LA PLATA-ARGENTINA  (PrensaMare)  Sin mayores sorpresas, Maria Eugenia Vidal pegó el salto territorial. Así porque sí, abandonó su bonarenserismo y volvió a ser porteña.

Arranquemos por el principio. En 2015 hizo una demagógica campaña electoral, apoyada por la prensa hegemónica y una escandalosa maniobra en contra del candidato peronista (Aníbal Fernández), que la convierte en gobernadora de provincia de Buenos Aires.

Durante 4 años (2015-2019) ejerció, llevando a la provincia al hiper-endeudamiento; a desatender la salud, la educación, la obra pública, los municipios y la problemática social. Dejando un territorio con la situación agravadísima en el tema del narcotráfico. Citándose –como simple ejemplo- que un allanamiento en un campo paraguayo permitió hallar un helicóptero utilizado para ingresar drogas en Argentina, que estaba plotteado como una nave perteneciente a la... policía bonaerense (¡)...

Intentó ser reelecta y los bonaerenses eligieron al opositor, tras evaluar lo que hizo (y lo que no hizo) en sus 4 años. Axel Kicillof logró el 52,228% contra el 38,39% de Vidal (5 millones de votos, contra 3,67 millones).

Es bueno recordar que 4 años antes, Vidal había ganado con el 39,42%, venciendo a Fernández (35,28%). Fueron 3,6 millones de votos contra 3,2 millones).

Lo que significa que Vidal prácticamente contuvo la misma cantidad de votos; la diferencia estuvo en que el peronismo en 2015 fue dividido, y en el 2019, unido.

Ahora bien: Porqué Vidal ‘dio el salto’ de distrito? Sencillo, porque el PRO decidió no hacerse cargo de sus pésimas gestiones. Deciden ‘lavarse las manos’, y cambiar de distritos. Vidal regresó a la Ciudad de Buenos Aires, mientras que el porteño (y vicejefe de gobierno) Diego Santilli, ‘saltó’ a suelo bonaerense para ser candidato.

Más que Juntos por el Cambio, se trataría de Juntos por el Cambio de Domicilio...

Pareciera que con dichas maniobras lo que buscan es despegarse de Mauricio Macri y aparecen como ‘los nuevos’. Buscan no responsabilizarse por sus hechos y acciones.

Vidal ‘salta’ de distrito ante su fracaso electoral del 2019, y ante la seguridad que la ciudadanía le volvería a dar la espalda. Es consciente que no puede estar orgullosa de su gestión, y busca tratar de esconderse. Pero, al ser protegida del poder político y comunicacional nacional (e internacional), dispone de una coraza que la mantiene en pie.

Ahora, alegremente, tras el desastre que dejó en provincia de Buenos Aires reaparece como porteña y es candidata del ‘cambio’ de Juntos por el Cambio (de Domicilio).