EEUU Y LA PRENSA MUNDIAL DESINFORMAN SOBRE EL CORONAVIRUS
SANTA FE-ARGENTINA (Editorial PrensaMare) Desde EEUU se lanzó una durísima ofensiva política y mediática contra China, tras la aparición del Coronavirus.
Las semanas han pasado, China logró controlar el virus, obteniendo importantísimo logros científicos, mientras el mundo no sabe a ciencia cierta qué sucede en EEUU.
Porqué? Por la sencilla razón que el Coronavirus ha sido usado desde Washington como una ‘herramienta’ para su constante guerra contra el gigante asiático. Pero además, porque el más poderoso país capitalista del mundo ha dejado el tema librado a las soluciones “del mercado”.
Tanto que el mismísimo presidente Donald Trump ha salido a afirmar que el tema es una maniobra política de sus opositores demócratas (¿?).
Frente a ello, China afrontó el problema con una mayúscula respuesta desde el Estado. Sus autoridades se pusieron adelante del problema y utilizaron todas sus variables y recursos para solucionar el problema. Y lo han logrado. Tanto que desde Washington y los principales medios informativos occidentales siguen ocultando la verdad.
Inclusive la decadente Europa no sabe cómo enfrentar el problema. El mayor (o peor?) ejemplo es Italia, con 16 millones de habitantes en cuarentena. Alquien imaginó semejante fracaso de una gestión estatal capitalista como ésta en la historia…?
La situación en Italia es delicadísima. En Arabia Saudí, el este del país ha sido aislado; las escuelas en todo el país han sido cerradas. El virus ha ido apareciendo en países europeos y americanos.
En Estados Unidos sigue creciendo el duro cuestionamiento y la condena pública por la mala gestión del brote, por parte del Gobierno de Trump. Pero además, en el “país de la libertad total”, existe falta de acceso a las pruebas de diagnóstico.
Al día 10 de marzo se hablaba de alrededor de 500 casos con 22 muertes registradas en suelo estadounidense. Pero todos sospechan que esas cifras no son las verdaderas.
Se habla que la peor de las situaciones y la zona cero del brote se sitúa en la costa oeste de Estados Unidos.
Varios estados, como los de Nueva York, Oregón, Washington, California, y Maryland, han declarado el estado de emergencia.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, criticó a los Centros para el Control de Enfermedades por la demora en la respuesta al brote y por no permitir que laboratorios privados del estado de Nueva York realicen pruebas de diagnóstico del virus.
La Universidad de Columbia canceló las clases desde el lunes 9 de marzo. La Universidad de Washington y otros centros educativos del área de Washington, así como la Universidad de Stanford (en California), pasaron a impartir sus clases por internet. La Universidad de Rice (estado de Texas), también ha cancelado las clases presenciales.
Tres de los asistentes a la conferencia del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel, que tuvo lugar la semana pasada en Washington D.C., dieron positivo por coronavirus. Un evento al que asistieron 18.000 personas, entre ellas varios legisladores; el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, estuvieron entre los oradores.
Pero el hecho que más asombra y es repudiado es que los trabajadores de bajos ingresos y los que reciben un salario por hora, son obligados a trabajar incluso cuando están enfermos. Situación ésta que se opone directamente a las recomendaciones efectuadas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades para contener el coronavirus.
Un hecho que trascendió fue que los trabajadores de la cadena de restaurantes de comida rápida Chipotle se retiraron de sus puestos de trabajo en un restaurante situado en Nueva York en protesta por las prácticas de la compañía, que según señalan los pone a ellos, a sus compañeros de trabajo y a sus clientes bajo mayor riesgo.
Es bueno recordar que en el país, son millones los trabajadores que no reciben licencia por enfermedad remunerada.
En el estado de Washington, integrantes de la organización Shutdown Northwest Detention Center Coalition (Cierren el Centro de Detención de Northwest) peticionan que se realicen inspecciones de salud en la cárcel de inmigrantes. También que se publique un plan para ayudar a prevenir la propagación del coronavirus entre los reclusos y para tratar a las personas contagiadas.
Los pasajeros del crucero Grand Princess, que había sido puesto en cuarentena frente a la costa de San Francisco, han sido impedidos de desembarcar. Inclusive el propio Donald Trump sostuvo: “Preferiría… porque me gusta que los números permanezcan donde están. No necesito que las cifras [de casos de coronavirus] se dupliquen debido a un barco. No fue culpa nuestra”.
En dicho crucero, 21 de las 3.600 personas a bordo tienen coronavirus. Pero lo llamativo es que solo 46 personas han sido sometidas a pruebas de diagnóstico (¿?).
Mientras tanto, estados de todo el país se han quejado de la falta de kits de prueba, y la cifra real de casos de coronavirus continúa siendo desconocida debido a la insuficiencia de pruebas de diagnóstico realizadas.