CIUDAD DE MÉXICO-MÉXICO (PrensaMare)  Canadá envió una delegación a Haití para evaluar las preocupaciones humanitarias y de seguridad. Lo hizo en medio de un creciente aumento de inestabilidad política y social, mientras que avanza el accionar de las pandillas criminales (con respaldo de grupos de poder internos, y del exterior).

La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá y el primer ministro de ese país, Justin Trudeau, se reunieron con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, recientemente.

Ambos países están presionando para que se realice una intervención armada internacional en Haití. Esta maniobra injerencista y colonialista es contraria a las expresiones populares y callejeras de los haitianos, que se oponen a cualquier ‘ayuda’ extranjera. Mucho más a cualquier intento de desembarco de fuerzas militares internacionales.

Políticos y sectores sociales de Haití denuncian que las potencias occidentales han contribuido a la desestabilización del país; exigen la renuncia del primer ministro haitiano, Ariel Henry (respaldado por Estados Unidos); y reclaman tener la potestad de resolver ellos mismos sus problemas.