CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA (por Sergio Ortíz, https://plsergio.wixsite.com/ )
SIGUE A FULL EL AJUSTE
Si alguien pensó que la derrota parlamentaria del proyecto de “ley ómnibus” el 6 de febrero iba a frenar el ajuste llevado a cabo por el gobierno de Javier Milei, ya se habrá dado cuenta que esa idea era equivocada. El ajuste sigue a full, con todo, con numerosas medidas que afectan los ingresos de la mayoría de los argentinos, mediante la inflación, aumentos de tarifas, cortes de partidas de educación, parate de la obra pública, nuevos pagos de la fraudulenta deuda externa, etc.
No toda la gente afectada lo percibe. Duele ver en algunas entrevistas televisivas en la calle a gente mayor y de otras edades, con ingresos medios o bajos, expresar que a Milei hay que darle tiempo, que el cambio exige sacrificios ahora pero después habrá un país mejor y otras gansadas propias de lo que el gran Bertolt Brecht denominó los “analfabetos políticos”. De todas maneras, aún con esas salvedades, los sondeos de opinión marcan que la imagen positiva de Milei ha comenzado a decaer.
Y es lógico teniendo en cuenta que la inflación de diciembre fue del 25,5 por ciento, disparada por su devaluación del 118 por ciento, y en enero del 20,6, aguardándose para febrero una cifra similar. Este comienzo del año ha encumbrado a Argentina en el triste podio de campeón mundial de la inflación 2024. Y este flagelo no se explica por el déficit fiscal y la emisión monetaria, como repite el dogmático neoliberal ahora instalado con sus 4 perros en Olivos. Es un fenómeno multicausal donde la clave, al menos en Argentina, es el peso desproporcionado de algunas decenas de monopolios y oligopolios que determinan los precios casi a voluntad.
En esto está más cerca de la verdad la ex vicepresidenta Cristina de Kirchner cuando en su documento de 33 páginas apuntó contra el endeudamiento externo y la falta de dólares, antes que a la emisión monetaria y el déficit fiscal. De todos modos su explicación tiene una falla fundamental: no pega sobre ese poder omnímodo de los monopolios formadores de precios. El rol de Molinos, Arcor, Ledesma, La Serenísima, Aceitera General Deheza, Bimbo, frigoríficos agrupados en ABC, La Anónima, Coto, Unilever, Procter&Gamble, Las Marías, Celusal y otros pulpos de la alimentación y servicios es lo decisivo de esos aumentos de precios que en tres meses provocaron un aumento de la pobreza fatal: 3.6 millones más de argentinos. A eso hay que sumarle los aumentos de combustibles decididos por YPF y las firmas privadas, las nuevas tarifas de colectivos, trenes y subtes presionados por demandas empresarias y el cese de subsidios estatales, donde se ve la mano criminal del FMI, el bisturí de Claudio Belocopitt (Swiss Medical) y otras grandes patronales en las cuotas de la medicina privada, los nuevos alquileres, etc.
Esos son los malos de la película, pero para el facho libertario los grandes empresarios son los héroes de la economía, que deben prosperar a costa de eliminar “el Estado delincuente” y dejar todo en manos del mercado. Se supone que al final de la historia el costo de la Canasta Familiar de 596.823 pesos para una familia tipo, y la Canasta Alimentaria de 285.561 pesos, lejos de los bolsillos de mayorías, tendrán que abrir los ojos de éstas, aunque siempre quedarán algunos como los aludidos por Brecht.
OTRO PARO GENERAL
El gobierno presume de un logro polémico: en enero no hubo déficit fiscal. No tuvo “rojo” fiscal porque derramó sangre roja, de los salarios y jubilaciones atrasadas, con la comida interrumpida a los 50.000 comedores populares, con la supresión del Fondo Compensador del Interior que llevó el boleto de colectivo a mil pesos en varias provincias (el subte de CABA a 574 pesos en abril y 757 en junio, un aumento del 505 por ciento). El freno total a la obra pública ha puesto en vías de extinción a 130.000 puestos en la Construcción.
También se metió con un rubro estratégico como la Educación, al negar que la Nación tuviera algo que ver con la paritaria nacional docente. No giró el Fondo del Incentivo Docente (Fonid), que supone entre el 10 y el 15 por ciento del haber de los maestros, ni el Fondo de Compensación Salarial Docente, que compensa a provincias que no cubren el salario mínimo docente, hoy de 250.000 pesos. Esto puso a la docencia en pie de lucha, planteándose el no inicio de clases, para lo que debería unir a los padres de los alumnos, para evitar que les pongan una medianera. Como ese no inicio de clases sería un duro conflicto en los 24 distritos, los propios gobernadores, que venían maltratados por el Ejecutivo, también presionan por esos Fondos Nacionales. Succionar los calcetines de Milei no les dio buenos resultados...
El presidente está analizando con Luis Caputo y Federico Sturzenegger, ministro sin cartera, cómo canalizar todo el plan de ajuste contenido en la frustrada “ley ómnibus” y el DNU 70/2023, este último con respirador artificial en el Senado de Victoria Villarruel. La idea es hacerlo con decretos comunes, otros de Necesidad y Urgencia, y algunos con leyes; están viendo de formar un interbloque con el PRO macrista, para que esas leyes tengan alguna chance se salir. También han recurrido a la Corte Suprema, vía los abogados de la Procuración del Tesoro Nacional, de la momia menemista Rodolfo Barra, ante el fallo de la Cámara que dio la razón a la CGT y frenó los artículos del DNU que habilitaban una reforma antilaboral.
Apremiados por el FMI, se entiende la negativa a mejorar el Salario Mínimo, Vital y Móvil. Hubo una reunión donde la Unión Industrial “Argentina” ofreció un “aumento” del 18,8 por ciento para marzo, cuando la inflación de diciembre y enero, sumadas, fue del 50,1 por ciento y en febrero se estima otro 20. La CGT llegó con un pedido de aumento del 85 por ciento, que la entidad de Daniel Funes de Rioja y el ministerio de Trabajo (léase del Capital), rechazaron de plano. Ahora se rumorea que entre Caputo y esa cartera dispondrían, de forma unilateral, una suba del 50 por ciento, que llevaría ese salario mínimo a 220.000 pesos, o sea 65.000 menos que la línea de indigencia para una familia tipo.
Por otro lado quieren modificar las obras sociales sindicales, con varias reformas reaccionarias. Por ejemplo, que los remedios especialmente costosos para tratamientos complejos sean pagados por los gremios sin subsidio estatal. Y que los afiliados de las obras sociales puedan salirse no sólo para emigrar a otra similar sino también a las de medicina privada, por caso OSDE o Swiss Medical de Claudio Belocopitt.
Cómo serán de graves estos hechos que el cosecretario general de la CGT, el más que moderado Héctor Daer, dijo el 17/2 que está madurando la posibilidad de un nuevo paro general. Hay conflictos en muchos gremios, cuyos tiempos no son los de Daer ni Azopardo 802, de modo que el paro general es una crónica anunciada de marzo. Además están las movilizaciones del 24 de ese mes que siempre llenan las calles del país en repudio a la dictadura militar-cívica y en homenaje a los 30.000 desaparecidos. Y este año volverán a producirse, con más unidad que antes, mal que les pese a la negacionista Villarruel, a sus amigos genocidas y al “Protocolo Antipiquetes” de Patricia Bullrich.