SANTA FE-ARGENTINA  (Editorial PrensaMare)  El mundo conoció la “propuesta” de Donald Trump, presentada pomposa y publicitariamente como una “propuesta de Paz” para oriente medio.

Viniendo de quien viene, y teniendo en cuenta qué intereses defiende, no se podía esperar otra cosa que lo que se conoció. Un verdadero mamarracho, donde las fuerzas colonialistas, negacionistas y opresoras de Palestina, pretenden consolidar su dominio, imponiendo una supuesta paz.

Una “propuesta” que se muestra al mundo –con la colaboravión de la poderos prensa occidental- como una “solución” para todas las partes, pero que –por cierto- solo atiende los objetivos del poderoso y dominador.

Una “propuesta” que a poco de conocerse –como era de esperar-, está condenada al fracaso.

Le correspondió al cuestionadísimo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dar a conocer el llamado plan de paz para Medio Oriente. Pomposamente se lo llama el "Acuerdo del Siglo",  constituyendo –al parecer- un montaje publicitario tendiente a fortalecer la campaña electoral trumponiana, antes que pensar en los derechos de los palestinos…

Este engendro realizado a la medida de Israel, y donde han sido excluídos en la elaboración de la “propuesta” los palestinos,  le otorga a Israel el poder de continuar con sus ilegales y colonialistas asentamientos en territorio palestino (que actualmente están bajo control israelí).

También respalda la anexión por parte de Israel del valle del Jordán. Proponiendo la creación de un Estado Palestino pero debiendo desmilitarizar el territorio.

Pero como si todo eso ya no fuera un insulto al sentido común y a la historia, Trump propuso que Jerusalén Este sea capital del nuevo Estado Palestino, aunque aclarando que Jerusalén seguirá siendo "capital indivisible" de Israel.

La presentación de la “propuesta” fue realizada –como era de esperar- por Trump acompañado por el ultraderechista y cuestionado primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Inclusive como si no le interesara qué piensa el mundo de él, Trump afirmó que su país estaba dando "un gran paso hacia la paz".

Llamativamente (o no tanto, por cierto)… ningún funcionario palestino estuvo presente en la presentación de la “propuesta”. Lo que en verdad es una muestra palmaria que más que acuerdo pacificador, es una imposición de un sector sobre otro.

Que en el mismo sitio estuvieran embajadores de (las árabes) Bahrein, Omán, y Emiratos Árabes Unidos, es apenas un dato anecdótico, que más que representar a los palestinos, es una muestra cabal del servilismo de estos tres países con la geopolítica estadounidense-israelí.

Así, se asiste a la increíble situación en que un  estado dominador como Israel, que se apropió de territorios palestinos, que mantiene a millones de palestinos como rehenes, que ataca militarmente, que mantiene a miles de palestinos encarcelados, propone crear un Estado palestino… desmilitarizado.

Trump aclaró que Estados Unidos reconocerá los asentamientos israelíes en esa área, lo que significaría la anexión de alrededor del 30 por ciento del territorio de Cisjordania.

Tras este montaje de alcance mundial, habló el derechista premier Netanyahu, aludiendo a que se trataba de un "día histórico"; aunque no explicó porqué, ni para quién…

También expuso que Israel mantendrá la soberanía sobre la zona del valle de Jordania. Que los refugiados palestinos no tendrán derecho a regresar a Israel; y prometió un estado palestino con la condición que "reconozcan al Estado Judío".