LOS TEQUES-VENEZUELA (por Oscar Bravo) En estos comienzos de año 2022, ya en una buena parte de la oposición política venezolana, se está hablando de que el próximo año (en el 2023) deberían elegir en unas primarias al próximo candidato o candidata presidencial (único o unitario) para que represente a la oposición política en las próximas elecciones presidenciales que se realizaran en el año 2024, para darle estricto cumplimiento a lo establecido en la Constitución Nacional, el cual establece que los periodos presidenciales tienen una duración seis años (Art 230)…y que en ésta oportunidad, le corresponde al siguiente sexenio, tomando en cuenta las últimas elecciones presidenciales realizadas el 20 de mayo del 2018…las cuales se realizaran el mes y el día del año 2024, que señale El Poder Electoral, a través del Consejo Nacional Electoral, cuando seleccionará de manera autónoma, una fecha real y concreta, en la que se aspira tener un proceso electoral aceptado por la mayoría de los factores democráticos y que son defensores de la ruta electoral, como el camino civilizado más idóneo para la resolución de los conflictos políticos…en la que, proponen construir el mejor de los escenarios institucionales, bajo un deseable ambiente político en paz, sin ningún tipo de injerencismo e intromisión en nuestros asuntos políticos internos…en la que se pide que los factores externos, en especial el imperialismo y la unión europea, deben respetar nuestra soberanía e independencia…
Se observa un recorrido político muy difícil para el logro de la supuestamente deseada “unidad opositora” y que permite dudar sobre cuáles son las posibilidades de que puedan presentar un programa y una candidatura presidencial unitaria para el año 2024…y todos los análisis político coinciden en que la derrota electoral por parte de la oposición política venezolana, va a suceder si van divididos, el cual le permitiría al chavismo, obtener un triunfo electoral relativamente fácil…
Y la situación interna de los partidos políticos de la oposición está muy enrarecida, con renuncias masivas de sus militantes y muy fraccionados, con grupos irreconciliables y en una permanente división…sin contar con el odio y la desconfianza que hay entre sus dirigentes…hace que sea casi imposible la unidad opositora…
(Oscar Bravo, Politólogo).
