SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Es cierto que el tener (o no) tontos no es una exclusividad de ningún país. En todos existen; en alguno más, en algunos menos.

Lo concreto es que los medios y la historia –siempre los medios y siempre la historia- se han encargado de instalar un relato donde el ‘privilegio’ de tener tontos recae siempre en los países dependientes, colonizados, dominados.

No es una casualidad, sino una causalidad de su política cultural dominante.

Lo concreto que a inicios de julio de 2021, el mundo tomó cuenta que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez pensaba llevar adelante una reestructuración de su gabinete.

Pretende con ello, “consolidar la recuperación” económica tras la crisis por la pandemia. Habría cambios de miembros pertenecientes al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) o cercanos (sin ‘tocar’ a nadie del Partido Podemos).

De manera pomposa Sánchez expresó: "Desde hoy comienza el gobierno de la recuperación... (que) tendrá como principal tarea consolidar la recuperación económica y también la creación de empleo y sin duda alguna, gestionar esa enorme oportunidad que representan los fondos europeos para modernizar y apuntalar aún más a nuestra economía".

Lo cierto es que sus palabras en verdad no son nada nuevo; no asegura absolutamente nada, pues Sánchez no tiene pensado cambiar el rumbo político y económico, que ha llevado a España a su actual situación.

Cómo hará para revertir la situación, continuando con las mismas recetas, es todo un misterio (o no tanto). Si un enfermo de cáncer no mejora, y empeora... va a continuar tomando los mismos remedios...?

Bueno; en el caso de Sánchez y España, si.

A la hora de tomar en consideración algunas de las bajas y las altas (que reemplazarán a los/las salientes), se puede referir que:

Sale la vicepresidente primera, Carmen Calvo, y su lugar lo ocupará Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital (vicepresidencia segunda). Continuidad política.

Se marcha Iván Redondo (mano derecha de Sánchez) llegando Óscar López (líder histórico del PSOE), como jefe de gabinete. Continuidad política.

En Asuntos Extereriores, baja de Arancha González Laya y llegada del embajador español en Francia, José Manuel Albares. Continuidad política.

También se vanaglorió Sánchez que se avanza hacia una “renovación generacional”, por la edad de los nuevos funcionarios. También refirió a la mayor presencia de mujeres en el gabinete (serán 14 sobre 9 hombres; del 54% al 63%).

Bueno, hasta aquí la síntesis de lo ‘más importante’ de los anuncios de Sánchez. El tema es que en verdad no se trata de cambio alguno, más allá de se van unas caras y llegan otras. Porque en el fondo todo sigue igual. Continuismo total y garantizado.

Para Sánchez –al parecer-, un cambio de ‘figuritas’ constituye un avance (¿?).

Para Sánchez –al parecer-, la mayor cantidad de mujeres en el gabinete constituye (por un simple hecho numérico- un avance de paridad (¿?).

Para Sánchez –al parecer-, la llegada de fondos europeos sería ‘por gracia de Dios’, cuando en verdad constituye la mejor muestra de la gravedad económica a la que ha sido llevado el paíspor las políticas de sus antecesores y él mismo (¡).

Para Sánchez –al parecer-, la gran cantidad de cambios (de sus funcionarios) constituiría una muestra de elevadísima transformación, cuando en verdad –el tener que hacerlos-, demostraría que estaba rodeado de numerosos ineptos...

En síntesis: los tontos no son exclusividad de los países dependientes tercermunditas.