Vie. 26. Jul 2024, Santa Fe - Argentina
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PIZZI ERA UN FINAL ANUNCIADO

PIZZI ERA UN FINAL ANUNCIADO

Nada nuevo el el fútbol argentino...

CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  La salida del entrenador Juan Antonio Pizzi no sorprendió a una prensa que constantemente varía del extremo exitismo a la búsqueda de chivos expiatorios.

El 31 de octubre fue su último día en San Lorenzo, luego de una decisión de mutuo acuerdo con el presidente del club Matías Lammens.

La última derrota –el día antes- ante Defensa y Justicia por 3-1, como local, terminó por sellar su suerte. Un hecho que ya se veía caer, pues se había dado un hecho poco llamativo, pero que ‘apuntaba’ directamente a la dirigencia del club.

Porque en ese partido apareció un extenso cartel (muy bien escrito; nada de haber sido hecho a las apuradas…), donde se citaba cuánto cobraba el entrenador.

Un dato que solo podían aportar o Pizzi o la dirigencia. Y por otro, un cartel extendido en un estratégico sitio del estadio del que la seguridad del club (que responde a ordenes de la dirigencia) no hizo retirar

Estaba en claro que no solo los simpatizantes deseaban la salidad del entrenador. Inclusive ya existía un ‘cierto malestar’ en el plantel. Ocurrió que Pizzi en su conducción, ometió el reror de solo generar inseguridad en sus dirigidos. Los cambios constantes en la formación; el empecinamiento por incluir a uno, o la decisión de no contar con otros, le fue generando un reconocido malestar interno en la plantilla.

El banace de su segundo paso por la entidad fue, deportivamente hablando deficitario. Arrancó en la Superliga ganando los 4 primeros juegos, agregando un empate. Lo que hizo que la prensa seria (a no olvidarlo) lo presentara como un “protagonista”.

Pero fueron resultados obtenidos sin que se jugara bien. Luego llegaron  2 derrotas consecutivas. Llegó la victoria frente a Banfield, pero siguieron 3 derrotas (una de ellas, un 4-1 en casa ante los santiagueños de Central Córdoba). En total, en el torneo local llevaba 5 partidos ganados, 1 empatado y 5 perdidos.

En el fútbol argentino, por más que se hable de “proyecto”, no existe seguridad para nada. Los dirigentes y la prensa hegemónica se encargan de demostrarlo constantemente. Puede dar fe de ello (por estos días), Pizzi