La dirigencia madridista considera una "exageración" que el DT despedido quiera cobrar todo el contrato...
MADRID-ESPAÑA El poder del Real Madrid nadie lo puede negar. Ni ahora, ni por décadas pasadas. Hoy está de capa caída deportiva, y con muestras de una conducción dirigencial errpónea, pero ello no le quita poder. Tanto que quienes ejercen el poder para él y desde él, consideran que son “privilegiados”. Así lo entienden y así se los reconocen otros poderes de la sociedad, por tiempo ya perdido en cuanto a sus inicios.
Lo cierto es que esta dirigencia considera que puede despedir, así porque sí a un entrenador y fijarle el pago que “considera justo”. No el que establece el contrato y compromiso legalmente asumido, sino el que sus dirigentes entienden como meritorio (¿?).
Es lo que ocurre con el vasco Julen Lopetegui, al cual se lo han sacado de encima antes de los 140 días de estar trabajando y al que le quieren pagar lo que los dirigentes imponen. Entonces: Para qué se firmó el contrato…?
Pensar –ahora- que tiene poco tiempo trabajado, es un tema exclusivo de los dirigentes. Los cuales –vaya error- se “olvidaron” de colocar como una cláusula contractual que si Lopetegui permanecía poco tiempo como entrenador, le pagarían mucho menos…
O pensar que le deben pagar menos porque los resultados no fueron los esperados, se incribe dentro del mismo “error” de ngociación contractual.
Lo cierto es que al avisarle a Lopetegui que lo despedían, consideraron que el hombre aceptaría –con cabeza gacha- que le impongan qué y cuándo debía cobrar. Pero otra vez –vaya torpeza- la dirigencia de volvió a equivocar. Porque el despedido exige el cumplimiento del contraro, como debe ser ante una institución de renombre mundial (como suele decirse habitualmente para referirse al Real Madrid).
Los conocedores de los pasillos del Bernabeu recuerdan que luego que el merengue perdiera en Moscú por la Champions League –al día siguiente-, el presidente Florentino Pérez cenó con el entrenador (ambos en la foto). No fue un encuentro de cortesía, sino de presión y amenaza: Lo responsabilizó el DT de no tener capacidad para obtener el máximo rendimiento de los jugadores y lo emplazó a ganarle al Alavés, o lo despedía.
Lamentablemente para Lopetegui, sus dirigidos perdieron 1-0, y fueron los principales referentes del vestuario merengue y algún dirigente, quienes lograron poner paños fríos y que Pérez se aguantara de echarlo.
Luego llegó otra derrota, esta vez en el Santiago Bernabeu, por 2-1 frente al modesto Levante. Todo estaba caldado, pero la recuperación en la Champions (gana 2-1), arrojó “algo” de serenidad. Hasta que llegó el mazazo del 5-1 ante el Barcelona.
Lo de Lopetegui era insostenible, y así lo consideró Pérez. Las miradas de todos los merengues se centran en la Champions, donde el máximo rival es la Roma. Un equipo italiano que marcha… octavo en la competencia italiana.
Pérez está convencido que el único responsable de semejante presente es el DT despedido. Y que por ello ‘solo’ debe cobrar lo que el club considere como meritorio (¿?). Se lo ha hecho saber de manera clara al mismísimo interesado, que solo ha respondido que él no resolvió el contrato…
Los dedos acusadores sobre Lopetegui buscan evitar el recordar y analizar la salida de Cristiano Ronaldo (a causa de Pérez). Pero además, desde el club han apelado a un trato no tan amable con el DT, en el comunicado oficial. Ocurre –por cierto- que Lopetegui se ha plantado y exige lo que le corresponde: el pago de la totalidad de su contrato.
Los “trascendidos” que se instalan desde los medios (a favor del Real), no hacen otra cosa que desviar la atención. Presentan la cifra que le corresponde cobrar (18 millones de euros) como un despropósito, cuando ello (la cifra) debería ser un tema scundario, sin analizarse si es mucho o es poco. Lo que está en juego –verdaderamente- es si se cumple lo firmado o no. Que es otra cosa diferente.