Vie. 19. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
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EL ODIO NO ES SOLO DE LA DERECHA BOLIVIANA

EL ODIO NO ES SOLO DE LA DERECHA BOLIVIANA

Una actitud que corroe por América...

CIUDAD DE MÉXICO-MÉXICO  y SANTA FE-ARGENTINA  (PrensaMare)  El derrocamiento de Evo Morales lo dejó expuesto a que la derecha lo atacara y matara. De allí que, hora a hora su situación se agravaba después de haber sido derrocado.

Ese fue el motivo que llevó al gobierno mexicano y a Alberto Fernández (presidente electo de Argentina) a tratar de buscar una urgente salida del país, para garantizar su vida.

México fue el primero en ofrecerle asilo, y el mandatario, junto a su expresidente Alvaro García Linera aceptaron y dejaron de lado la posibilidad de ir a Paraguay (país que luego ofreció recibirlos, por gestión de Fernández). Ello entendieron que al ser países limítrofes (Bolivia y Paraguay, y el haber existió una guerra entre ambos en el siglo pasado) poco ayuda a descompromir la situación.

Mientras Fernández trabajaba en ese sentido, el gobierno de Mauricio Macri mantenía un silencio cómplice a favor de los golpistas. Inclusive el mandatario hablaba de “crisis”, y no de golpe de Estado. El embajador argentino en Bolivia negó que se hubiera producido un derrocamiento (¿?). Inclusive la cancillería argentino hizo llegar a la embajada de EEUU su posición de “prescindencia” (¿?); lo que en verdad no era otra cosa que avalar el golpe apoyado directamente por Donald Trump.

Inclusive la orden de la cancillería argentina, fue la de cerrar los consulados del país en Bolivia, para con ello evitar brindar ayuda a quienes la necesitaran en medio del golpe (fueran argentinos, bolivianos o de terceros países). Telefónicamente Fernández llamó a Macri y le pidió el rechazo oficial al golpe, lo que evidentemente no tuvo la respuesta requerida.

Mientras esta situación se desarrollaba, Morales mantenía comunicaciones telefónicas con autoridades del gobierno mexicano y con Fernández. Así se llegó a la decisión del mandatario Andrés Manuel López Obrador, de enviar un avión para buscar a Morales.

No fue una tarea sencilla, y se encargaron de ello desde la cancillería mexicana, el Encargado de Latinoamérica de la misma -Maximiliano Reyes- y el canciller Marcelo Ebrard. Ambos estaban en la Ciudad de Buenos Aires asistiendo a un encuentro político regional (Grupo de Puebla).

Fernández mantuvo contactos telefónicos con el mandatario peruano Martín Vizcarra y su par paraguayo, Mario Abdo. Pero los contactos se extendieron hacia otros gobernantes de países americanos y hasta con el catalán Josep Borrell, titular de la diplomacia de la Unión Europea, y con el español Pedro Sánchez.

A todo ello, mientras Macri y la cancillería argentina eran golpistas, la propia embajada argentina en La Paz, recibió inesperadamente los ingresos de dos ministros del derrocado gobierno: Carlos Romero (de Gobierno) y Mariana Prado (de Planificación).

En medio de toda esta situación, a López Obrador y a Fernández, les preocupaba el poder sacar con vida a Morales. Estaban en sus cabezas los antecedentes de casos similares con respaldo de Washington, donde las víctimas fueron Saddam Hussein, y Muammar Kaddafi.

Preparar la salida…: no resultó un tema sencillo, pues varios países le negaron a las autoridades mexicanas el permiso para que el avión atraviese sus espacios aéreos (¡). Algunos inclusive, “se dieron vuelta” luego de haber anticipado su colaboración. Lo que evidenció que existieron gestiones u ordenes para revertir esos permisos.

La planificación inicial debió cambiarse cuando se conoció que Perú cambiaba su decisión y negaba el permiso del paso del avión. Se adujo “valoraciones políticas”. La idea era salir de Bolivia, ingresar en cielo peruano, reabastecerse y continuar volando sobre el océano Pacífico, hasta ingresar en México.

Así, se debió gestionar ante Ecuador. Mientras esto sucedía, en Bolivia se le negaba el permiso a que el avión pudiera partir. Lo que obligó a que interviniera personalmente la embajadora mexicana en Bolivia, María Teresa Mercado. La gestión surtió efecto, pero le otorgaron un espacio pequeñísimo por el cual volar, y debían ingresar en espacio aéreo brasileño (que aceptó autorizar a través de la aceptación del embajador de Brasil en Bolivia). Ello evitó tener que contactar directamente a las autoridades de Brasilia, que hubieran dilatado o impedido directamente el paso.

Así, el avión mexicano pudo ir volando por sobre la línea divisora de Bolivia-Brasil. Mientras tanto se gestionó que Perú autorizara el paso del avión (aunque sin poder bajar y reabastecerse). De esa forma, la nave partió, pero en vuelo se enteraron que el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, le negaba el permiso.

Por lo cual el avión debió “bordear” territorio ecuatoriano hasta poder llegar a volar sobre el Pacífico.

Criminales…: han sido las actitudes de las autoridades de varios países americanos (incluido EEUU que presionó) para impedir el paso y reabastecimiento del avión mexicano. Pero también de las dirigencias políticas y de los medios comunicacionales que silenciaron o des-informaron sobre esta actitud.

Estos medios son los mismos que gastaron palabras, imágenes y textos ‘solidarizándose’ y ‘lamentándose’ del accidente del avión con los futbolistas del club Chapecoense meses atrás. Pero en esta caso, con total complicidad y criminalidad mostraron su posición a favor que el avión mexicano se cayera, por falta de combustible.

Una muestra contundente de cómo la derecha y el neoliberalismo internacional actúa cómplicemente, a la hora de atacar a gobiernos nacionales y populares.