BOGOTÁ-COLOMBIA  (especial para PrensaMare)  En su momento, la clase política y militar colombiana permitió la llegada y establecimiento de bases militares (con tropas y oficiales) bajo el denominado: “Plan Colombia”.

Años más tarde, el imperialismo dio otro paso, otro avance y exigió la llegada de la OTAN a Sud América. Y nuevamente políticos y militares aceptaron gustosos.

Hablaron que se trataba de una “cooperación” para ayudar en lo militar en la “lucha contra el crimen organizado”. Nuevamente se trató de otra patraña, pues las bandas criminales lejos de desaparecer del país, se han incrementado. Y con ello, los asesinatos de líderes sociales, indígenas y excombatientes de las antiguas FARC-EP (acogidos al Acuerdo de Paz).

Le correspondió al entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, formalizar el ingreso del país como socio global de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN). Ocurrió el 31 de mayo de 2018 en Bruselas (Bélgica).

Pero ya desde el 2013 existían fluidas relaciones entre Colombia y la OTAN, cuando pactaron un acuerdo de cooperación sobre el intercambio de información en términos de seguridad. Ese paso logrado con los colombianos hizo que la OTAN lanzara una ofensiva sobre numerosos países americanos, ‘invitándolos’ a sumarse e incorporarse como simple peones de una estrategia mundial de dominación.

Fue así que Brasil inició conversaciones con la OTAN en marzo de 2019 cuando se gestó el encuentro entre el mandatario Jair Bolsonaro, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Éste se ofreció a servir como intermediario (¿?) ante OTAN para que considerara a Brasil en calidad de aliado preferente.

Cambió algo con la OTAN aterrizando en Colombia…? No; absolutamente nada. Es más: pese al Plan Colombia y a la OTAN, Colombia sigue siendo el país con la mayor producción de cocaína en el mundo.

Y –vaya coincidencia-, EEUU es el mayor comprador y consumidor de cocaína del mundo…

A todo ello, los propagandizados Acuerdos de Paz (con la guerrilla de las FARC), están estancados; o más bien en constante retroceso, mientras los parapoliciales y paramilitares siguen asesinando a guerrilleros que apostaronpor la paz y a reintegrarse a una nueva sociedad.

Tanto es así que las Naciones Unidas (ONU) ha instado al Ejecutivo celeridad para cumplir con los puntos de los Acuerdos entre el Estado con las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP).

A todo ello, en pleno 2021, Colombia es el único país de América Latina que es considerado como socio global de la OTAN. Una situación que por cierto, constituye toda una amenaza para el subcontinente americano. Es la mismísima espada de Damocles…

Qué dicen o dirán el actual mandatario colombiano, y el brasileño respecto a que Sud América es una región de paz libre de armas nucleares, cuando la OTAN (con un pié en la zona), agrupa a numerosos países nuclearistas…?

Qué ventajas puede aportar a la región una organización militarista, controlada por el imperio anglosajón y sus aliados occidentales (más Israel, Japón y Australia, entre otros, que nada tienen de occidentales), que se ha caracterizado por atacar en los últimos años a Afganistán, Pakistán, Libia, Siria, Irán, Irak, la desaparecida Yugoslavia (entre otros)…?