Vie. 29. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

HABLEMOS CLARO DEL EXREY JUAN CARLOS I

HABLEMOS CLARO DEL EXREY JUAN CARLOS I

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  En su momento, cuando se sabía que iba llegando al final la vida del tirano Francisco Franco, EEUU operó para que éste eligiera a Juan Carlos como el rey que daría paso a una monarquía parlamentaria.

Era el personaje que mejor caía a sus intereses, pensando en construir una España (puerta del mar Mediterráneo) sin ningún riesgo izquierdista.

Mientras tanto, iban trabajando sobre diferentes dirigentes que consideraban que podían ser dados vuelta o alineados con la estrategia washingtoniana.

La historia española y la mundial escrita por occidente hace aparecer a Juan Carlos como caído del cielo; como emergenten mágico. Cuando en verdad ha sido el resultado de una poderosa trama maquinada desde Washington.

EEUU no podía darse el lujo que un gobierno izquierdista, o simplemente progresista, se hiciera con el gobierno español. Porque ello hubiera sido poner a toda Europa bajo el riesgo de una política de pinzas. Porque en el este se encontraban los países socialistas, y de haberse encaramado en Madrid un gobierno izquierdista, ello hubiera significado un duro golpe geopolítico para la región (y EEUU).

Es así que surge Juan Carlos el máximo confiable para el poder estadounidense, que dio paso a la monarquía parlamentaria, que –según el Artículo 1° de la Constitución-, España es un Estado social y democrático de Derecho en el que la soberanía reside en el pueblo español.

La derecha y elliberalismo económico mundiales le agradecen a Juan Carlos el haber garantizado el acceso a esa democracia. Los agradecidos han sido los mismos que le dieron oxígeno por décadas al tirano Franco…

Los años y décadas fueron pasando y la degradación de la corrupta monarquía debió contar con el silencio y complicidad de los grandes poderes mundiales, para sostenerlo. Pero todo tiene un límite. Por ello –inesperadamente para muchos-, Juan Carlos dio un paso al costado y se instaló en el trono su hijo Felipe.

No fue una decisión propia. Nuevamente fue el resultado de un planteo y exigencia surgida desde Washington. Ellos consideraron que el tiempo de Juan Carlos había llegado a su fin.

Este despido del rey, que fue disimulado por los medios y las clases dirigenciales, ahora ha descubierto que Juan Carlos engañaba a la reina, que es sospechado de haber cobrado coimas, que realizaba negocios incompatibles con su cargo, que tenía cuentas secretas en el exterior…

Inclusive este descubrimiento, es presentado como un hecho inexplicable (¿?) ante un hombre que habría hecho tanto por la democracia española. Se lo destaca, valora y ensalsa por su acción democrática (¿?) durante su reinado, pero se le cuestiona –ahora- sus actos privados.

Como si lo público y lo privado pudiera estar separado.

Es por ello que ahora se lo acusa, buscando –a la vez- salvaguardar al rey Felipe, como si éste hubiera llegado de Marte o Júpiter

Felipe es la otra cara de la misma moneda. Es más de lo mismo. Es la continuidad de su padre. En la etapa 2 del mismo proceso ideado por Washington para la España post-tiranía franquista.

Inclusive algunos medios (quizás inocentemente) han salido a plantear que el daño causado por Juan Carlos afecta a la corona y a la monarquía parlamentaria como la forma del Estado español que establece la Constitución.

Cuando –justamente- eso es lo que está en marcha

Desde Washington ya prevén el agotamiento de la monarquía en España, y van preparando el terreno para un nuevo entretenimiento. Van armando el camino hacia una democracia plena, cuando ya tienen a todos los partidos políticos cooptados y sirvientes a Washington.

Podría decirse que se busca cambiar algo para que nada cambie.

Se habla que Juan Carlos ha sido impecable (¿?) como rey, y ahora se lo critica como ciudadano. Hasta se sostiene que sus escandalosos amoríos (escondidos por la prensa) formaban parte de… la vida sentimental e íntima (¿?).

Destacando el papel de su cónyuge, la reina Sofía que pese a ser avergonzada públicamente ante las conocidas infidelidades del monarca, se mantuvo inalterable institucionalmente (¿?).

Inclusive en su intento por tratar de sostener a Felipe como absolutamente un externo a la cuestionada y corrupta monarquía, se valora la tarea que hizo su madre –Sofía-. En otras palabras: el sistema comunicacional y político occidental le valora que ella haya aceptado ser engañada, destratada, y rebajada públicamente por su cónyuge, porque debía preparar al futuro rey.

Ahora bien: con ello también están reconociendo que Felipe creció y se formó en ese ambiente hipócrita, engañoso, cínico, destratante, irrespetuoso y hasta delictivo, si se tiene en cuenta que Juan Carlos habría cobrado regalos dinerarios de la corrupta y criminal monarquía saudita.

Dineros que fueron a parar a fundaciones suyas y a la cuenta de una muy amiga suya.

Ese Juan Carlos al que ahora descubren culpables de muchos males, ha sido el que políticos, dirigentes y la prensa occidental mostraba al mundo como ejemplo (¡).

Con total desparpajo ahora, los mismos medios que protegieron por décadas las acciones repudiables de ese Juan Carlos aliadísimo de Washington, reconocen que lo hacían por respeto a su figura y a su obra política (¡).

Lo que ocurre que detrás de su máscara y vestimenta estaba la geopolítica del Pentágono, la OTAN, los ataques a las democracias de los países perífericos, los negocios de las multinacionales españolas, la venta de armas a la dictadura saudita, y los ajustazos a los españoles.

Esta prensa es la que lo mostraba orgullosa cazando en Botswana, pero ocultaba que era acompañado no por la reina Sofía, sino por su amiga Corinna Larsen (que antes de divorciarse se hacía llamar Corinna Zu Sayn-Wittgestein).

Fue así que EEUU consideró que era el momento del recambio, y apareció Felipe. Los monárquicos estaban (y están) convencidos que a él le corresponde revalorizar el sistema, y salvar la credibilidad de la monarquía.

Ahora el rey ha salido a intentar tomar distancia de Juan Carlos. Inclusive en un extenso comunicado renunció a la herencia (aunque un año después de haberse enterado que sería heredero…).

Pero la realidad marcha por otro lado. Ya está en marcha desde hace años el enterrar la monarquía española. Porque para Washington, cada vez es menos confiable, y el país podría convertirse –más allá de sus políticos- en una olla a presión. Un tema delicado para un país que posee bases de la OTAN y es puerta de entrada al mar Mediterráneo.

Mientras tanto, y para que tomen cuenta los inocentes, el fiscal suizo Yves Bertossa investiga desde 2018 la donación millonaria saudita a Juan Carlos a través de la Fundación Lucum. Que haya sido un estudio de abogados británico el que le comunicó a Felipe en el 2019 que seríe heredero, no es casual…

El golpe ha sido tan fuerte y al centro de la monarquía española, que Felipe se vio obligado a salir con un fortísimo comunicado (cuestionando a su propio padre), y a renunciar a la herencia.

Los inocentes y los monáquicos creen que con ello Felipe ha salvado la ropa. Lo que demuestra su escaso nivel de comprensión del poder anglosajón mundial, del cual –les guste o no-, tanto el tirano Franco como Juan Carlos y Felipe han sido (y son) funcionales.

La cuenta regresiva está en marcha...