BARCELONA-ESPAÑA (PrensaMare) El coronavirus ha mostrado la precariedad de una política sanitaria puesta al servicio de “los mercados”.
Los respiradores médicos resultan indispendables para atender a los infectados con Covid-19; ello impide que aumente el número de fallecidos.
Se trata de una ayuda mecánica que aportan a los pulmones inflamados (de los pacientes) que estén oxigenados. De esa forma el paciente se mantiene vivo y se gana tiempo para que el organismo logre derrotar a la infección.
La expansión del coronavirus sobrepasó la capacidad de respuesta de la sanidad española. Eso ya nadie lo discute.
Al 22 de marzo se superaban los 40.000 casos positivos y más 2.700 muertes. Estando más de 2.600 pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Pero no todos los que llegan a dicha instancia se salvarán. Ello en razón que se ha llegado a la patética decisión que se prioriza para otorgarles ventilación artificial (respiradores) a aquellos enfermos con más posibilidades de sobrevivir.
Ahora en España y en toda Europa hablan de establecer una rápida respuesta para disponer de respiradores. Van a comerzar a fabricarlos en forma colaborativa auspiciadas a nivel europeo. Mientras tanto la sanidad española informó que comprarán 700 nuevas máquinas.
Una medida adoptada –por cierto- muy tarde. Donde “los mercados” ya han llevado los respiradores de 10.000 euros, al doble (ante la gran demanda).
Mientras tanto…: en el país… nadie sabe cuántos respiradores existen funcionando (¡). No se sabe cuántos tiene cada hospital y en qué localidad se encuentran. Nunca se hizo un control centralizado.
Algunas comunidades ni siquiera los tienen inventariados. Inclusive las autoridades de Madrid –el área con más muertos del país-, puede ofrecer un dato cierto.
Esta información no surge de la verdadera oposición a la sociedad gobernante desde hace décadas (socialistas, centristas y derechistas), sino que ha sido aportada (y denunciada) desde adentro mismo de la Sanidad española, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN), la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (SEEIUC), y la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SEMICYUC). Y aún así se trata de una cifra parcial.
Extraoficialmente se supo que la disponibilidad en toda España no llega a los 2.500 respiradores. Una cifra alejada de las necesidades concretas y reales.
Desde el centralismo madrileño se ‘exigió’ que la mayor cantidad de respiradores debían enviarse a Madrid ante la grave situación que afrontaba. Pero la aparición –por ejemplo- de más de 500 nuevos casos positivos (entre el 23 y 24 de marzo) en Andalucía, demostró que no tenía razón.
El uso del respirador…: no es un hecho mágico de salvación. Sirve para otorgarle el 100% de la oxigenación al paciente grave; luego –según como evolucion- se le va retirando progresivamente si sus pulmones se sanan regresan a cumplir penamente su función.
Es un proceso que puede llegar a durar hasta 28 días de internamiento intensivo. Si a una persona se le retira antes de tiempo el respirador (para colocárselo a otro más grave), se puede detener el proceso de recuperación del primero.
Ciertos países…: ya están cometiendo elgrave error de quitar los respiradores a quien comenzarona recuperarse, para colocarlos a otros pacientes más graves. Pero se ha demostrado que provocaron un agravamiento de la salud de quienes se quedaron sin el respirador (¡).
A todo ello…: la mediocre conducción política y la burocracia españolas “analizan” (¿?) si la sanidad española debe estar bajo un mando único centarlizado o no...