MILANO-ITALIA (Especial para PrensaMare) Un silencio internacional oculta que existe escasez de toda una serie de medicamentos: desde antibióticos vitales hasta tratamientos contra el cáncer y la epilepsia en Suiza.
Justamente en el país que posee a dos de los mayores fabricantes de medicamentos del mundo: Roche y Novartis; a las que se agregan cientos de pequeñas firmas de biotecnología. Se trata de un país reconocido internacionalmente como una verdadera potencia farmacéutica. Y sin embargo... faltan medicamentos.
Estamos hablando de un país considerado del ‘primer mundo’. En el detalle de faltantes se citan: el antibiótico amoxicilina como analgésicos comunes (ibuprofeno); pero también aquellos que son insustituibles para tratar enfermedades crónicas (como Párkinson, epilepsia y cardiopatías).
A inicios de marzo de 2023...
Alrededor de un millar de preparados de medicamentos con receta como mínimo estaban “no disponibles”. En mayo de 2021 habían alcanzado a 450. A inicios de marzo de 2023, la Oficina Federal de Abastecimiento Económico Nacional (FONES) informó que 140 medicamentos esenciales estaban agotados por tiempo indeterminado, retirados del mercado o había retrasos en la entrega (el último antecedente ‘grave’ indicaba que en 2017 habían sido 48 medicamentos).
En febrero de 2023...
Las autoridades suizas calificaron la situación del suministro de medicamentos de “problemática”. Fue por ello que crearon un grupo de trabajo para encontrar soluciones inmediatas. La situación es delicada porque llama la atención la gran variedad de medicamentos faltantes; lo rápido con que dejan de estar disponibles en las farmacias; y cómo se extiende el período de faltantes.
Extraoficialmente trascendió que 20 años atrás, las farmacias sufrían un promedio de un (1) desabastecimiento de medicamento al mes. Sin embargo, en marzo de 2023 se elevó a un promedio de 3,5 por día. Y el dato grave es que desde que comenzó el 2023, 150 medicamentos están agotados.
La “tranquilidad” que tienen las autoridades suizas es que este problema (las faltantes) se están produciendo en toda la Unión Europea. La explicación que otorgan a ello es que al dejar de usarse mascarillas (tras la pandemia), y con el invierno, los casos de resfriados, infecciones respiratorias y gripe han aumentado. Una ‘explicación’ que deja de lado (intencionalmente) el no realizar cuestionamiento alguno a la industria farmacéutica.
Esta situación presenta...
La situación clara en el sentido que en Suiza sus autoridades (como en el resto de la UE) nadie ha efectuado un análisis y evaluación correcta para entender el porqué de la faltante de medicamentos.
Porque la ‘política’ que implementan refiere solamente a hacer un seguimiento de los medicamentos esenciales. Lo cual ya de por si es muy limitativo. Por otra, no se consideran los medicamentos de venta con receta, ni los medicamentos de venta libre.
Si bien Suiza tiene diferentes organismos públicos en el tema de los medicamentos, ello no responde a una globalidad. Se dispone –por ejemplo- del Ministerio de Sanidad, de la Oficina Nacional de Suministros (verifica y almacena los productos esenciales), y Swissmedic (regulador nacional de medicamentos, dedicado a aprobar los medicamentos, controlando la seguridad de los pacientes y las prácticas de fabricación).
Cada uno actúa por su cuenta, sin una planificación integral. Es así que ante un aumento de la demanda o una maniobra especulativa de los laboratorios y/o distribuidores, no tiene respuesta oficial.
Se nota que ‘algo’ falla en la cadena de suministros. Si ello sucede en Suiza y en países de la Unión Europea, imaginemos lo que debe ocurrir en países dependientes totalmente de las multinacionales farmacéuticas y de las pésimas políticas (sin control ni planificación) de sus gobernantes.
Cuáles son las dificultades en la cadena de suministro demedicamentos en Suiza...?
Nadie –públicamente- lo sabe.
Es así que las consecuencias las pagan los pacientes.
Se llega a una situación propia del poder “de los mercados”. Se estima que alrededor del 90% de los desabastecimientos son de medicamentos sin patente. Es decir, de aquellos cuyas marcas originales ya no están protegidas por patentes o copias genéricas de la marca original.
Dejan de fabricarlos porque el margen de ganancia se ha reducido al no tener exclusividad. Tomemos como ejemplo el ibuprofeno (salió al mercado en los años 60 y es uno de los analgésicos más utilizados):
- En 2003: Precio de fábrica de una cápsula genérica de 600 mg: 0,33 francos
- En 2023: El precio es de 0,09 francos.
Con los incrementos (de numerosos intervinientes en la producción, como la energía, el transporte, y el envasado), el mercado de genéricos es económicamente insostenible. De allí que no quieren fabricarlos.
Cuando más bajo es el precio, menos “atractivo” es producirlo por las farmacéuticas es una simpre razón “de mercado”.
De allí que existan pocos proveedores para algunos medicamentos. Tanto es así que en toda Europa la amoxicilina está concentrada en su fabrición en un 60% por solo... 5 empresas.
El pequeño mercado suizo lleva a que exista un único proveedor de determinado medicamento, pues las empresas de genéricos no creen que merezca la pena registrar su producto en el país.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Suiza los genéricos representan el 27% del mercado de medicamentos, frente al 83% en Alemania, el 78% en Canadá y el 49% en Japón.
Existe una cada vez más inter-dependencia en la cadena productiva. Porque cada firma busca bajar costos y para ello recurre a proveedores en cualquier lugar del mundo. Con lo cual queda expuesto a las idas y vueltas de situaciones que no pueden controlar, como son acontecimientos geopolíticos, maniobras comerciales y tardanzas en las entregas.
Suiza es considerado...
El segundo exportador mundial de medicamentos. En 2021 exportó productos farmacéuticos por valor de 50.300 millones de dólares. En gran medida medicinas y sustancias más nuevas y protegidas por patentes (a la par que muchos de los fármacos más utilizados, como los antibióticos o la insulina, llegan exclusivamente del extranjero).
Lo cierto es que Suiza solo tiene dos centros de producción de genéricos: Streuli Pharma AG (en Uznach) y Bichsel (en Interlaken).
Y si bien los genéricos (o las marcas no protegidas por patentes) se producen en Suiza, los principios activos proceden -cada vez más-, del extranjero. Y ello hace al país más dependiente y debe afrontar problemas que no son propios –y no puede controlar-.
El 80% del volumen de principios activos farmacéuticos que importa Europa viene de 5 países: China (aporta el 45%); mientras que India, Indonesia, Estados Unidos y Reino Unido, aportan el 55% restante.
Algunos de los ejemplos de ‘imponderables’ que han afectado y/o afectan la producción en Suiza han sido:
- Durante el inicio del coronavirus, el Gobierno indio (en abril de 2020) impuso restricciones a la exportación de principios activos para analgésicos (como el paracetamol)
- El Brexit (separación de Gran Bretaña de la UE) y la escasez de trabajadores cualificados afectaron la producción
- Los cierres patronales en China, redujeron las exportaciones, y
- La guerra en Ucrania, afecta la provisión de vidrio para viales.
Mientras algunos estudiosos de la problemática consideran que en Suiza se comience a producir más para el mercado local, a sus políticos le interesa una solución a escala europea.
En Suiza, los fabricantes de genéricos ya no compran sus materias primas a Roche y Novartis, sino a Asia. Cuando la producción deja de ser rentable, estas empresas salen del negocio y dejan de fabricar el medicamento.
El 50% de los principios activos de Roche proceden de Europa, el 25% de Asia y el 20% de América Latina.