MILANO-ITALIA (Especial para PrensaMare) Alertas al máximo en Washington, pues Riad podría recurrir a Beijíng para diseñar y construir la primera central nuclear de su historia.
Ocurre que las autoridades sauditas rechazan en medio de un gran descontento por las duras condiciones que le pretende imponer Estados Unidos para respaldar elproyecto nuclear saudita.
Sucede que EEUU busca establecer un liso y llano control sobre el proyecto del país árabe, para otorgar total tranquilidad y garantía a Israel (en dicha región).
De allí que ante el pedido saudita de ayuda tecnológica y científica para su proyecto, ha encontrado duras exigencias y condicionamientos desde Washington.
En medio de ello, se conoció (y preocupa sobremanera) que China haya enviado informes ‘saludables’ a Riad para avanzar desde la estatal Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) para la construcción de la primera central nuclear de Arabia Saudita. Inclusive se imagina una construcción cerca de la frontera con Catar y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Y trascendió que podría sumarse a su desarrollo la participación rusa en las obras.
Desde 1968, el Tratado de la No Proliferación Nuclear (TNP) ha establecido las normas básicas para los países que desean aprovechar la energía atómica.
Pero a ellas, EEUU le agrega requisitos más estrictos, conocidos como el Acuerdo 123, que otorga a Washington un control aún mayor sobre el uso de los isótopos radiactivos.
Dicho acuerdo corresponde a la Sección 123 de la ley de Energía Atómica de Estados Unidos de 1954. La misma establece un marco normativo para las exportaciones de materiales, equipos y componentes nucleares desde EEUU a otro país.
Si bien los estadounidenses fomentan el uso de la energía atómica porque ello significa que el país “ayudado” se transforme en dependiente de EEUU, le exige que las instalaciones utilizadas para el enriquecimiento o el reprocesamiento de uranio para combustibles de reactores no puedan utilizarse con fines militares.
Eso si: EEUU puede hacerlo cómo y cuando quiere, al igual que sus aliados y socios...
Resulta interesante recordar...
Que en 2008, Washington dio su visto bueno a la primera central nuclear de los EAU (Emiratos), a cambio de firmar un acuerdo de este tipo.
Pero se sabe que China no tendrá exigencias imperiales y/o de control al brindar su ayuda y aporte científico. Por ello desde Riad consideran que esta es la mejor opción. Para más, los sauditas tienen en cuenta que en 2019 las autoridades chinas declararon que podrían llegar a construir hasta 30 reactores nucleares en el extranjero en la década actual.
En el año 2022, el ministro saudí de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman, prometió que su país seguiría siendo un socio energético fiable y de confianza para China.
Además señaló que ambas naciones tratarían de ampliar las cadenas de suministro energético mediante el establecimiento de un centro regional para las fábricas chinas en el Estado árabe del golfo.
Mientras EEUU y sus...
Aliados continúan con sus políticas imperiales, China avanza en el mundo en otro sentido, a nivel comercial, de inversiones y de cooperaciones. En diciembre de 2022, se produjo la histórica visita del presidente Xi Jinping al reino saudita. En ese encuentro inclusive se analizaron las posibilidades que se produjeran inversiones en el golfo Pérsico. En ese sentido se analizó profundamente la denominada Vision 2030, que es el plan del príncipe Mohamed bin Salman para transformar la economía de su país.