SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare) En medio de una Iglesia Católica conducida por un papa como Juan Pablo II, la orden Opus Dei apareció como en plena expansión y convirtiéndose en una ‘intocable’.
Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa, inmediatamente se generalizó en el interior de la conducción de la orden la preocupación. Porque para esta organización derechista (o ultraconservadora como la calificarían en Europa), siempre consideró a los jesuitas como sus máximos enemigos.
No era un tema nuevo, sino que desde la misma fundación -en 1928- por el español Josemaría Escrivá de Balaguer, así los calificaban.
Al final, lo que muchos esperaban desde afuera de la orden, ocurrió. Porque el 22 de junio de 2022, Francisco publicó "Ad charisma tuendum". Mediante el mismo ‘desjerarquizó’ a Opus Dei. Así, le quitó los privilegios y la autonomía, reduciéndole el poder. Una organización que desde 1982 fue transformada por Juan Pablo II en “Prelatura Personal”.
Qué significa este cambio? Que desde el 4 de agosto dejan de estar directamente bajo el papa y dependerán del Dicasterio para el Cleto (como el resto de las órdenes).
Además, su máxima autoridad dejará de ser nombrado obispo y –lo que preocupa mucho en su interior-, deberá rendir cuentas una vez al año.
De esta forma se le terminó el privilegio de no tener que responder ante nadie en el catolicismo. Porque Opus Dei solo respondía a si misma... Carecía de cualquier tipo de control sobre sus acciones (al no ser parte de la organización territorial de la Iglesia).
La decisión de Francisco los tomó por sorpresa, pues imaginaban que con todos los problemas de la Iglesia Católica y con la situación mundial en un estado tan delicado, el papa ‘no iba a perder el tiempo en ellos’. Se equivocaron. Inclusive en su convencimiento de ‘intocabilidad’, entendían que Francisco no se animaría a tanto. Se equivocaron.
Es cierto que existe una denuncia (de 43 mujeres), que ingresó al Vaticano el 7 de septiembre de 2021 (ante el Tribunal para la Doctrina de la Fe), que lo dio a conocer al pontífice. Si bien esta denuncia es importante y sigue su curso pertinente, ello se podría considerar como un tema ‘administrativo’. Cuando la decisión de Francisco de ‘desjerarquizar’ a Opus Dei es en verdad un tema ‘político’.
Demás está decir que en la denuncia se detallan acciones verdaderamente escandalosas, violatoria de derechos humanos y de esclavitud; ello incluía amenazas religiosas con una clara persecución espiritual.
Una auténtica vergüenza por donde se la analice. No de ahora; ni desde la presentación de la denuncia; sino desde el mismo surgimiento de Opus Dei, una organización auténticamente fascista, aunque a los católicos no los contente el recibir calificativos políticos (en una acción honesta o no...) por pretender sostener que son apolíticos...
Una nueva acción del papa que sigue marcando diferencias con muchos de sus predecesores. Un hecho que sirve para seguir oxigenando un ambiente mundial que lleva muchas, muchísimas décadas (o siglos?) de contaminación superestructural. Tanto es así que ese respirar nauseabundo hizo que fuera aprovechado por sus peores enemigos para debilitar el catolicismo (dedsde adentro y afuera).
Es de desear que Francisco continúe dando muestra que ‘algo está pasando en el Vaticano’...