Vie. 29. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

VOLVIERON REUTEMANN Y OBEID…?

VOLVIERON REUTEMANN Y OBEID…?

SANTA FE-ARGENTINA  (por Esteban D’Arret, PrensaMare)  Al leer el listado de funcionarios de primer y segundo nivel de Omar Perotti, para más de uno es una vuelta al pasado.

Un retorno a las peores épocas del peronismo, de las manos de Carlos Reutemann y Jorge Obeid, que desembocaron en… la derrota del 2007.

Quienes están cerca del nuevo gobernador afirman que la elección de sus colaboradores se ha hecho sobre la base de gente que “tiene gestión” (¿?). Que conocen “cómo gobernar”.

Puede ser un punto de vista aceptable. El tema es que si la elección ha sido por esos antecedentes, también debería haberse merituarse que ellos mismos han sido responsables de malas gestiones y de mal gobernar. Porque el hecho de “gestionar” o de “gobernar” no es sinónimo de hacerlo bien.

Como en todos los casos, se puede gestionar bien, mal, regular o pésimo; se puede gobernar bien, mal, regular o pésimo.

Pretender tomar solo una parte de ello a la hora de una selección, es poco menos que torpe y parcial. Con el riesgo mayúsculo de terminar repitiendo los errores de Reutemann y Obeid, que han sido rechazados por los santafesinos.

Rememoremos cómo fueron las dobles gestiones de ambos exgobernadores, que se extendieron por 16 años (1991-1995, 1995-1999, 1999-2003, y 2003-2007). Se trató de la imposición del gerenciamiento de la política; del acomodo de amigos/as; del cierre de la puerta del Partido Justicialista; del desprecio a la militancia; del acuerdo entre grupos minoritarios; de la sospecha constante de corrupción; del darle la espalda al ciudadano común; de carecer de un proyecto político provincial…

El triunfo socialista-radical-antiperonista del 2007 fue el resultado de los desaciertos políticos de dos personajes que gobernaron de espaldas a los intereses provinciales.

Salir a decir “yo no robé”, no alcanza absolutamente para nada. Causa vergüenza que un gobernante diga y/o exalte lo que debe ser su obligación.

Si la excusa de quienes defienden las elecciones de Perotti es la búsqueda de “experiencia” para su administración, podemos decir que se abre un gran interrogante. El ciudadano común desea que los gobernantes sean capaces, que resuelvan los problemas cotidianos, y que vayan creando políticas a futuro (que ese ciudadano común, no tiene obligación de visualizar).

En tal caso, si esa persona tiene experiencia, mejor. Pero si no la tiene, ello no debe ser impedimento para sus acciones. A menos que lo que en verdad se esconda con el término “experiencia” sea que no se quiere cambiar absolutamente nada…

Perotti ya suma ocho (8) exfuncionarios con Reutemann y con Obeid, al máximo nivel provincial. Sus nombres demuestran antecedentes; pero capacidad… eso ya es otra cosa.

Digamos que históricamente el reutemanismo y el obeidismo se han caracterizado por ser dos sectas. Dos grupúsculos hiper-cerrados. Solo han atendido a sus propios y sectarios intereses.

Como sus jefes bajaban esa forma de actuar, todo se re-alimentaba. Y consecuentemente, cerraban las puertas a todo lo que consideraban ‘extraño’, ‘sospechoso’, ‘peligroso’ o ‘raro’.

Así, terminaron por convertir a la gestión pública en un ámbito cerrado, alejado de la realidad, aislados y repudiados. Ambos personajes fueron los ‘dueños’ del peronismo durante 16 años, y lo destruyeron. No dejaron absolutamente nada en pie.

Solo quedaron los herederos que se siguieron manejando de la misma forma. Fueron alimentando sus formas de movilizarse y actuar, logrando subsistir con cargos gracias a un peronismo aniquilado y que se basaba en negociaciones cada vez más sectarias, a medida que perdían votos y elecciones.

Si Omar Perotti ganó fue porque el grueso de la sociedad se cansó del destrato, cinismo y vandalismo que mostró el socialismo-radicalismo por 12 años; y porque él mismo aparecía como una superación del reutemanismo y del obeidismo (que los santafesinos decidieron sepultar).

Sin embargo, los defensores de Perotti consideran que él es una suerte de síntesis de ambos exgobernadores y por ello recurre a ubicar en cargos claves del Estado provincial a reutemanistas y obeidistas…

Quienes defienden las decisiones de Perotti, sostienen que él conduce y deberán obedecerle. El problema está en que es muy difícil escalar una montaña escarpadísima y empinada, cuando se recurre a guías que solo tienen experiencias y años en fracasos.

La presencia del médico Carlos Parola en este nuevo gabinete (en Salud) constituye la excepción de la regla…

Mientras tanto, los santafesinos como en una reedición del filme El regreso de los muertos vivientes (filme de Dan O’Bannon, 1985: The return of the living dead), se han enterado que regresan a la Casa Gris, Silvina Frana (Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat), Esteban Borgonovo (rosarino en Gobierno Justicia, Derechos Humanos y Diversidad),

Danilo Capitani (Desarrollo Social), Rubén Michlig (Gestión Pública), Walter Agosto (en Hacienda), Adriana Cantero (a Educación), Jorge Llonch (en Cultura, con el respaldo –además- de su cónyuge, la vicegobernadora), y Daniel Costamagna (en Agricultura).

Para los memoriosos y para quienes consideraban sepultado el reutemanismo y el obeidismo, la obra de Dan O’Bannon vuelve a repetirse...