SALTA-ARGENTINA (PrensaMare) Ha quedado expuesto el importante contrabando de granos en esta provincia, con libre paso de camiones y el pago de coimas.
Trabaja sobre ello el Tribunal Oral Federal n° 2 de Salta. Los principales imputados son el ex jefe del Escuadrón Aguaray de la Gendarmería Nacional, comandante principal Marciano Alberto Páez; y el alférez Diego Ernesto Radaelli y el sargento Rodolfo Ayala (del mismo escuadrón); y Alberto Martín Crossa, propietario de una finca en Campo Durán, en el Departamento General San Martín.
Se están ante el delito de contrabando de granos, agravado por el número de intervinientes y por la participación de funcionarios de una fuerza de seguridad nacional, todo ello en concurso real con cohecho, tanto activo como pasivo.
Ya declaró el sargento primero Marcos Coronel, jefe del Equipo de Análisis de la División Antidrogas de la Sección Aguaray. Este llevó adelante el estudio en función de los mensajes y audios que fueron extraídos de los teléfonos secuestrados (de los acusados como a otros dos imputados prófugos).
Allí se descubrió en detalle los movimientos y acuerdos arribados por los acusados dentro de la empresa delictiva desarticulada, ante la denuncia de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Tras su declaración quedó confirmado el rol de cada uno de los acusados; cómo era la maniobra; la forma implementada para el paso ilegal de los camiones con granos; las peleas internas; y hasta los montos y forma de pago de los sobornos.
Los jueces ya disponen de los audios, chats de conversaciones vía WhatsApp, videos e imágenes extraídas de los distintos teléfonos.
La maniobra consistía...
En liberar la ruta para el paso de los camiones con granos hacia Bolivia. Ello estaba a cargo de los gendarmes acusados; Crossa (con su finca colindante con Bolivia), era la puerta perfecta para concretar el contrabando.
Los acusados recibían pagos de coimas que, en un principio, eran de $ 150.000; luego llegaron hasta los $ 250.000... por semana.
Esta forma delictiva se implementó en noviembre del 2020; tuvo su mayor apogeo desde diciembre del 2020 hasta marzo del 2021, cuando el comandante Páez asumió la dirección de la organización.
Todo lo descubierto se vio fortalecido con el secuestro del teléfono celular de uno de los prófugos. Se trata de Rodrigo Torrico, que el 12-3-2021 intervino en un procedimiento para liberar el secuestro de 2 camiones que fueron detenidos cuando llevaban aceite de soja.
Así se descubrió que el contrabando de granos estaba dirigido inicialmente por el sargento Ayala (que operaba junto a Crossa para el paso de los camiones hacia Bolivia). El flujo de camiones oscilaba entre los 5 y 6 camiones por semana.
Se usaba la Ruta 34 (hasta el cruce con la 54, que conduce a la localidad de Campo Durán); los transportistas llegaban hasta la finca de Crossa, en el kilómetro 79 (y de allí pasaban a Bolivia).
Hasta que el...
21 de noviembre del 2020 Crossa recibió una notificación desde la jefatura del Escuadrón de Aguaray (al mando de Páez). El texto lo llevó el alférez Radaelli (mano derecha del comandante).
La notificación aludía a las obligaciones de los propietarios de terrenos colindantes con la frontera. Ello preocupó a Torrico como a Crossa. Este último rompió relaciones con Ayala y comenzó a dirigir la negociación hacia Páez.
Páez debía pasarle fotos de las chapas patentes de los camiones que iban a pasar, los cuales pagaban la coima. El comandante (a través de Radaelli), definía una franja horaria para el paso de los camiones.
Inclusive se comprobó que Crossa participaba de asados con el comandante, en su finca. También quedó probado que Crossa renegaba con Torrico respecto al arreglo para el paso de camiones. Querían hacer participar directamente a Páez.
Torrico le sugirió a Crossa que ofreciera un pago y monto, que podía subir para convencerlo. Luego Crossa lo llamó para comunicarle quien era el nexo con los transportistas, que había una nueva persona con quien negociar. Explicando cómo debía ser la nueva mecánica para el contrabando.
Así, dispusieron que a Páez debían pasarle fotos de las chapas patentes de los camiones que iban a pasar (los cuales pagaban la coima). Y el comandante (a través de Radaelli), definía la franja horaria para el paso.
Así fue como...
El flujo del contrabando se incrementó notablemente. Llegaron a pasar hasta 25 camiones por día. Crossa llegó a disponer castigos para los camiones que no querían arreglar; a ellos los interceptaban patrullas (luego de avisarle a Páez).