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EL DESTINO DEL CUERPO DE LUCILA RÉVORA

EL DESTINO DEL CUERPO DE LUCILA RÉVORA

CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA (PrensaMare)  La declaración de un gendarme retirado, dejó al descubierto qué hicieron los genocidas de la última dictadura cívicomilitar (1976-1983), con el cuerpo de Lucila Révora.

Se trata de la madre del actual Ministro del Interior, Wado de Pedro.

La Justicia ya había confirmado que Révora y su pareja Carlos Fassano, fueron asesinados en 1978 en un operativo conocido como la Masacre de la calle Belén. Ahora, la palabra del exgendarme Omar Torres permitió saber que el cadáver de Révora fue incinerado en el centro clandestino de detención (CCD) Olimpo.

Lucila Révora estaba embarazada cuando fue asesinada y su hijo Eduardo de Pedro tenía casi dos años.

En el primer juicio de lesa humanidad...

Por los crímenes del circuito represivo que integraron los centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo sirvió para conocer –entre otros hechos- lo ocurrido con Eduardo de Pedro.

En diciembre de 2010, luego de testimonios de sobrevivientes de la última dictadura, el Tribunal Oral Federal 2 confirmó que la madre del ministro, Lucila Révora, fue asesinada en 1978 en medio de un gran operativo represivo en derredor del inmueble en la que vivía con él y con su pareja, Carlos Fassano (que era el padre del bebé que estaba a punto de nacer).

En este quinto juicio por esos hechos se produjo otro dato y ha sido que un gendarme retirado declaró que el cuerpo de Lucila fue incinerado en el centro clandestino, dentro de un tanque de aceite.

“A Lucila Révora la quemaron en el Olimpo, en un tacho de 200 litros. Le pusieron una cubierta, gasoil y la quemaron ahí adentro. Estaba embarazada de seis o siete meses”, dijo Omar Eduardo Torres ante el Tribunal.

Respecto a Fassano...

Agregó que los represores lo llevaron a la Escuela de Oficiales de Gendarmería de Ciudad Evita, donde lo incineraron también. Luego del operativo militar, Eduardo De Pedro fue apropiado durante algunos meses antes que su familia lo rescatara.

Ya en otras oportunidades Torres había declarado. Todo comenzó cuando luego de crearse la Conadep, él se acercó en 1984 (2 años después de pedir su retiro); fue testigo en el Juicio a las Juntas.

Entre la década de 1970 y hasta 1982, Torres integró el Destacamento Móvil 1 de Gendarmería (que estaba en Campo de Mayo). Sus superiores lo enviaron a cumplir tareas “en la lucha contra la subversión” en Tucumán (entre 1976 y 1977); a custodiar los estadios de River Plate y de Vélez Sarfield (durante el Mundial 1978); y al CCD Olimpo (apenas fue inaugurado).

Tanto en el Juicio a las Juntas como en declaraciones posteriores, Torres mencionó a represores del Ejército, fuerzas policiales y Gendarmería; inclusive detallando con nombre y apellido (a algunos), y otros con sobrenombres.

Nunca había aportado información sobre el destino de los restos de Révora.

El 17 de mayo habló ante el Tribunal por más de 2 horas. Lo solicitaron la Fiscalía, las querellas y algunas defensas y relató que tras el Mundial 1978 fueron sus superiores en el Destacamento Móvil 1 de Gendarmería quienes les ordenaron a él y a unos 60 gendarmes una nueva misión en “un galpón de Lacarra y Ramón Falcón, en Floresta” (barrio porteño).

En el CCD Olimpo...

Los gendarmes como él, hacían guardias internas, custodiando a los detenidos clandestinos, y guardias externas. Reconoció la actuación de Miguel Lugo (gendarme retirado y acusado). Y agregó a Sergio Nazario, otro excompañero de fuerza –acusado-. A ellos y al tercer gendarme procesado en el juicio, Miguel Pepe, los ubicó dentro del CCD Olimpo, haciendo guardias, y fuera, participando de operativos vinculados al Batallón de Inteligencia 601.

A Nazario lo ubicó en el que la madre de De Pedro y su pareja asesinados y el ministro, apropiado.

La “Masacre de la calle Belén”...

Fue el operativo donde fuerzas represivas del Ejército, la Gendarmería y la Policía Federal atacaron el inmueble el 11 de octubre de 1978, en la tarde. Rodearon el inmueble; Eduardo De Pedro era hijo de Lucila y de Enrique De Pedro, militante de la Juventud Universitaria Peronista, trabajador judicial, integrante de Montoneros y secuestrado a mediados de 1977.

Al percatarse del operativo y del rodeamiento del inmueble, Lucila (embarazada de 8 meses y medio), llevó al pequeño Eduardo al baño, lo metió en la bañadera y se quedó con él. Fue allí donde la hieren, lo que sirvió para proteger a su hijo. Un vecino declaró que la casa había quedado como si “hubiera tenido varicela” por la cantidad de balazos recibidos.

Se supo que los represores estaban en la búsqueda de 150.000 dólares. En el hecho murió el federal Federico Covino, al explotar una granada que fue lanzada por uno de sus compañeros. Otros represores –Juan Carlos Avena y Enrique Del Pino– resultaron heridos.

Relató Torres que la patota represiva se robó una “valija de cuero llena de billetes de 100 dólares”; llevándose también a la pareja de militantes montoneros al CCD Olimpo; mientras que al hijo lo dejaron con un vecino. Por la la noche lo fueron a buscar y permaneció apropiado hasta principios de 1979, cuando su familia materna logró contactarlo.

Respecto a qué pasó...

Después del operativo –preguntó el juez Jorge Gorini-, y Torres contó que Nazario organizó la desaparición de los restos: a Fassano en un "asado" en Ciudad Evita y a Révora en el centro clandestino. Mencionó también que de la introducción del cuerpo de Lucila en el tanque, participó el comisario Roberto Rosa (ya condenado). Agregó el declarante que se enteró de ello porque estaba de guardia: "Todos los que estuvimos de guardia esa noche lo vimos".

Ya en la causa sobre los crímenes de Circuito ABO, varios testimonios hablaron de este operativo. Sobrevivientes del CCD de la División Automotores de la Policía Federal, en el Barrio de Floresta, testimoniaron haber visto los cuerpos de Révora y de Fassano en el piso de la enfermería del lugar.

Isabel Cerruti, le vio “la cara a Lucila”; Mario Villani habló de incineramientos en tambores: “Que a uno de los dos lo quemaron en los tachos de aceite” (causa del 2010 donde se condenó a los genocidas Juan Carlos Avena y Enrique Del Pino, Carlos Alberto Roque Tepedino y Mario Alberto Gómez Arenas, por los homicidios de la pareja; Tepedino y Arenas, además, fueron hallados responsables de la sustracción del niño).

(Fotos: Lucila Révola, y su hijo Eduardo De Pedro).