Dom. 28. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

ROSARIO, POLÍTICOS, SILENCIOS Y NARCOS (Rodolfo O. Gianfelici)

ROSARIO, POLÍTICOS, SILENCIOS Y NARCOS (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  La ofensiva mediática e instalación como agenda de las claudicantes clases dirigenciales argentinas, del tema de la violencia en Rosario, merece ciertas aclaraciones.

Por lo menos para que alguien que posiblemente no sepa o no le interese la política, o desconozca algo de la reciente historia, se anoticie y abra bien los ojos para saber comprender quien es quien en este dramático juego donde los charlatanes ensordecen, porque silencian las verdades.

Verdad 1: Desde el retorno de la democracia en 1983, se sucedieron como intendentes rosarinos: Horacio Usandizaga (1983-1989, Unión Cívica Radical), Carlos Ramírez (1969, UCR), Héctor Cavallero (1989-1995, Partido Socialista Popular), Hermes Binner (1995-2003, Partido Socialista), Miguel Lifschitz (2003-2011, Partido Socialista y Frente Progresista Cívico y Social), Mónica Fein (2011-2015, Fte Progresista), y Pablo Javkin (2019-2023, Fte Progresista).

O sea: ninguno peronista.

Verdad 2: La ofensiva narco sobre las instituciones y los barrios se produjo en la provincia de Santa Fe a partir de 2007. El comercio de la droga ya existía desde antes de ese año, pero no representaba un peligro de avance sobre el propio estado.

Desde tal año se sucedieron como gobernadores: Hermes Binner (2007-2011, Frente Progresista), Antonio Bonfatti (2011-2015, Fte Progresista), y Miguel Lifschitz (2015-2019, Fte Progresista); habiendo sido sus vicegobernadores –respectivamente-: Griselda Tesio (UCR), Jorge Henn (UCR) y Carlos Fascendini (UCR).

O sea: ninguno peronista.

La titular del PRO, Patricia Bullrich es una incondicional de la teoría de militarizar la problemática narco, según los principios fijados por EEUU (accionar fracasado en el mundo y que ha significado –allí donde se aplicó- que los militares terminaran formando parte principalísimo del negocio). El intendente rosarino, Pablo Javkin ha viajado a EEUU para ‘aprender’ de las policías de dicho país para “solucionar” las problemáticas de violencia y narco en Rosario, tal como lo manifestó públicamente.

Ambos políticos –Bullrich y Javkin-, son integrantes de un mismo frente político, pese a que –aparentemente- serían lo contrapuesto ideológicamente.

Respecto a EEUU digamos que:

·         Es el mayor consumidor de cocaína del mundo (el 34% de todo lo que se consume mundialmente)

·         Es el mayor consumidor de marihuana del mundo

·         Es el mayor consumidor de psicofármacos del mundo

·         Es el país con mayor cantidad de presos / por habitantes

También que:

·         Los productores de cocaína (Colombia, Perú y Bolivia) apenas reciben el 1% de las ganancias que produce el tráfico

·         En 2009 Colombia y EEUU firmaron un acuerdo para combatir la producción de cocaína, instalando el segundo 7 bases militares en el país sudamericano

·         El 92% de la cocaína que se consume en EEUU –en 2016- tiene su origen en Colombia (UNODC - Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -)

Siendo necesario destacar un dato importantísimo para comprender en qué consiste la “lucha contra el narcotráfico” de EEUU en el mundo. Cuando ese país invadió Afganistán, existían allí 3 laboratorios para procesar y producir dorgas.

Dos décadas después, cuando Joseph Biden decidió irse de Afganistán con un rotundo fracaso militar, se hallaron 27 laboratorios de producción de drogas. El destino de ellas era Europa y Rusia, para lo cual atravesaban el país por las “rutas de los generales” como se las llamaban, pues estaban controladas militarmente por militares de... EEUU.

Los santafesinos nos encontramos con que la prensa ha demonizado a Rosario a causa del accionar violento, ligado a grupos de narcotraficantes. Pero si bien esa ciudad –la principal de la provincia- emerge como la de máxima gravedad, debe saberse que el avance hacia un estado narco es total. A partir de 2007 se produjo una expansión sensacional de dicho ilegal negocio con “kioscos” en todos y cada uno de los barrios de cada localidad santafesina. Ninguna ha sido olvidada.

Para lo cual los grupos narcos contaron por acción y/o inacción, incapacidad y/o complicidad con el aporte de las clases dirigenciales. Desde las políticas a las empresariales; desde las comerciales a las religiosas; desde las mediáticas a las sociales; y ello no libera de responsabilidades al Poder Judicial y al Poder Legislativo (y ni qué hablar del Poder Ejecutivo...). Claro que con excepciones, pero ellas solo sirven (lamentablemente) para confirmar la regla.

El tema es tan grave que inclusive muchos de los periodistas que se manifiestan en contra de los narcos, perciben sus sueldos (a sabiendas o no) de quienes publicitan y/o invierten en esos medios. Llegándose al caso que muchos de ellos en su “lucha” lo único que hacen es desinformar y ‘trabajar’ en favor de tal o cual grupo narco...

Hablar de “Los Monos” o del “Clan Cantero” forma parte del mismo discurso que oculta lo principal:

Que ni los consumidores, ni las mulas, ni los que atienden un kiosco, ni siquiera los sicarios son el centro del problema. Porque ellos no blanquean; no invierten; no construyen edificios; no lavan; no financian políticos; no usan los puertos para embarcar drogas con destino al mundo.

Es cierto que resulta escandaloso que los políticos que han gobernado entre 2007 y 2019 se hayan expresado ‘satisfechos’ con las apareciones de casos de policías (en todos los niveles y rangos) involucrados en hechos narcos, aduciendo que ello significaba que “la policía se autodepura”.

No Ello es un engaño. Ellosolo demostraba el estado de putrefacción ha que fue llevada la institución.

El caso del jefe policial provincial Hugo Tognoli fue –posiblemente- el ejemplo más vergonsozo y escandaloso.

Pero no el único ni el más grave. Acaso en el Tribunal Federal capitalino no existieron policías que ante el caso del camión descubierto con una cantidad increíble de drogas no llevó a que un policía declarara que esa mercadería no se podía tocar porque “pertenecía al área política del Ministerio de Seguridad”...?

El tema policial merece ser analizado por separado pues ya desde antes que llegaran socialistas, radicales y antiperonistas al gobierno en 2007, enfrentaba una política planificada y desarrollada desde décadas antes desde Washington.

Cuando el imperio anglosajón decide que no puede sostener más a las dictaduras latinoamericanas, impone una política de ‘apertura’ y democracias. Dejó de lado a los criminales militares, a los que –llegado el caso- no dudó en entregar casi sin defensa después que hicieron el ‘trabajo sucio’ sobre sus pueblos.

Así, para tener un reaseguro militar en cada territorio, lanzó una política de corrupción generalizado dentro de las fuerzas policiales. Las fueron llevando a formar parte de todos y cada uno de los negocios ilegales. Primero como simples coimeros; luego como asociados; y finalmente como jefes.

Ello, sumado al impulso y desarrollo de las agencias de seguridad privadas, le otorga al poder imperial el disponer de verdaderas fuerzas mercenarias y parapoliciales. Hecho que no exceptúa a los uniformados de su responsabilidad claudicante, servil y delictual.

Todo lo que ha venido después es consecuencia de un plan de dominación, donde el narcotráfico, además de convertirse en un grave problema social, sanitario, cultural y laboral, sirve para ‘domesticar’ a sectores de la sociedad y a la vez extraer sensacionales recursos económicos. Simplemente un ‘tema comercial’ podrían argumentar desde Washington, sin ponerse colorados.

De allí que la aparición del intendente rosarino Pablo Javkin mostrándose y propagandizando su visita a EEUU para ‘aprender’ sobre la lucha contra el narcotráfico, no es más que una muestra de la incapacidad, el cinismo y la hipocresía.

A quién se le ocurriría ir a pedirle el remedio a quien es el culpable de la enfermedad...?

Lo demás no es otra cosa que aliento de lo que no se quiere resolver. Puede hablarse del mediático “ataque” a un supermercado de la familia de la cónyuge de Lionel Messi (que ya habían vendido...); de la cantidad de muertos como dato estadístico; de la cantidad mayor o menor de efectivos con tal o cual uniforme; la publicación de artículos ‘durísimos’ contra los narcos; los comunicados políticos y promesas de “solución” al drama...

Lo que asombraba décadas atrás por lo que mostraban las favelas brasileñas y luego los reiterados sucesos en México, están encontrado réplicas en Argentina. Estamos ante un plan internacional y como tal debe ser enfrentado.

Primero con la decisión interna de las clases dirigenciales; luego con acuerdos con gobiernos vecinos, para que sea toda Sud América la que se opone a que terminemos siendo un narco-subcontinente.

Los ejemplos nos demuestran que en Santa Fe afronta una elevación en el nivel de tránsito y consumo de drogas; una clara participación de las fuerzas policiales en el negocio; también una intervención de clases política, legislativa y judicial; pero además –y lo más silenciado- la principalísima acción de las clases empresariales y comerciales.

Y si se mira un poco para atrás, nos encontramos con que durante la última dictadura militar, la parte civil tuvo una principalísima intervención, enriqueciéndose y siendo cómplice de miles de muertes, desapariciones, exilios (interno y externo), torturas y encarcelamientos, por las cuales... no fueron juzgados ni condenados.

Ahora, en esta etapa democrática del siglo 21 en Santa Fe (como en Ciudad de Buenos Aires, y provincias de Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos, principalmente), asistimos a una clase dirigencial enriqueciéndose y siendo cómplice de miles de muertes, encarcelamientos a causa del negocio del narcotráfico, donde están invisiblizados; sin ser... juzgados ni condenados.

Argentina ha dejado de ser –como sostenían muchos de manera ponciopilática y hasta ‘tranquilizadora’- un país de “transito” de las drogas. Argentina es un país consumidor, donde más de un millón de personas viven, subsisten o sobreviven por su intervención en el negocio de las drogas.

Además, es un país apetecido por el poder mundial anglosajón por su tamaño territorial, sus climas, sus riquezas y recursos naturales; pero también por su posición estratégica con proyección hacia el paso Atlántico-Pacífico y hacia la Antártida.

Pero también por su facilidad para el lavado de dineros...

En lo atinente a la provincia de Santa Fe, no es llamativo que Rosario sea un centro económico-financiero, porque está dentro de la estructura agro-exportadora nacional. Con decenas de puertos privatizados, sin ningún tipo de control estatal que permite la salida ‘libre’ de millones de toneladas de granos al mundo, pero también de la droga proveniente de Perú y Colombia, vía la hidrovía Paraná-Paraguay. Justamente la misma vía que las clases dirigenciales se oponen a que esté en manos del estado argentino. Y donde EEUU de manera descarada ha puesto su mirada pública desde Paraguay expresando su ‘interés’.

Todo tiene que ver con todo. Pensar que la política del tero (cantar en un lado y poner el huevo en otro) es la más conveniente, constituye un error. Tan grande como pensar que los narcos son todos villeros, morochos, brutos e incapaces. Ello hace desviar la atención para que pasen desapercibidos los delincuentes de guantes blancos, rubios, bien vestidos y hablados, simpáticos y con títulos universitarios...

Cuidado

(Foto: gobernador Antonio Bonfatti y comisario de la Policía, Hugo Tognoli).