambio ni el radicalismo; en cuanto al socialismo, ello –si se intentara- resultaría imposible.

De allí que las ambiciones de Schiaretti cuentan con una posible ilusión de crecimiento con aliados neoliberales y derechistas. Mientras que Perotti carece totalmente de esa posibilidad (donde -para peor- se dedicó a garantizar la desunión total del peronismo en su terrfitorio).

Asimismo, los dos gobernadores coinciden en que Cristina “ya fue”, y que al anunciar su no candidatura para el 2023, selló su posibilidad de influir dentro de los peronismos provinciales y el nacional. Un pensamiento limitado por cierto, y propio de quienes se sienten y actúan como partidocráticos, que como movimientistas.

Por ello es casual que Schiaretti ya esté cosechando voluntades como las del empleado del grupo Clarín, el médico radical Facundo Manes; la antiperonista ligada al Grupo Socma, Margarita Stolbizer; y con el inestimable apoyo de la Unión Industrial de Córdoba (UIC); la Sociedad Rural Argentina; las patronales agropecuarias; y el complejo agroexportador.

Pero a la vez hasta con el respaldo público del ‘versatil’ y cercano a Juntos por el Cambio, Fernando Chino Navarro. Dirigente de conducción del Movimiento Evita, que se desempeña en el gobierno de Alberto Fernández como Secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete...

Años atrás (1998), el gobernador radical cordobés Ramón Mestre (padre), y su par santafesino, el neoperonista Jorge Obeid, lanzaron la Región Centro (a la que más tarde se agregaría Entre Ríos). Una propuesta política pensada como ‘contrapeso’ del poder central capitalino, que el poder real (y oculto) aplaudió y alentó imaginando (como va ocurriendo) que ello llevaría a que con el tiempo desaparecieran las diferencias entre los partidos gobernantes. Una suerte de gestión apolítica (¿?), solamente interesada en la gestión y el desarrollo (como si ambos términos no tuvieran sus consecuentes interpretaciones, según cada ideología que las lleva adelante).

Lo cierto es que en estos tiempos, la Región Centro actúa como un contrapeso –en ciertos temas- del gobierno nacional, y totalmente cercano al poder porteño. Qué paradoja... Máxime si se tiene en cuenta que la capital argentina es gobernada por un neoliberal y derechista (Horacio Rodríguez Larreta) y las provincias de Santa Fe y de Córdoba por dos... peronistas (¿?).

Estamos hablando de una Región Centro clave para el país en todos los aspectos que se consideren. Con tanto poder que no se expresaron sobre el tema del fallo reciente de la Corte, con lo cual se posicionaron distantes de los otros 18 mandatarios provinciales.

La realidad muestra que las ambiciones presidenciales de Perotti están ‘haciendo agua’ y solo quedan en pie las de Schiaretti. Lo cual podría hacer presumir que ya ambos han acordado o estén cerca de hecerlo, estableciendo una estrategia conjunta pensando en las elecciones del 2023. Inclusive deben tenerse en cuenta que desde 2015 en adelante, ambas gestiones provinciales han llevado adelante una misma política ante el gobierno nacional (en diferentes temas).

Respecto a la Región Centro, el restante integrante –Entre Ríos- encuentra a su gobernador, Gustavo Bordet, sin cercanía a Cristina.

Les alcanzará a los dos protagonistas como para lanzarse a nivel nacional y desbancar al Frente de Todos...? Aparentemente no. Si bien en política no existen imposibles (observemos el papel que cumple Sergio Massa...) lo que pueden ofrecer Schiaretti (o Perotti) es muy limitado. Es apenas un continuismo del macrismo (2015-2019) con un traje peronista.

Una propuesta tan pobre y desanimada que si se efectúa un recorrido de los comprometidos, allegados y/o aliados que pueden mostrar, no se encuentran a sectores de trabajadores ni de militantes (excepto la ‘agencia de colocaciones’ en que se transformó el Movimiento Evita...).

Se vienen tiempos interesantes para el peronismo, donde cada vez más se juegan intereses que van mucho más allá de las candidaturas. Quienes piensan solamente en esto último, corren el riesgo de quedarse con la brocha en mano, pero sin la escalera...