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Notas

QUÉ DEJA LA ETERNA REELECTA MERKEL...?

QUÉ DEJA LA ETERNA REELECTA MERKEL...?

MILANO-ITALIA  (por Alessio Maturo, PrensaMare)  El 26 de septiembre votarán los alemanes. Se podrá fin al reinado de Angela Merkel que –por fin- abandonará el gobierno, tras varias reelecciones.

Fueron casi 16 años de mandato, donde impuso la política alemana sin resistencias. En ese período afrontó la crisis financiera de 2008, la crisis migratoria de 2015 y la pandemia desde el pasado año 2020.

Desde noviembre de 2005 hasta el presente influyó en las decisiones de la Unión Europea.

Gobernó una Alemania donde las diferencias entre los partidos políticos son –por cierto- insignificantes, más allá de lo que se piueda creer, o inclusive más allá de los que sus dirigentes puedan expresar.

El rumbo político, económico y social del país no está en discusión; en ello existe plena coincidencia. Ello es el resultado de la cohesión de los poderes dominantes que no han dejado ninguna grieta posible, que ponga en dudas el ‘modelo’ de país que debe existir.

Todos los dirigentes están de acuerdo; todos los gobernantes –más allá de qué partido prefieran- lo aceptan.

Para que quede en claro: la política existe como tal para garantizar lo que las clases dominantes han decidido.

En ese sentido, Merkel deja una Alemania como era de esperar: más desigual; existe más pobreza; los índices económicos se muestran (algo) favorables; el desempleo apenas ha descendido a cambio de precarización laboral (reinan los llamados ‘contratos basura’); se elevó la tercerización; creció la cantidad de trabajadores cuentapropistas sustituyendo a los asalariados; se llevaron adelante privatizaciones; creció el poder financiero; y se marcharon empresas a países vecinos.

Esa sería la síntesis de más de una década y media de reinado de Merkel.

En lo que respecta a la política exterior, Alemania fue una fiel acompañante de la geopolítica estadounidense. Pero quizás el hecho más vergonzante e impresentable haya sido lo hecho por Merkel en el 2010 cuando estalló la crisis de Grecia.

Allí mostró todo su desprecio por un país llevado a la ruina, al que –por si fuera poco- le impusieron con Merkel a la cabeza, exigencias incumplibles, que –con el paso de los años- son perfectamente comprobables de su inviabilidad.

Lo que en su momento se llamó la “ayuda a Grecia”, no fue más que la imposición de la claudicación de ese país ante condiciones leoninas. Fue así que la llamada “troika maldita” (UE, BCE y FMI) decidió la “ayuda”, que no ha sido otra cosa que hundirle su economía, hacerle crecer aún más su impagable deuda externa, e imponerle a su sociedad una crisis irresoluta y agravada en forma permanente.

Por otra, apareció mostrándose como “humanista” y “solidaria”, logrando que la Unión Europea recepcionara a un millón y medio de refugiados de las guerras en Siria, Irak y Afganistán entre 2015 y 2016.

Una decisión inentendible, si se tiene en cuenta que Alemania (asociada a EEUU) ha sido de las principalísimas responsables de las invasiones y crisis militares, económicas y sociales que afrontan dichos países asiáticos.

Merkel ha sido respaldada por EEUU y las potencias occidentales, más allá de algunos cortocircuítos. Y ese respaldo ha sido fruto de grandes coincidencias, en cuanto a que ella ha sido una representante de la derecha mundial; una retrógrada; una defensora de las violentas invasiones militares; una opositora al matrimonio igualitario (aprobado en su país en el 2017, con su oposición); una desinteresada en cuestiones de género; una irresponsable ante la problemática medioambiental mundial; una controladora que permitió el seguimiento y espionaje a sectores de izquierda; una ‘facilitadora’ para que la ultraderecha se expanda y consolide, incluso con un partido político.

Se marcha dejan un balance en rojo; una deuda social; porque apostó y logró, una Alemania más injusta.

La misma podero prensa occidental que tanto ha atacado las reelecciones de Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y Cristina Fernández -por ejemplo- ha sido la que respaldo y halagó las reelecciones de Merkel, tras su primer mandato (2005-2009). Las mismas se produjeron en 2009, 2013 y 2018