Vie. 19. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

DOS MUERTES CON GRANDES DIFERENCIAS

DOS MUERTES CON GRANDES DIFERENCIAS

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  En pocos días, los argentinos tomaron cuenta de dos muertes violentas, a las cuales la prensa hegemónica le dio un tratamiento totalmente diferentes.

Porqué...?

Porque para dicho poder, son muertes ‘diferentes’; pueden utilizarla a ambas, según los propios intereses políticos e ideológicos.

Así, los argentinos fueron bombardeados mediáticamente porque se le otorgó un determinado valor político a un kioskero. Pero días después, esa misma prensa no dudó en desvalorizar, destratar y menospreciar el crimen de un joven humilde.

Dos muertes que causan dolor. Así: a secas, sin aditamentos. Dos crímenes repudiables desde todo punto de vista.

Pero claro, una servía para generar reacciones en plena campaña electoral y para alentar –un poco más- la propuesta ideológica de “mano dura” contra los delincuentes. La otra no ‘motivaba’ a sectores medios; ocurrió luego de las elecciones; la víctima por ser pobre, joven y morocha, reforzaba la clara discriminación clasemediera.

Resultó evidente que la muerte del kiosquero Roberto Sabo tuvo un valor más ‘elevado’ que la del joven de 17 años Lucas González.

Inclusive hubo periodistas o comunicadores sociales (qué?) que se encargaron inmediatamente de instalar la sospecha sobre este último al que se acusaba de poseer armas y de llevar drogas...

Con una frialdad y un desprecio al extremo el periodista Jonathan Viale expresó en canal LN (La Nación): “Estuvimos dos semanas en La Matanza, hablando todos los días del crimen del kiosquero, para este resultado”.

Se estaba quejando públicamente porque Juntos por el Cambio no había logrado obtener la diferencia de votos que deseaban (contra el peronismo). Lo decía con dolor porque él ha sido y es un periodista militante del odio; de dicha fuerza política, aunque pretenda presentarse como "independiente".

Lo hizo reconociendo que la muerte de Sabo había sido tomada impune y despreciablemente como una ‘herramienta’ para el momento electoral (¡). Utilizaron esa muerte como forma de generar enojos y reacciones a la hora de votar (contra el peronismo). Los canales y las radios transmitían el dolor 'en vivo y en directo', con una cobertura inusitada.

Esa diferencia de trato ante dos muertes lamentables y dolorosas, llevó a periodistas y formadores de opinión a justificar (si: justificar) el accionar cuasi-delictivo de tres policía de civil, dentro de un auto no identificado policialmente, para perseguir, amenazar, balear y asesinar a González.

La actitud de éste y sus acompañantes era sospechosa...?

Al parecer si: iban en un auto, eran jóvenes, poseían gorro con visera y eran morochos.

Es esperable que las fuerzas de seguridad donde gobierna la derecha y el neoliberalismo, actúen como lo hacen. Porque inclusive cuando ejercieron el poder desde la nación (2015-2019 con Mauricio Macri) se encargaron de marcar perfectamente cual es su pensamiento y accionar que defienden (con armas uniformadas -o de civil- en manos).

Lo lamentable es que suceda casi lo mismo en provincias donde gobierna el peronismo. Para peor, desde que asumió Alberto Fernández (diciembre 2019), no aparece una propuesta política para el tratamiento de la violencia a nivel nacional. Con lo cual, se continúa con el accionar hererado del macrismo...

No existe desde el peronismo un plan contra la criminalidad; pareciera que esta administración no está anoticiada de la problemática, ni cuenta con personal idóneo como para elaborar una propuesta que debe ser –a todas luces-, cuestión de estado.

Las muertes de Sabo y de González merecían (y merecen) el mismo tratamiento. Así como los asesinos de ambos (civiles y/o uniformados) merecen el mismo tratamiento ante la justicia, con sus derechos a defensa. No reconocer algo de ello no solo es injusto, sino inmoral e inhumano.

Una sociedad mejor aspira a que no se produzcan muertes como las de Sabo y González. Aspira a que todo asesino tenga el derecho a defenderse. Porque no aceptar este derecho es igualarse a los criminales.

De allí que esos políticos que reclaman “mano dura” y “balas para los delincuentes”, lo que están proponiendo es una sociedad igual a las de los criminales, con la diferencia que siendo ellos los que usan las armas, se autoconsideran como justos (y con derecho a matar).

Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro; como nadie tiene el derecho de quitarle un derecho a otro.

Quienes toman la bandera de una supuesta defensa humana afirmando que se necesita “mano dura” para terminar con los “privilegios de los criminales”, lo que en verdad quieren es instalar en todos los niveles de la sociedad el ‘ojo por ojo’; el uso de armas para defensa personal; y la justificación de la política oficial del ‘gatillo fácil’.

Un accionar que en el fondo, lejos de bajar las muertes, lógicamente que las aumenta. Frente a ello, es de esperar que Alberto Fernández se dé por enterado y en lo que le resta del mandato haga una propuesta a la sociedad, convocando también a todos los gobernadores.

Una forma de demostrar que él también -más allá de sus enseñanzas profesoriles-, aspira a una sociedad mejor.