SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare) Recientemente, una noticia originada en la agencia de espionaje israelí, causo un ‘cierto’ impacto en determinados medios de comunicación argentina, a la vez que un –lógico- silencio de la clase dirigencial neoliberal y derechista.
Un diplomático israelí –Danny Carmon- confirmó el informe del Mossad sobre los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA
Daniel Carmon ratificó el documento que descarta la participación operativa de argentinos e iraníes en los ataques a los edificios de la AMIA y la DAIA.
Se trata de la opinión sobre un informe del servicio de inteligencia de Israel –Mossad-, sobre los dos atentados.
Esta expresión sostiene que ni argentinos ni iraníes, tomaron parte en el (o los) comando operativo que atentó. Con lo cual se desdice de todo lo que vinieron sosteniendo por décadas la justicia argentina, la embajada de Israel, el Mossad, la CIA, la clase dirigencial neoliberal y derechista y los medios de comunicación hegemónicos.
Pero esta expresión demuestra la colonización y dependencia que existe en amplios sectores de la sociedad argentina –particularmente la dirigencial-, que así como sostuvo una cosa por décadas, ahora –al expresarlo el Mossad-, da por válida tal expresión.
Parte de este documento fue difundido por el influyente The New York Times –de EEUU-, y allí el periodista Ronen Berman deja en claro que el Mossad no le quita responsabilidad a Irán.
En defenitiva: lo que desean fundamentalmente dicha agencia y sus pares de la CIA. Porque Irán sigue siendo ‘el’ enemigo de ambos países.
Esta nueva posición del Mossad debe entenderse como una nueva maniobra de los intereses de la misma; porque con tal afirmación se asesta un duro golpe a la ya desacreditada actuación de la justicia argentina.
Con semejante ‘informe’, se desvincula a tres iraníes de la embajada de Irán en Buenos Aires. Efectivamente; se caen las acusaciones contra el supuesto ‘cerebro de los ataques’ (el agregado cultural Mohsen Rabbani), el embajador (Hadi Soleimanpour) y el tercer secretario (Ahmad Asghari).
Se trata de quienes sigue pesando sobre sus cabezas los pedidos de capturas con alertas rojas de Interpol.
Esta noticia evidencia –por si alguien lo dudaba-, que han tenido y tienen más peso los ‘informes’ de agencias de espionajes extranjeros, que el accionar de la justicia argentina. Esto ratifica que ambas causas están super-infectadas de informes y acciones de inteligencia, que de pruebas judiciales...
Los analistas de las causas suelen recordar que en la referida al de la AMIA, la base principalísima ha sido un texto de la SIDE (exagencia de espionaje argentina), cuando estaba al frente Miguel Ángel Toma. Un funcionario de excelentes relaciones con la CIA, que no dudó en que dicho texto fuera una copia lo que sostenían en esos tiempos el Mossad y la... CIA.
En cuanto a Daniel Carmon (al que algunos medios argentinos presentan amistosamente como Danny Carmon) es un exdiplomático israelí, sobreviviente del atentado contra la Embajada (Cónsul israelí en la capital argentina). El mismo que -por otra parte- había declarado tiempo atrás: “Lo que yo sé es que hay un país responsable del atentado, Irán, hay quien lo cometió, la organización terrorista Hizbala que lo hizo en nombre de Irán y hay quien debería haberlo investigado” (Semanario Hebreo Jai, 17-3-2022).
Agregando: “Israel investigó y las conclusiones fueron claras, como ya las dije. Irán y Hizbala”. Coincidentemente, el mismo artículo apareció en diario Perfil (20-3-2022).
Respecto al periodista israelí Ronen Bergman, se trata de un ‘especialista’ en cuestiones de seguridad e inteligencia. Autor del libro Rise and Kill First (Levantarse y matar primero), que lleva como subtítulo “la historia de los asesinatos programados por Israel”. Si: en dicha obra refiere a las verdaderas acciones criminales del Mossad, atentando contra dirigentes, militares, civiles, y científicos palestinos, iraníes, egipcios y de otros países, a los cuales Israel consideraba ‘peligrosos para su seguridad’.
Lógicamente que no existe en dicho libro un repudio a semejantes acciones...
Frente a esta noticia, cómo quedará en el expediente de la causa judicial, todo lo informado por el periodismo respecto a que el agregado cultural iraní (Mohsen Rabbani) había “supervisado” el ataque desde las inmediaciones de la calle Pasteur, comunicándose con un teléfono de Hezbollah en El Líbano...?
Continuando con las nuevas conclusiones del informe del Mossad, allí se insiste en que está probado que Irán aprobó y financió los atentados. Agregando que las autoridades iraníes entrenaron al comando (citándose sus nombres; incluído el del ‘suicida’, Muhammad Nur Al Din). El grupo terrorista estuvo integrado por libaneses salidos de Argentina dos días después del ataque.
En el artículo del diario, el ‘especialista’ Bergman –como no podía ser de otra manera-, apeló a clásicos inventos propios de Hollywood: que los explosivos ingresaron a Argentina “en botellas de shampoo y cajas de chocolate” y que fueron escondidos (¿?) en un parque o plaza (Parque Centenario?).
Alguien se imagina en un espacio verde recreativo tan concurrido, haciendo pozos para enterrar explosivos...?
El tema es tan delicado y a la vez con rasgos de disparatado que el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, puso el grito en el cielo: “La información en crudo es errática. Después de 30 años ese trascendido distrae la investigación. Contrabandear explosivos que se adquieren en el país parece inexacto y temerario. La responsabilidad está determinada en Irán, no es sólo Hezbollah”.
Por un lado se debe sentir ‘desilusionado’, porque el mismo Mossad que por décadas dio ‘letra’ para tal doloroso tema, ahora se desdice y deja mal parados a quienes fueron sus principalísimos difusores y defensores de las teorías atentatorias.
Pero por el otro deja en claro que coincide con el Mossad y la CIA en cuanto a que “la responsabilidad” es de Irán y Hezbollah...
A su vez el abogado de la AMIA, Miguel Bronfman, no anduvo con sutilezas: “La información carece de la más mínima seriedad. La nota de NYT no parece un trabajo periodístico serio, está plagado de errores y de afirmaciones directamente absurdas”.
Frente a esta noticia y declaraciones, qué puede pensar el ciudadano común argentino...?
Que los intereses de potencias (EEUU e Israel) juegan con la verdad como lo desean y necesitan. Lo que durante más de 28 años fue sostenido como única verdad, ahora deciden borrarla sin inmutarse.
Que, teniendo en cuenta que Irán y Hezbollah siguen estando en la lista de los mayores enemigos de esas potencias, se puede ‘adecuar’ cualquier informe, para que una parte sea desdecida, y la otra... reafirmada.
Que con toda caradurez, el Mossad reconoce que sus propias acusaciones (y supuestas pruebas)... eran una mentira. Un verdadero montaje.
Pareciera que las necesidades geopolíticas de sectores estadounidenses e israelíes consideran necesario dejar de lado acusaciones ‘menores’, evitando conflictos secundarios, para reforzar su (necesario) esquema de ataques sobre Irán y Hezbollah.
Total, la verdad es lo de menos.
Tanto es así que –sin ir más lejos-, dentro de EEUU todavía no saben quien mató al presidente John Kennedy (el 22-11-1963), y dentro de Israel, todavía no se sabe quién liberó el camino para que el asesino ejecutara al premier y Ministro de Defensa Isaac Rabin (el 4-11-1995)...