CORONDA-ARGENTINA (PrensaMare) Esta ciudad santafesina es reconocida como ‘la capital de la frutilla’ por su importante producción que supo tener por décadas.
Ya con el final del siglo pasado y estas primeras décadas, la situación fue cambiando. Ahora el intendente Ricardo Ramírez, afirmó que la producción sufre un faltante de mano de obra y hay un remanente sin cosechar.
El mandatario radical está al frente de la administración desde 2019 y recientemente fue reelecto. Citó que en los últimos 10 años Coronda pasó de producir 700 hectáreas de frutilla a 300; y que según se estima, continuará reduciéndose, pudiendo instalarse en el 2024 en alrededor de 250 hectáreas, exponiendo que ello es a causa de la falta de mano de obra.
Sostuvo que lo mismo ocurre con otras áreas productivas frutilleras como Mendoza y Posadas; se trata de producciones que necesitan de los llamados “trabajadores golondrina” (que llegan cada año para trabajar la cosecha, y luego se marchan).
Para esta ciudad, esa llegada procedía desde el norte de la provincia de Santa Fe y de Chaco. Pero tal inmigración temporal ha caídos sustancialmente en los últimos años.
Para peor, en este 2023 se agregó para la baja productiva, un temporal de granizo que paralizó la cosecha en mitad de la temporada (se extiende de principios de junio a finales de noviembre); se estima que se perdió casi un millón y medio de kilos de frutilla, por lo que muchos jornaleros abandonaron el trabajo.
El nivel de plantas se recuperó pero actualmente no hay gente para la recolección. Es por ello que ese remanente al no ser cosechado, no llega para la producción de pulpa de la fruta (como materia prima para helados, yogures y mermeladas).
El intendente también aludió a que los productores se ven imposibilitados de trasladas los costos de la mano de obra (¿?) al costo final de la frutilla, porque ese precio final lo terminan fijando las condiciones de la demanda y la oferta.
También afirmó que otro de los problemas que afrontan los productores es la existencia de planes sociales; porque muchos trabajadores de la cosecha no quieren ser registrados de manera formal para no perder el plan.
Esta expresión resulta llamativa, porque la generalidad en este tipo de producción es que los trabajadores realizan su actividad totalmente en forma sin registrar, sin inscripción y totalmente “en negro”.
Lo que si es real es que los planes sociales constituyen un ingreso superior al que pueden ofrecer los productores (“en negro”). Si bien es importante –como dice el intendente- que se debe “recuperar la cultura del trabajo”, también debería agregar que ese trabajo debería estar bien remunerado.
Actualmente un trabajador no registrado percibe –cuando trabaja, y no son todos los días del mes-, alrededor de $ 8.000 por día.