CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  Silencios y comentarios había por todos lados en el mundo azulgrana. Al final se conoció que el presidente (en uso de licencia) Marcelo Tinelli decidió renunciar.

Su salida es para tratar de descomprimir la grave crisis institucional que vive el club. A los problemas económicos se le han agregado los fiascos deportivos de los últimos tiempos, que ha llevado a una difícil convivencia general.

Había llegado a la presidencia de San Lorenzo en las elecciones de diciembre de 2019, junto a Horacio Arreceygor (como vicepresidente primero) y su amigo Matías Lammens (como vice segundo). En mayo de 2021 el mandatario pidió licencia, en medio del caos institucional que atravesaba el club.

Pero esa salida forzada, lejos de mejorar la situación, la empreoró. Tanto es así que socios e hinchas de San Lorenzo se han manifestado en los últimos partidos en contra la dirigencia (particularmente contra Tinelli y Lammens). Diferentes sectores salieron públicamente a pedirles sus salidas y a hacer un llamado anticipado para elecciones.

Resultó evidente que esta conducción se creyó con el poder suficiente como para conducir desde los medios, y sin gestión. Los resultados están a la vista.

Para algunos que conocen los pasillos del club, hasta el 2015 Tinelli y Lammens condujeron bien, pero posteriormente habrían aparecido sus apetencias personales de proyección, tanto a nivel deportivo como político. Tinelli –dicen algunos- se pensaba candidato a presidente en el 2023; mientras que Lammens se creía jefe de gobierno porteño en el 2019...

No solo que difícilmente logren esos objetivos de máxima, sino que ni siquiera pueden garantizar que los objetivos de mínima (en el club), les salgan bien.