Vie. 29. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Política

DEVOTO O LA EXPRESIÓN DE DIFERENTES DISFRAZADOS

DEVOTO O LA EXPRESIÓN DE DIFERENTES DISFRAZADOS

SANTA FE-ARGENTINA  (Editorial PrensaMare)  Lo que se observa en el penal de Devoto no debe llamara la atención. Es la muestra de la política social y carcelaria del país.

Que la protesta haya llevado a negociar en la capilla del penal, al viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, al secretario de política criminal, Pablo Barbuto, a la representante de los detenidos (abogada Andrea Casamento) a 2 delegados por planta, a una treintena de presos, al subprocurador penitenciario, Claudio Cejas y a Emiliano Blanco (por el Servicio Penitenciario Federal), no ha sido casual.

Que desde algún medio fascistoide se “asombren” porque las autoridades negocian con “un criminal en serie” (según ellos), muestra la hipocresía y complicidad de dicho medio, más que ser un hecho informativo.

Se quedan en las formas eludiendo el fondo de la cuestión. Las autoridades no eligen con quien negociar, sino que lo hacen con quienes los presos eligen (que los representen). Y mucho más entendible en momentos críticos (como el actual, con el penal reclamando).

La coincidencia de la reunión es que resulta clave y fundamental el papel que desempeñe la justicia. Una negociación –por cierto- muy dura, con los presos plantados. El acuerdo firmado demostró –dejémoslo claro- la predisposición de ellos (víctimas-rehenes) ante el descalabro o desmadre de la situación carcelaria argentina.

La sociedad argentina debe entender que esta crisis en Devoto es gravísima. Porque dentro del sistema carcelario, dicho penal es de “los mejores” (¿?) del país.

Inclusive es común (aunque cause indignación y vergüenza) que para llegar al mismo y cumplir la pena (encerrado, estamos hablando)… los familiares o amigos del condenado deben pagar (¡).

A quién o quienes…? Bueno, eso es otro tema que en estos momentos no están en tratamiento ni discusión. Lo que sí, es algo ya ‘institucionalizado’.

Es un sitio “privilegiado”, pues está bien ubicado (en la capital argentina), es “tranquilo”, queda cerca de los familiares o amigos… Presos con condena de la justicia federal; relacionados con organizaciones narcos o con robos a mano armada.

Pero claro, existen ‘ciertos’ hechos que no escapan al común de los penales argentinos, como son los castigos grupales (de numerosos penitenciarios contra un preso indefenso), la pésima comida, la falta de salubridad e higiene. Ni qué hablemos de alcohol en gel (qué es eso).

La justicia no se ha dado cuenta que se afronta una pandemia y que los penales son caldo de cultivo para su propagación. Ni se han inmutado por descomprimir las cárceles (enviando presos en condiciones, a sus casas, con prisión domiciliaria; o a los mayores de 60 años; a quienes afrontan enfermedades riesgosas).

No se reclama la libertad para presos que hayan cometido delitos violentos o que estén cerca de salir en libertad o beneficiados con salidas transitorias.

Oficialmente se sostiene que Devoto puede albergar a 1.600 presos; lo que es mentira. Posee una capacidad muy inferior, pero actualmente los alojados ya rozan los 1.700.

Ante el coronavirus se suspendieron las visitas por lo cual, además de la situación emocional y de contacto, los presos no reciben comida (deben consumir la ‘local’ que es pésima). Tampoco reciben remedios, que muchos de ellos necesitan para su vida diaria.

Se sabe que un enfermero, un médico y 2 penitenciarios están contagiados con Covid-19.

Existen datos…: claros que demuestran cómo la justicia ignora la situación y les aplica otra injusta condena. Porque existen presos que estarían en condiciones de cumplir la parte final de sus penas en sus casas.

El sistema penal bonaerense cuenta con 51.000 presos; de ellos, 3.500 podrían marcharse (y descomprimir la situación interna en cada penal). El sistema federal cuenta con 30.000 presos; de ellos, otros 1.200 podrían estar en sus casas (con arresto domiciliario).

Porqué no ocurre que estos 4.700 (3.500+1.200) abandones los penales…? Porque para los jueces el tema no es de interés ni urgencia. Así de simple y doloroso. Mientras un preso espera que pasen 30 días para ‘marcar’ en algún lugar (o en su menoria) que “falta un mes menos”, los jueces solo esperan que transcurra el mismo tiempo para percibir sus suculentos salarios Así de simple (e inhumano).

Esta indiferencia manifiesta y uso y abuso del poder, tiene sus consecuencias. Una de ellas es la actual situación en Devoto.

Acaso alguien piensa que la política de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y sus colaboradores, junto a a jueces y fiscales que agregaron en apenas 4 años (2015-2019) más de 18.000 presos al sistema carcelario (por su “mano dura”) , sin haber ampliados cárceles ni mejorado condiciones carcelarias, no va a tener consecuencias…?

Lo de Devoto y otras cárceles del país, es una muestra de ello.

Pretender hablar del “derecho de las víctimas” (de acciones delictivas) para contraponerlo como una forma de negar derechos a los presos, es ser injusto. Y salir a decir que “se quiere liberar a delincuentes”, forma parte de la clásica maniobra del establishment que desvía el eje de la cuestión para no cambiar absolutamente nada.

Argentina necesita de gente que razone; no de reaccionarios disfrazados tras vestimentas de “empleados”, “guardiacárceles”, “funcionarios”, “jueces”, “dirigentes”, o “fiscales”.