CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  La Cámara Federal confirmó el procesamiento del manager de modelos Leandro Santos (foto); decisión con vostos divididos.

Se lo procesará por el delito de amenazas agravadas, al haber sido denunciado por Florencia Cocucci. Se trata de la joven que –en su momento-, viajó con Natalio Alberto Nisman a Cancún (México).

La amenaza consistió en publicarle fotos y hasta afiches de relaciones sexuales para que no declare en la justicia que ella tuvo un vínculo sexual-económico con Nisman (el que fue ‘intermediado’ por Santos).

De esa forma pretendían ‘proteger’ la historia de Nisman, y sus injustificables gastos en viajes y ‘amigas’.

Estos desmesurados gastos surgen de la existencia de dinero oculto en Nueva York, en una cuenta bancaria con más de 600.000 dólares. El juez Sebastián Casanello instruyó la causa y fue el primero en procesar al manager Santos.

El magistrado transcribió algunos de los mensajes: “Estás incumpliendo tu parte del trato. Si seguís así lo único que vas a ganar es que mostremos las fotos de vos con Nisman. Salí a callarte, a limpiar la gente que te ayudó, si no vas muerta” (¡). La Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia (presidida por el diputado nacional Leopoldo Moreau), comprobó que la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) hizo un seguimiento de Cocucci, argumentando que ‘pertenecía a una célula islámica’ (¿?).

Muestra clara en el sentido que desde el gobierno de Mauricio Macri estaban comprometidos en ocultar las ‘debilidades’ y maniobras sospechosas de Nisman con dineros que no se sabía de dónde surgían.

Para los camaristas (que aprobaron continuar el procesamiento), Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, Santos (coincidió con un fallo anterior de la propia Cámara) encabezaba una organización de trata de mujeres. Además considerar el aporte efectuado por la propia Cocucci (cuyo abogado es Omar Saker):

** Santos se llegó en 2 oportunidades a la denunciante. La primera en Mar del Plata y la otra en Ciudad de Buenos Aires. Exigió que no lo nombrara en su declaración judicial.

** El manager Santos, fue la última persona que habló con el fiscal antes de suicidarse (madrugada del 18 de enero de 2015).

** Existía un vínculo entre Santos y Nisman relacionado con las chicas que viajaron con el fiscal a Cancún.

** Todo indicaría que la presencia de 2 chicas en ese viaje respondió a un acuerdo económico (pago) de Nisman.

** Cocucci denunció ante la justicia que recibía mensajes amenazadores (con publicar videos sexuales y un afiche con tres hombres); además de amenaza de muerte.

** Para amenazarla usaron 2 celulares. Uno de ellos (se demostró en la investigación), lo comró Santos. El otro fue un pre-pago (sin determinarse quién lo adquirió). Pero los mensajes dan la impresión que podría pertenecer a Santos o a alguien de su entorno de confianza.

Los dos camaristas (Bruglia y Bertuzzi) también tuvieron en consideración la existencia de otro expediente, donde Santos fue procesado por liderar la banda internacional de trata de mujeres (en su momento pesó sobre él, orden de captura de Uruguay). También tomaron en cuenta otros 2 testimonios: de un hermano y de una amiga de Cocucci, que presenciaron un ‘apriete’.

Mariano Llorens (el tercer camarista) pidió revocar el procesamiento de Santos, sosteniendo que -antes de hacer la denuncia-, Cocucci declaró dos veces en la justicia que no había sido amenazada. El tema era que en esos tiempos, el abogado de la joven había sido puesto por... Santos.

De allí que los camaristas Bruglia y Bertuzzi, sostuvieron que la conducta de la modelo era propia de una mujer dominada por una organización (de allí que inicialmente no se animaba a denunciar).

El viaje a Cancún que realizó el fiscal Nisman con sus ‘amigas’ (pagas), incluyeron el pago de los pasajes de ellas, sus estadías y gastos; las jóvenes eran la referida Cocucci y otra modelo: Constanza Antonucci. No contento con efectuar grandiosos gastos sin conoerse la procedencia del dinero, Nisman se burlaba de la administración, pues no vacacionaba en uso de licencia, sino que lo hacía haciendo creer que se encontraba... trabajando.