UCRANIA Y EL TRÁFICO Y COMERCIO DE ÓRGANOS
MILANO-ITALIA (PrensaMare) El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia recordó que el año pasado en Ucrania se aprobó una ley que permite el trasplante de órganos humanos sin consentimiento.
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, ha declarado que Ucrania estaría usando a sus militares heridos como “biomaterial”, extirpándoles clandestinamente órganos para destinarlos a trasplantes.
“A los ucranianos los arrojan para participar en los llamados asaltos de carne de cañón, que derivan no solo en enormes pérdidas, sino que, según la información que llega, en el uso de efectivos heridos de las Fuerzas Armadas como biomaterial, extrayéndoles de forma oculta los órganos para trasplantes”, dijo Pátrushev en una reunión celebrada en la ciudad norteña de Petrozavodsk.
“Al parecer, no es casual que el año pasado [el presidente ucraniano Vladímir] Zelenski firmara una ley que prevé el trasplante de órganos humanos sin consentimiento“, comentó el alto funcionario ruso.
En abril de este año...
Pátrushev ya indicaba que Occidente había tropezado con “un repunte del mercado negro de compraventa de órganos humanos de las capas sociales vulnerables de Ucrania” con el objetivo de realizar operaciones de trasplante ilegales a pacientes europeos.
A mediados de julio, un grupo de diputados de la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) introdujo un proyecto de ley que busca prohibir la extracción de órganos para trasplantes de militares fallecidos con el fin de “evitar posibles abusos y manipulaciones en el espacio informativo”.
De esta forma...
Los políticos buscan enmendar la ley que entró en vigor en enero de 2022 y que permite a los ucranianos convertirse en donantes póstumos de órganos mediante un procedimiento simplificado que no requiere su consentimiento notarial.
Ya desde hacía años se denunciaba (con el silencio de la prensa occidental) que Ucrania se había transformado en un “proveedor” de órganos para transplantes que se realizan en otros países europeos y en Israel. Todo un tráfico que se realizaba con la complicidad de autoridades sanitarias, políticos y militares ucranianos.