SANTA FE-ARGENTINA (PrensaMare)  Tras acordar con EEUU, el presidente de El Salvador Nayib Bukele, logró su candidatura a la reelección y le transformó los negocios a las bandas criminales de los maras.

Acordó con sus jefes criminales (con el asesoramiento y beneplácito de Washington) y de resultas de ello:

·         Se propagandiza mundialmente (con el respaldo de las cadenas informativas occidentales y sin cuestionamiento alguno desde las potencias) el militarizar el país y usar a los presos como herramienta de propaganda de su régimen

·         Los jefes maras dejan de lado sus delitos ‘menores’ (robos en las calles salvadoreñas) para sumarse al gran negocio del tráfico de drogas para su llegada a México, EEUU y Europa

Las imágenes de presos trasladados, agachados, algunos sin ropas, otros con vestimentas de colores, dieron la vuelta al mundo y aparecieron políticos de países dependientes buscando imitar dicho accionar.

En ese aspecto, políticos de la derecha argentina buscaron asesoramiento y contactos con el bukelismo. Y el gobernador de la provincia de Santa Fe -Maximiliano Pullaro-, salió a imitar con acciones de propaganda propia, apelando a copiarlo a Bukele (¡).

Lógicamente que esa espectaularidad mediática conlleva el objetivo de llenar las cárceles de ciudadanos pobres, abandonados por el Estado, mientras que quienes se enriquecen con el negocio narco, gozan de garantías para invertir (¡).

En este sentido, ahora Bukele ha dado un nuevo paso en sus políticas en favor de la criminalidad –protegida desde el Estado-, convocando a la llega de “capitales”.

Para ello, eliminó el impuesto a la renta para inversión extranjera. El Congreso –que actúa en complicidad total con sus acciones- aprobó la “iniciativa” que reduce la tasa de 30% al... 0%.

También se dispuso que no habrá tope para el arribo de capitales. De esta forma, Bukele da otro paso en favor de blanquear y posibilitará el re-ingreso al mercado internacional de capitales procedentes del crimen organizado internacional, como dinero “lavado”.

Habrá que ver si los políticos occidentales que buscan imitar las acciones del bukelismo ahora salen a tomar distancia...