Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Farándula

SE FUE LA GRAN LIBERTAD…

SE FUE LA GRAN LIBERTAD…

CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  Falleció Libertad Lebland. La bella actriz argentina, originaria de Río Negro, que se transformó en un ícono de lo voluptuosidad y la exuberancia de una rubia (que era la antítesis de Isabel Sarli).

Desde hacía meses afrontaba problemas de salud, y la muerte le llegó a sus 83 años. En marzo había estado internada en el Hospital Rivadavia, y no se pudo recuperar. Su situación hizo que su hija –radicada en Suiza- viajara al país para acompañarla; luego retornó a Europa.

A nivel cinematográfico alcanzó a transformarse en una auténtica figura nacional y continental. Quienes manejaban temas faranduleros la presentaron como "la rival de Isabel Sarli". Ésta era morocha; ella rubia; una era audaz y provocativa; la otra aparecía como tímida.

Así, además de construir sus carreras con filmes que daban la vuelta al mundo, fueron sumando admiradores ‘irrecociliables’ (de uno y otro lado de elección).

Libertad Lebland tuvo la capacidad de construir su carrera en soledad, siendo su propia manager. Y por cierto que en un ambiente ultra-machista, no le fue mal.

Se llamaba Libertad María de los Ángeles Vicich Blanco, nacida el 24 de febrero de 1936 (o 1938?), en la rionegrina Guardia Mitre. Criada en un ambiente de familia adinerada, conservadora y católica, ella fue una verdadera ‘oveja negra’ desde que fue enviada a un colegio de monjas. Tuvo un duro golpe que nunca pudo superar, al sufrir el asesinato de su padre cuando apenas tenía un año de edad. Siempre afirmó que lo extrañaba; y le dolió también nuca poder saber quién o quienes fueron los responsables de ese crimen.

De allí que le correspondió a su abuelo materno tratar de asumir la figura paterna que nunca olvidaría. De él solía contar que era un español, de ojos oscuros, y piel muy blanca.

Amaba el periodismo, pero la obligación materna fue la de estudiar magisterio. Participa de un concurso y gana el Miss Citrus, que le abrió las puertas al modelaje y a las fotonovelas 8que por esos años de los ’50 eran muy populares).

Inesperadamente conoce a un periodista venezolano en el Instituto de Cine, que buscaba figuras nuevas. La lleva a un festival del que tomaban parte actrices conocidas (Elsa Daniel, Graciela Borges, Gilda Lousek…), y Libertad aprovechó la oportunidad, llegando a la piscina a tomar sol. La novedad estuvo en que al sacarse el vestido, debajo calzaba un pequeñísimo bikini rojo a lunares blancos. Fue un escándalo, pero logró máxima cobertura mediática. Inclusive algunos productores asistente al festival reclamaron comprar sus películas… que nunca había filmado (¡).

Fue un verdadero golpe publicitario en el reconocido hotel Tamanaco de Caracas, que la instaló inesperadamente en un sitial que a otras mujeres le había llevado construir durante varios años.

Realiza algunos papeles menores con Enrique Carreras (El primer beso, 1958), y con Enrique Cahen Salaberry (El bote, el río y la gente, 1960), hasta que le ofrecen su primer protagónico que incluía su primer desnudo (en La flor del Irupé, 1962).

Resultó un éxito que superó todo lo imaginado. Al año siguiente hizo Acosada (estrenada en septiembre de 1964, coproducción con Venezuela); allí aparece su primera escena de sexo en el cine. Otro éxito argentino e internacional.

Tanto es así que se instala en cines estadounidenses (como: The Pink Pussy, Where Sin Lives). Su recaudación fue una sorpresa inesperada, que superó inclusive al mismísimo El Cid (con Charlton Heston y Sophia Loren).

En su extensa carrera sumó más de una treintena de filmes en Argentina, México, Perú, Venezuela, y Puerto Rico. Era una verdadera sex symbol a pura seducción.

En 1954 se había casado con el empresario Leonardo Barujel. Duraron poco y se separaron. Fueron padres de Leonor y ambas se marcharon a EEUU, pues Libertad aceptó trabajar en Hollywood.

Fuera de esa relación, nunca se le conoció una pareja estable. Se le conocieron algunas ‘historias’ sentimentales, pero ninguna demasiado “profunda”. Quizás algunos de esos pretendientes más conocidos hayan sido el venezolano dueño de la cerveza Polar; un reconocido cardiólogo estadounidense; el cantante de ópera Plácido Domingo (relación que se extendió por casi 4 años, mientras él estaba casado); y hasta se habló de algún militar (poderoso durante la dictadura de 1976-1983), y hasta de un político radical...

En silencio y alejada de los medios, se fue “la diosa blanca”