TOKIO-JAPÓN (Especial para PrensaMare) Pesea que se trata de disimular –principalemente desde occidente-, la industria automotriz alemana pierde terreno en China.
Los costos elevados, la caída de la demanda, y la competencia dursíma lleva a que la industria automovilística alemana sufra una gran presión; en particular en el lucrativo mercado chino. Y los analistas entienden que ello –lejos de finalizarse- se agudizará.
En medio de un ambiente de crisis, ello se hace evidente en la economía alemana. Para los fabricantes de automóviles, existe un problema estructural adicional: la transformación hacia la movilidad eléctrica y la conducción autónoma seguirá ocasionando costos elevados. Ello lleva a que los fondos necesarios se frenan en el negocio con los vehículos de combustión (que son cada vez menos deseables por los compradores).
Se podría decir que...
Hasta mitad del 2023 las cosas andaban bien. Pero las previsiones para todo el año defraudan las expectativas de inversores y accionistas.
La inflación y el aumento de los tipos de interés tienen un efecto desacelerador, y a consecuencia de ello, los vehículos nuevos tienen menos demanda. Existe producción, pero las ventas siguen estando una buena quinta parte (-20%) por debajo del nivel anterior a la crisis de 2019.
Inclusive los pedidos de coches eléctricos están disminuyendo en Alemania. La demanda es solo un 60% del volumen del año anterior.
Mientras ello sucede en...
Una Alemania que sufre la gran crisis de energía, al nopoder aprovisionarse de Rusia y tener que comprar en el mercado de occidente petróleo y gas más caro, los coches eléctricos están en auge en China.
Se trata del mayor y más importante mercado automovilístico del mundo, que cada vez matricula más autos eléctricos. A nivel mundial, uno de cada 2 coches con motor eléctrico circula ya en China.
Ello le permite a los fabricantes chinos progresar rápidamente. La única competencia real a la que se enfrentan actualmente en su propio país es el fabricante estadounidense Tesla.
Los compradores de coches chinos (en particular los de alta gama), prefieren las marcas nacionales. El líder del sector es BYD, que vendió un 29% más de coches eléctricos que Tesla en el primer semestre del año.
Es así que la propia administración de VW China (filial de la alemana Volswagen), que había sido líder del sector durante décadas, ha reconocido que ha sido desplazada de la primera posición por BYD en el primer trimestre.
Además del Grupo Volkswagen (con sus marcas de lujo Porsche y Audi, Mercedes y BMW) analizan la situación con un panorama negativo y pesimista. La principal consultora especializada en temas de automoción (Berylls), ve un "cambio de guardia en China" en el segmento premium.
En el pasado, los coches de lujo alemanes se consideraban símbolos de estatus ideales para las clases media y alta de China. Eran tiempos en que las marcas nacionales chinas eran consideradas “técnicamente” atrasadas y de baja calidad.
Pero todo está cambiando para mejor para chinos, y para peor, para alemanes. Los vehículos de producción china ganan puntos sobre todo con características digitales, como sofisticados sistemas de asistencia e entretenimiento.
Pero por si fuera poco, los cohes chinos presentan las virtudes premium clásicas, como el confort y la calidad. Los clientes entienden que ahora los coches chinos están casi a la par o son mejores que los proveedores establecidos.
Mientras tanto, se asiste a...
Que China se convertirá en el ‘campeón’ mundial de exportación de automóviles. Ello considerando el conjunto del mercado automovilístico (incluidos los vehículos con motor de combustión). Las marcas chinas superarán a las extranjeras por primera vez en décadas, con una cuota de mercado del 51% en 2023.
Para 2030, esta cuota aumentará hasta el 65%, según prevé la consultora AlixPartners.
Todo anticipa que China va camino de convertirse en la gran superpotencia automovilística, relegando a Europa, Japón y EEUU; algo impensado años atrás.
Los fabricantes europeos están cada vez más en sus posibilidades de defensor las cuotas de mercado en sus mercados internos tradicionales. Se anticipa que los beneficios récord de los fabricantes de automóviles alemanes está llegando a su final.