Sab. 27. Jul 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

EN ARGENTINA, YA PASÓ EL 25 DE MAYO: Y AHORA...? (Rodolfo O. Gianfelici)

EN ARGENTINA, YA PASÓ EL 25 DE MAYO: Y AHORA...? (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  La fiesta política del 25 de Mayo ya es historia. Dejó algunas confirmaciones importantes:

Que Cristina Fernández es la única dirigente política del país capaz de hacer una convocatoria semejante

Que en ella se resume la confianza, la lealtad y la esperanza de cientos de miles de ciudadanos

Que quienes apostaron por el extremo silencio (dentro del peronismo) y quienes salieron a mostrar todo su odio (fuera del peronismo), no han hecho más que re-valorizar y re-forzar a Cristina como la única líder de importancia en el país.

Pero a la vez ha mostrado la orfandad, la pobreza y la desorientación de cientos de miles de ciudadanos (que se agiganta a nivel nacional) que –superado el 25 de Mayo-, no tienen rumbo cierto. Porque las cadenas de transmisión del peronismo (la dirigencia en todos los niveles) es inexistente.

Lo cual es una muestra de gravísima debilidad en medio de un año electoral, donde el país se juega poco menos que su propia existencia como Nación.

Lo antedicho no es exagerado ni extremista. Simplemente es la muestra de la realidad donde la derecha, el neoliberalismo y el antiperonismo tiene ciertas posibilidades de regresar a ser gobierno y continuar profundizando lo que dejaron a mitad de camino: Transformar al país en una colonia que incluye –como si fuera poco- la pérdida de territorio internacional.

Frente a semejante panorama, lo que ofrece el peronismo y/o el Frente de Todos y/o como se denomine a partir de breve tiempo, es poco serio. No alcanza con lo festivo del 25 de Mayo. Esa jornada sirvió para decir “estamos presentes” (pese a la mediocridad dirigencial), “existimos” (pese a la pobreza del actual gobierno), “tenemos lealtad y esperanza” (pese a lo limitado de la oferta –propia y externa-).

De allí que el observar las ambiciones presidenciales de unos cuantos compañeros, más que motivar, desaníman. Y lo digo con dolor y con una mano en el corazón. Todo dirigente tiene el derecho a ‘ir por más’; pero observando el panorama interno uno tiene que pellizcarse para despertarse y convencerse que no está ante un (pobrísimo) sueño.

Lo expreso con el mayor de los respetos.

Pero efectuar un recorrido por los (posibles) candidatos internos, no muestra demasiado. Casi se podía decir que de ellos –si llegaran a lanzarse- los únicos que se ‘salvan’ son Eduardo De Pedro y Máximo Kirchner (si hipotéticamente se lanzara). El resto debe responder por “sus frutos”... y en tal sentido, tienen más “debe” que “haber”. No se trata de prejuzgamiento, o e responder a ‘interes internos’ o de ‘jugar para la derecha’. Es que uno hace un simple recorrido por hechos, acciones, silencios y zigzagueos para luego concluir.

Lo cierto es que a pocas horas de superado el acto, los precandidatos salieron a reafirmar sus ambiciones, con lo que refuerzan el deseo de ir a elecciones PASO. Lo cual demuestra –para qué negarlo- la misma incapacidad de entender el grave proceso político que afronta el país.

Ninguno se ha querido quedas atrás; no quien que sus ‘compañeros’ saquen ventaja. Y con ello no hacen más que fogonear la gravedad interna.

Es necesario realizar identificaciones...? Si; porque ellos mismos se han encargado de demostrarlo públicamente. Allí están Eduardo De Pedro, Daniel Scioli, Agustín Rossi, Juan Grabois...

Ello obliga a volver a una imagen del acto. Ese que mostró a Cristina y a su entorno de máxima confianza, en clara demostración para propios y extraños, del que formaron parte De Pedro, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Axel Kicillof.

Ante la urgencia por las PASO y esa imagen, uno encuentra que De Pedro es el único que es protagonista de ambas. Pocas palabras (a buen entendedor...). Es así que teniendo en cuenta ambos escenarios, puede comprenderse que la presidenta lo que ha hecho es posicionar a De Pedro como su persona de confianza, que cuenta con el armado de ella, Massa, Máximo y Kicillof. O lo que es lo mismo:

·         Cercanía con todos los gobernadores peronistas (por el buen trabajo que hizo De Pedro en sus 4 años desde el Ministerio, con cada uno de esos gobernadores)

·         Garantía de unidad con el Frente Renovador (que representa Massa)

·         Respaldo del principal distrito electoral nacional (a través de Kicillof)

·         Aseguramiento que De Pedro es garantía de lealtad (por el respaldo expreso de Cristina)

·         Compromiso de ampliar la unidad interna (con la tarea que viene realizando Máximo Kirchner desde hace años en el interior del peronismobonaerense y nacional).

Si otros dirigentes del peronismo no entienden esta simple exposición, es porque sus intereses son otros. Por el momento el único que dejó en claro haber comprendido es Grabois, que anticipó retirar su candidatura si se mantiene la de De Pedro...

Así planteada la situación se da la coincidencia (solo ello?) que los más duros exigentes de las PASO son Scioli y Rossi; justamente los dos que han sido ‘prohijados’ por el presidente Alberto Fernández.

Un mandatario que a la hora del acto del 25 de Mayo, no le preocupó su asistencia o no a nadie de quienes se movilizaron para escuchar a Cristina. Una generalizada indiferencia que habla de por si sóla de porque Fernández debió bajarse de su desopilante intento de ambición re-eleccionista.

Y entonces...? Bueno esto es lo que hay sobre la mesa. Donde los que exigen ‘si o si’ las PASO, lo que demuestran es su propia debilidad de construcción política; pretenden una competencia al mejor estilo liberal llevando al peronismo a exponerse a un divisionismo innecesario. Donde los perdidosos solo le harán el juego al espectro derechista y a la maniobra de operaciones de los medios hegemónicos, que ‘trabajarán’ mostrando a un “peronismo dividido”, “fraccionado”, “debilitado”, con escasos porcentajes de caudal electoral para cada uno, restándole contundencia e imagen de poder electoral al (seguro) ganador De Pedro.

Imaginemos unas PASO donde De Pedro obtenga el triunfo con un 50% de los votos, y los perdidosos –entre todos- con el otro 50%. De qué les sirve a éstos últimos; solo para operaciones de prensa y para fortalecer una imagen de divisionismo (y debilidad).

Cada uno es responsable de lo que hace (y ha hecho). De allí que deberían comenzar por analizar estos candidatos que rechazan una lista de unidad y exigen las PASO que por algo ninguno puede asegurarse ni siquiera un resultado honroso en sus propios territorios. Scioli no puede asegurarse un triunfo interno en suelo bonaerense, mientras que Rossi tampoco puede hacerlo en suelo santafesino.

No es un dato mejor. “Por sus frutos los conoceréis”...