Vie. 29. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Por el país

CÓRDOBA: POBREZA VACUNATORIA Y PRENSA

CÓRDOBA: POBREZA VACUNATORIA Y PRENSA

CÓRDOBA-ARGENTINA  (PrensaMare)  La maquinaria publicitaria cordobesa ha logrado instalar una realidad que no es tal. En todo el país se difunden y publican informaciones respecto a numerosas bondades cordobesas, que logran tapar la preocupación pandémica.

Inclusive se difunden oficialmente datos sobre bajas de contagiados, de funcionamiento de la economía, de turismo, de vacunados. Pero lo cierto es que la provincia tiene el 41% de cordobeses que ni siquiera se han anotado para vacunarse.

Una cifra elevadísima, que impide avanzar sobre la inmunidad de rebaño. Un hecho que perjudica a los provincianos pero también al resto del país. Córdoba no es una isla es una provincia argentina.

Ese 41% son 1.139.189 habitantes; ello significa que se han vacunado (con 1 o 2 dosis) 1.959.957 habitantes (la provincia tiene 3,6 millones de habitantes).

Porqué tanta cantidad se niega a vacunarse...? Ello no es un misterior. Por un lado están los que tienen desconocimiento; pero también los que tienen miedos o rechazo político. No debe olvidarse que desde partidos políticos como el PRO, la UCR, la CC hablaron de “envenenamiento”, de “dudas”, de recomendaciones de no vacunarse. Y en una sociedad como la cordobesa, atravesada claramente por el odio, ese discurso ha prendido fuerte.

No se trata de un ‘problema vacunatorio’, porque ello está en manos de la Nación, que lo hace muy bien, y ha dado muestras suficientes de realizar en todo el país un gran trabajo.

Entre mediados de agosto y mediados de septiembre, el país terminará de vacunar a las personas de más de 18 años. Con lo cual se estará ante la inmunidad de rebaño. Pero Córdoba estará exceptuada de ello.

Ocurre que para llegar a esa inmunidad, se debería estar entre el 75% y el 82% de cordobeses vacunados. Pero el actual 41% sin inscribirse, demuestra que será imposible arribar al rango de porcentajes citados.

De esta forma, Córdoba estará siendo un problema para el resto del país; justamente una provincia situada en el centro del mismo, siendo una provincia grande, paso de cientos de miles de personas, transportes y comunicaciones.

Es así que Córdoba corre el riesgo de transformarse (irresponsablemente) en un “reservorio del virus”, que –con sus puertas abiertas- posibilitará que el mismo siga circulando con derredor. Una provincia que ya ha detectado la presencia del virus ‘común’, y de sus variantes Epsilon (de California) y Manaos (de Brasil).

Córdoba es un centro turístico importante a nivel nacional, y las vacaciones de invierno son un condimento grave para que el virus se potencie. Enero del 2021 demostro (tiempo de vacaciones) que aumentaron los casos. Ahora, en julio, la situación se agrava por el clima frío.

Existen al 19 de julio, un promedio de 2.700 casos diarios de contagios. Se estima que para fin de mes se estaría entre los 4.300 y los 4.500 diarios. Lo que es preocupante si se expande la variante Manaos, que es 6 veces más grave que el virus conocido inicialmente. Y lo que es peor, podría avanzar la variante Delta. Ocurre que los tiempos vacacionales –además- le aportan a la gente que viaja de una clara (y entendible) relajación. Lo que agrava los pronósticos.

Por suerte a nivel sanitario existe una descompresión de la ocupación hospitalaria. Lo que ha sido el resultado directo del cierre de la presencialidad en las escuelas. Una medida adoptada por el gobernador Juan Schiaretti, a regañadientes, pero necesaria. Entendió que pese a su pensamiento ‘aperturista’ y contrario a las indicaciones desde la Nación, era necesario el cierre de escuelas.

Lógicamente que el silencio oficial, no le explica a los cordobeses que ello ha dado resultado...

El tema es que aparte de esa medida vital e importante, el gobernador no adoptó otra medida de prevención y control. Así, los comercios y los restaurantes continuaron son sus actividades, a la par que las fiestas clandestinas no sufrieron control alguno.

No existe control callejero alguno; circulación libre y sin respetarse el distanciamiento; no uso de barbijos; plazas llenas de niños y adultos. Se habló de restringir las reuniones familiares, pero sin controles...

La política de Schiaretti va de la mano de la del PRO y los anti-vacunas. Ello se paga con vidas, más allá de lo que ‘Cordoba Turismo', y de lo que se invierta en pautas publicitarias en todo el país.

Si el gobierno cordobés no lo sabe se le debe recordar que suman más de 5.800 muertos y más de 443.000 contagiados. Datos que parecen ignorar los gobernantes y la clase dirigencial cordobesa. Inclusive ese desinterés se extiende sobre los equipos de salud que luchan hora a hora contra el coronavirus desde marzo de 2020.

Schiaretti y sus equipos lanzaron al país la consigna de "Córdoba no para". Habría que recordarle que los más de 5.800 muertos en suelo cordobés, tampoco paran.