SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare) En cualquier país soberano, la presencia de tropas extranjeras causa rechazo y diferentes acciones para revertir semejante situación.
En el mundo y la historia han existido infinidad de hechos que llevaron a luchas pacíficas a violentas. Posiblemente las últimas y con más repercusiones históricas y militares hayan sido las de Vietnam (1973) y Afganistán (2021), donde las presencias de EEUU finalizaron con huídas a las apuradas.
Pero no todos los pueblos piensan y actúan igual; eso está claro.
Recientemente se ha podido tomar conocimiento de los lamentos, disgustos y enojos de políticos y medios de comunicación españoles, porque EEUU decidió un traslado de una de sus fuerzas (establecidas en España).
Se trata de la Fuerza de Reacción del Cuerpo de Marines, que había llegado en abril de 2013 a la base de Morón de la Frontera (Sevilla). Su misión específica era la de intervenir en lo que EEUU y la OTAN consideran “la crisis” en África.
Lo concreto es que en este 2021, el Pentágno –de acuerdo a sus necesidades re-organizativas- decidió el traslado y reubicación de la misma. Deja suelo español para instalarse en la italiana Vicenza.
Una decisión que llevó tanto a los pentagonistas como a sus amigos y acompañantes uniformados españoles, a “aclarar” (¿?) que tal decisión no obedecía a ninguna cuestión política.
Más o menos como decir que solo se trata de una ‘decisión técnica’, y que no debe tomarse como la existencia de ningún problema entre las partes. Los estadounidense lo dicen para que no vayan a pensar que dejan de lado a sus serviles aliados; mientras que los españoles lo dicen para que nadie vaya a pensar que quieren alejarse de su alineamiento con Washington.
Y así, todos felices, y siguen comiendo perdices...
La anterior salida de tropas estadounidenses de España se había producido en 1992, cuando dejaron Torrejón de Ardoz (Madrid) los cazas F-16 del Ala 401.
En lo que respecta a esta mudanza, significará que se marchen 850 marines y 8 aviones (6 MV-22B Osprey -de despegue vertical- y 2 C-130J Super Hércules de transporte).
Esta Fuerza Especial Aire Tierra de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines (SP-MAGT-CR) nació luego que se produjera el asalto al consulado estadounidense de Bengasi (Libia), el 11-9-2012. Para algunos un ataque ‘sospechado’, pero que sirvió para que los jerarcas del Pentágono la crearan y la instalaran en España.
Se trata de una poderosa unidad de élite que en pocas horas puede estar en el norte africano, para ‘defenderse’, como también para atacar (seamos claros). Lo que a la vez posibilita que dicha fuerza también pueda ‘atender’ algún otro asunto de urgencia en la propia Europa (seamos claros).
Inicialmente se trató de un arribo de marines a Sevilla en el año 2013, y por un año. Plazo que se fue renovando, hasta que se transformó en permanente. Inclusive a pedido del Pentágono las cifras iniciales de marines como de aviones se fue incrementanbdo, hasta que España permitió una presencia de “hasta” un máximo de 2.200 marines y 17 aviones.
Qué significa este cambio? Que la readecuación dispuesta por el Pentágono transfiere la responsabilidad de “la respuesta a crisis en África” a una fuerza liderada por el Ejército de Estados Unidos con sede en Vicenza. O sea que esta supuesta crisis será atendida de ahora en más por el Ejército de Tierra estadounidense, que ya tiene una base en Vicenza. Disponiéndose que los marines vuelvan a EEUU (no así los aviones Osprey y los C-130J, que irán a Vicenza).
Y para que no queden dudas que España cumplirá con su papel faldero que le asigna Washington, el Pentágono ratificó que la relación entre ambos países “sigue siendo vital”; que el “apoyo a las misiones de la OTAN sigue siendo crítica”; y que se mantendrá la “presencia estadounidense en España”. Incluidas “las fuerzas navales avanzadas desplegadas en Rota”.
Inclusive es dable destacar que esa ‘importancia’ que desde Washington otorgan a España se ha visto re-valorizada en los recientes tiempos, porque la citada base de Rota (en Cádiz) recibió en septiembre, más de 2.000 excolaboradores afganos de EEUU, que debieron ser evacuados.
Se trató de “colaboradores” en Afganistán durante 2 décadas, que tras trabajar para el invasor, no podían quedarse y fueron ‘reubicados’ en España.
Una cierta prensa española ha mostrado disgusto por la salida de marines, y para neutralizar estos comentarios, debieron ‘operar’ tanto desde el gobierno español como desde la Embajada de EEUU (en Madrid), para tranquilizar, por lo que rápidamente aparecieron comentarios y trascendidos que aluden a que “fuentes diplomáticas” han destacado que las relaciones bilaterales atraviesan uno de los mejores momentos.
Típica operación de prensa... Pero donde resulta por demás de audaz y tragicómico el tratar de disimular que Joseph Biden no tiene en consideración al mandatario español. Por más que los españoles se empeñen en agigantar que Pedro Sánchez y el presidente estadounidense se saludaron en la Cumbre del G-20 en Roma, ello no ha sido más que una simple formalidad.
Lo mismo sucede con la primera entrevista presencial (luego de las existentes vía internet) de los ministros de Exteriores y Defensa, José Manuel Albares y Margarita Robles, con sus homólogos estadounidenses, Antony Blinken y Lloyd Austin. Qué interés específico pueden tener estos últimos con los anteriores, que no sea más que para informarles de decisiones washingtonianas, que ni se consultan, ni se discuten.
Al nivel que nos referimos, unos mandan, y otros obedecen...
La base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla) nace en 1940; desde 1953 se establecieron los estadounidenses en pleno poderío del nacionalista (¿?) Francisco Franco. Una llegada de extranjeros que fue valorizada (¡) por los españoles al generar un crecimiento socioeconómico en la zona...
Pero en estos nuevos tiempos no todo es felicidad, pues el Estado lleva adelante una política de despidos masivos de trabajadores civiles contratados; de los 650 de años atrás solo van quedadndo (por ahora) 350. Esta reducción, más el alejamiento de los marines repercutirá de manera importante en toda la región.
Pero claro, eso no es problema ni para el presidente español, ni mucho menos para Biden. Los que deberán buscar la forma de compensar esta sustancial baja de residentes como de recursos económicos circulando por localidades y la región, deberán ser los alcaldes.
Mientras tanto, los lamentos de quienes desean mantener a los marines en su territorio se irán apagando. Pero no deben perder las esperanzas; posiblemente cuando el Pentágono necesite establecer alguna nueva fuerza en Europa, sabe que cuenta con las dirigencias española (y muchos ciudadanos) alegres y dispuestos a que su territorio se agrande como un gran portaviones terrestre.