SANTA FE-ARGENTINA (por Esteban D’Arret, PrensaMare) Resulta evidente que el ingreso militar ruso a Ucrania respondió a varios factores. Se equivocan los que consideran que se trató de una ‘locura’ del “nazi” (¿?) Vladimir Putin.
Deben tenerse en consideración numerosos aspectos, como:
· La histórica relación de Rusia con Ucrania
· El constante avance de la OTAN en derredor de Rusia
· El fracaso de las negociaciones EEUU-Rusia, porque al primero no le interesó en absoluto llegar a acuerdo alguno (con el fin de seguir ganando tiempo y avanzar en rodear militarmente a Rusia)
· La alianza estratégica de Rusia y China
· El constante retroceso de EEUU en el mundo (que necesita poner fin a ello, “plantarse” y re-negociar con China desde otra posición de fuerza, ‘descatando’ a Rusia)
· La alta dependencia europea del petróleo y gas rusos
· El golpe de Estado pro-Unión Europe, pro-OTAN y pro-EEUU de 2014 que sacó del gobierno al presidente que tenía buena relación con Rusia
· El constante ataque militar de Ucrania sobre los territorios independentistas (del este) que se opusieron al golpe de Estado
· El incumplimiento de Ucrania a los Tratados de Minks 1 y 2 (sobre reforma constitucional, autogobierno a ciertas áreas del Donbass, cese el fuego, retiro de armamento pesado, liberación de presos de guerra, respeto de la decisión de los habitantes de Crimea y el no ingreso a la OTAN...)
· El desconocimiento de occidente de las relaciones sociales, culturales, religiosas y de naciones en el entramado de Ucrania, que contiene descendientes de diversos orígenes y que hablan diferentes idiomas (ucraniano, ruso, rumano...). El presidente es... rusoparlante
· En 1991, la OTAN se comprometió a no expandirse más allá de Alemania. En 1999 ingresaron: Hungría, Polonia, y República Checa (lo que fue planteado por Putin en febrero de 2007 en la Conferencia de Seguridad de Munich y reclamó “consenso”
· En diciembre de 2021, Putin ofreció un acuerdo a Estados Unidos, en el cual la OTAN se comprometía a no aceptar la adhesión de Ucrania. Washington rechazó la propuesta en febrero de 2022
· Resultaba evidente que EEUU quería seguir avanzando, por lo que Rusia reconoció oficialmente a los independentistas: la República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk (con lo cual ambas dejaron de ser un problema interno ucraniano y se transformó en un problema internacional, donde Rusia podría intervenir para su seguridad
· Putin actuó en defensa de la seguridad de Rusia, puesta en peligro por la ofensiva militar de la OTAN, con el beneplácito de la UE, bajo la conducción de EEUU.
En cuanto a las consecuencias de las ampliamente difundida de las ‘sanciones económicas’ que occidente le aplica a Rusia, se puede concluir que:
· La “suspensión” al funcionamiento del gasoducto internacional Nord Stream 2 es ‘ficticia’... porque todavía no esraba en funcionamiento
· Prohibir la toma de ‘deuda rusa’ es tragicómico. La deuda de Rusia es de apenas el 17% de su PBI (el 80% está en manos chinos y el 20% de bancos rusos...)
· Europa no puede dejar de comprar gas ruso (particularmente Alemania e Italia), porque no tienen sustitutos. Si desean pasarse a comprar GNL (Gas Natural Líquido) que llegue por barco desde EEUU o Nigeria, el mismo no puede ser regasificado porque las instalaciones europeas ya trabajan al máximo de su capacidad...
· La cancelación para que los bancos rusos puedan operar con el sistema interbancario SWIFT, será sorteado (burlado) porque desde hace 7 años el país y China operan con un sistema alternativo
· Si Europa aplica una baja de compra de gas ruso, Gazprom ya firmó un acuerdo con China para venderle más gas (y así no sufrir la baja de ingresos por su exportación)
· Las compras de gas a largo plazo (firmadas con países europeos) continuarán respetándose, anticipó Moscú. El tema es que puede alterar y/o suspender las ventas que se hacen al día afectando a los países más débiles y dependientes (de la UE)
· Siendo Ucrania y Rusia los grandes exportadores de trigo, el primero ya sufrió una paralización total de sus exportaciones. En cuanto al segundo, occidente anticipó que dejará de comprarle, por lo que el trigo continuará aumentando de precio (lo que se agrava ante las malas cosechas en China). Los países importadores de trigo pasarán a tener graves problemas para abastecerse
· La misma situación se presenta para numerosos metales y hasta con el oro, donde Rusia es líder de la producción mundial
Analizando la política ‘grande’, resulta evidente que occidente falló en sus análisis, o pecó de una soberbia tan grande que lo llevó a no entender lo que estaba ocurriendo en el mundo:
· China ya ha sobrepasado a EEUU como primera portencia mundial
· Rusia asiste a una re-construcción de sus potencialidades
· El mundo aspira a una construcción multilateral, superando la unipolaridad que pretende seguir sustentando EEUU
· China y Rusia han sellado un acuerdo estratégico
· Desde hace años China y Rusia (2008) vienen construyendo acciones de asociatividad comercial, productiva, comunicacional y de acciones geopolíticas
· El 2010 Rusia en su estrategia energética para el 2050 decidió que sus destinos de exportación de energías se re-dirigirían hacia Asia (relegando a Europa)
· Washington (y la UE) consideraban que los futuros sitios de confrontación mundial estarían en China y Taiwan (pero apareció Ucrania...)
· Washington consideró a Ucrania como un tema ‘secundario’ (controlado o ya asumido como un “territorio tomado”). La presencia militar rusa en suelo ucraniano (más allá de las constantes ‘denuncias’) sorprendió a los estadounidenses (y ni qué decir a los europeos). Presentándose la rara paradoja que, tras la decisión de Putin, EEUU reaccionó y se negó a negociar, con lo que demostró que Ucrania es un tema ´principal’. Si realmente hubiera sido ‘secundario’, inmediatamente Joseph Biden debería haber dado la orden de negocia y paralizar esta situación que afectará económicamente al mundo
· La torpeza estadounidense llegó a tal nivel, que su presidente Bidel (el 20 de enero de 2022) expresó que si la invasión era menor, Estados Unidos no intervendría. Con semejante expresión, reconociendo el derecho de Rusia en intervenir (ayudar) a las dos repúblicas reconocidas como independientes y soberanas, ello significa que él mismo reconoce que... no es una invasión.
Está claro que el poderío militar ruso está sorprendiendo a occidente. Donde Europa es ‘el jamón del sandwich’, entre Moscú y Washington; donde los estadounidenses no pueden intervenir en forma directa y buscan alentar intervenciones ‘tercerizadas’, pero limitadas.
Se asiste a una acción militar rusa que se cumple según lo planificado en cuanto a destruir todos, absolutamente todos los objetivos militares ucranianos, con la mínima afectación a la pobración civil. Donde una vez cumplido dicho objetivo y cuando las autoridades acepten las condiciones de Moscú, las tropas se retirarán.
Una crisis militar donde de seguro, occidente será el gran triunfador comunicacional, dejando instalado en el mundo un odio anti-ruso, pero donde la conformación de las relaciones de fuerzas entre las potencias ya no srrá el mismo que existía al momento que las tropas rusas atravesaron la frontera con Ucrania.