MONTEVIDEO-URUGUAY  (PrensaMare)  Recientemente Peñarol y Villa Española igualaron 1-1. Se podrá recordar que en minutos del alargue, el portero del segundo convirtió el empate pateando desde su propio campo de juego. Resultado y golazo, formarán parte del anedotario.

Porque lo realmente importante fue que los jugadores de Española, al ingresar y formarse antes del juego, lo hicieron portando una bandera que expresaba: “No olvido, ni perdón”.

A su vez el portero Santiago López vestía una camiseta con la inscripción en el pecho: “Te fuiste sin hablar, cobarde”.

Ambos textos referían a la muerte del criminal y represor uruguayo José Nino Gavazzo. Un tristísimo personaje de la historia uruguaya fallecido en el Hospital Militar montevideano.

Se trató –posiblemente- del ‘símbolo’ de la criminalidad militar de la dictadura que azotó al país años atrás. Un militar “experto” y “especializado” en secuestrar a uruguayos que habían buscado refugio en Argentina.

Las relaciones con los dictadores argentinos le permitió ‘trabajar’ con tranquilidad e inclusive torturar en también en ese país, junto a otros represores (civiles y militares argentinos) en CCD (centro clandestino de detención).

En ese país estuvo acusado; en Uruguay fue llevado ante la justicia y condenado. Murió a los 82 años, llevándose a la tumba todo lo que sabía; manteniendo el pacto de silencio de los criminales, que afirmándose moralistas y muy católicos, fueron incapaces de decir a los familiares dónde estaban las víctimas que el y sus secuaces secuestraron, torturaron y asesinaron.

El porqué desde Villa Española nació esta despedida, es entendible. Se trata de un club que fuera fundado en 1940 por republicanos españoles. Se trató de refugiados que debieron abandonar su país, ante el triunfo militar del dictador Francisco Franco y la instauración de su dictadura. La bandera de la república le dio colores al club.