Jue. 18. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

EUROPA, TRÁFICO HUMANO Y DESPRECIO

EUROPA, TRÁFICO HUMANO Y DESPRECIO

Una constante del racismo europeo...

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Días atrás desde PrensaMare se informó sobre la aparición de un camión con los cadáveres de “chinos” inmigrantes, en Gran Bretaña.

Inclusive el escalofriante suceso mereció un artículo donde se denunciaba el hecho, pues este tráfico de personas no es nuevo en Europa. Continente que aprovecha y transforma a los llegados como mano de obra esclava.

La información oficial refirió a que se trataba de “inmigrantes chinos”. Sin embargo, con el paso de los días la investigación tuvo un sustancial vuelco, al tener que reconocer las autoridades británicas que se trataba de vietnamitas.

Lo que demuestra la liviandad, el desprecio y desinterés con que las áreas oficiales (desde el Estado) tratan a los inmigrantes y/o a quienes ellos consideran personas ‘de segunda’.

Porque la rapidez con que Gran Bretaña informó que ern “chinos”, simplemente obedeció a que encontró 39 cadáveres de personas con rasgos orientales. Para ellos “son todo lo mismo” (los orientales).

Lo concreto ha sido que se trató de 39 vietnamitas, por lo que dicho estado asiático afrontó el tema con luto. Los cadáveres hallados en un camión de Essex (Inglaterra) el pasado 23 de octubre eran vietnamitas; la mayoría de ellos provenientes de zonas pobres y rurales.

Quienes tuvieron ese trágico final dejaron Vietnam en el convenimciento que iban hacia un mejor futuro. Pero hallaron la muerte a manos de criminales, traficantes (europeos) de seres humanos. La investigación dejó al descubierto que algunos de ellos hasta pagaron 40.000 dólares a esos criminales, para llegar al Reino Unido. Donde, al ser indocumentados, pasarían a ser mano de obra barata y explotados.

Dentro de esta dramática situación, la prensa ‘seria’ europea (y la occidental en general) realiza su aporte incondicional para que dichas bandas trabajen con tranquilidad, e inclusive -llegado el momento-, no dudan en tratar de desviar la atención de esta situación.

Ello se puede observar claramente con el tratamiento de la noticia, al conocerse que los 39 muertos eran vietnamitas. Porque estos medios (que forman opinión a nivel mundial) no han dudado en presentar a Vietnam como “el responsable” de estas muertes.

Le endilgan a dicho país el llevar adelante un desarrollo económico que beneficia a las grandes ciudades, pero no a las áreas rurales. De allí que –dicen- a los vietnamitas no les queda otra que emigrar al extranjero.

Una muestra contundente del utilitarismo, la posición y visión de (supuesta) superioridad, y el cinismo de occidente para con las naciones periféricas.

En ese sentido, una “voz oficial”, como es la de Nicolas Laínez, investigador asociado del Centro para el Sudeste Asiático (de París), ha expresado: “Cientos de miles migran a las periferias industrializadas de Hanói y Ho Chi Minh. Decenas de miles van a otros países del Sudeste Asiático o Asia. Y unos poquitos miles van a Europa, lo que cuesta un dineral y es muy difícil de organizar”.

Los ‘especialistas’ (¿?) en temas de redes de tráfico de personas sostienen que en los últimos años el Reino Unido es el destino preferente dentro de Europa, para los vietnamitas. Posiblemente porque existe una idea o concepto de asociar los países de habla inglesa con un mayor nivel económico. La comunidad vietnamita se ha establecido allí desde los años 90 del pasado siglo. Este hecho alienta que otros los imiten.

Muchos creen –en base a la gran maraña mediático-cultural instalada en el mundo- que donde se habla inglés existe más dinero. De allí la elección de suelo británico. Para más, el viaje a este país se efectúa por tierra. También elegirían irse a Estados Unidos, Canadá o Australia, pero la travesía se hace más dificultosa.

Esta tragedia de Essex ha sido tomada como un ‘hecho periodístico’. Como una simple información, que horas más tarde es sucedida o reemplazada por otra. Está visto que los europeos no asumen el problema como tal. No han creado conciencia en sus poblaciones, y mucho menos en sus autoridades respecto al tráfico y la trata de personas. De allí que ‘olvidadas’ estas muertes, el delito continuará gozando con la misma salud de horas, y décadas atrás.

Por ello, de seguro que estas muertes –lamentablemente- no van a servir para reducir estos delitos.