Vie. 29. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

PEROTTI Y LOS MOTINES CARCELARIOS EN SANTA FE

PEROTTI Y LOS MOTINES CARCELARIOS EN SANTA FE

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Nada se consigue sin luchar. Mucho más cuando el sistema establece normas que considera que no deben cambiar bajo ningún aspecto.

El sistema carcelario argentino es malo e inhumano. No busca reinsertar al condenado, sino garantizarse que él no se pueda reinsertar jamás. De otra forma –tras tantas décadas con sus mismas políticas- debería haber cambiado. Avanzado hacia un sistema carcelario humnizado.

Eso no significa “ponerse del lado del ladrón”, como inmediatamente argumentan los intelectuales y el lumpenaje clasemediero que defiende este caduco y criminal sistema.

Si un delincuente debe cumplir una pena porque así lo determinó la justicia, lo razonable es que lo haga para salir siendo mejor. No para que dentro de sus pabellones, patios y celdas “se perfeccione”, para que al quedar en libertad, reincida.

Debe cumplir la pena, capacitarse, mejorar, trabajar, estudiar, producir. Y que junto a ello, su familia no quede desprotegida, sino que el Estado se haga cargo de ella. De lo contrario a un condenado irrecuperable se le sumarán cónyuge e hijos en situación de riesgo que pueden terminar replicando hechos delictivos (al carecer de presente y futuro).

Por ello, si los presos quieren mejoras, deben luchar. Como también sus familias; y presionar para que autoridades, legisladores y dirigentes se vean obligados a elaborar respuestas superadoras para esta problemática.

Reciéntemente se produjeron motines en cárceles santafesinas. Se observaron numerosas imágenes subidas por los presos a internet. Lo que demuestra que muchos de ellos poseen teléfonos celulares. También se observaron acciones vandálicas; daños por la simple acción de destruir. Y lo que fue peor, que destruyeron unos 10.000 barbijos que se producían y destinados a la lucha contra el coronavirus.

Junto a estas acciones, muchos de las decenas de miles de idiotas útiles que utilizan las redes sociales, se encargaron de replicar imágenes emitidas por los presos, comentarios y desinformaciones. Desde PrensaMare, apenas conocidos los sucesos y con algunos datos obtenidos se concluyó en que detrás de los motines estaba el pedido de libertades (bajo la excusa de reclamos sanidad, y alimentos).

A medida que se fueron conociendo sobre las muertes (5 en total) las redes sociales alertaban “de fugas”, de “tiroteos”, de “enfrentamientos y balaceras”. Nada de esto ocurrió en verdad, pero por horas la región, el país y el mundo tomó cuenta de lo “que sucedía en Santa Fe”. Inclusive al día siguiente, medios europeos relacionaban los violentos sucesos con el coronavirus (¿?).

Al motín en Las Flores, se agregaron los de los penales de Coronda, y de Piñero. Pero todo fue rápidamente controlado. Lo que sí quedó en claro es que entre los tres hechos existió una clara comunicación y coordinación.

Falló el control e inteligencia que los guardicárceles deben realizar constantemente? Lo sabían y dejaron que avanzara? Falló la conducción política del gobierno provincial?

Integrrogantes que deberá plantearse el gobernador Omar Perotti y resolver (una vez superada la pandemia). Porque los santafesinos no pueden convivir con cárceles que son bombas de tiempo, que uno, diez o cien pícaros y oportunistas (sean presos, políticos o delincuentes libres…) usan a su antojo.

Finalmente y en cuanto a las cinco muertes, las conclusiones son contundentes, y no tienen nada que ver con el coronavirus, ni reclamos justos de los presos. Alen Miguel Matías Montenegro (29 años) fue asesinado en Coronda, donde cumplía condena por un homicidio calificado de 2015. Integraba la barrabrava de Colón (grupo Los de Siempre).

Coronda tuvo 7 heridos (2 de ellos guardicárceles) que terminaron internados en el Hospital Cullen.

Las imágenes en internet mostraron también muy activo a otro jefe barrabrava del mismo club: el condenado (a 30 años), Juan Abel Quique Leiva.

En el penal de Las Flores, tras los vandálicos sucesos, fueron reducidos por decisión del ministro de Seguridad Marcelo Sain con operaciones de penitenciarios y de la Policía a la madrugada. Dos heridos entre los mismos presos fueron hospitalizados (y más tarde morirían). Posteriormente encontraron 2 cuerpos calcinados.

Estos 4 fallecidos fueron: Jonatan Exequiel Coria (29 años); Matías Gastón Crespo (31); Andrés Ezequiel Behler (23); y Rolando Duarte (60); los 3 últimos alojados en el pabellón de delitos contra la integridad sexual.

Puede concluirse que los reclamos de los presos no son novedad: hacinamiento, bajas condiciones de salud, y de higiene; deficiencias edilicias; cuestionamientos respecto a las visitas; edificios deficientes que son caldo de cultivo para enfermedades respiratorias. Lamentablemente, nada nuevo.

Ante esta situación, el desafío de Perotti (superado el cornavirus), será el de poner en marcha una reforma al sistema carcelario o apostar por los parches, para que todo siga como está (salvo algún maquillaje).

Ahora bien: también deberá saber que si opta por lo más fácil (lo segundo) terminará engrosando la lista de los gobernates que no han hecho nada para transformar dicha problemática, pero a la vez, será rehén de aquél uno, diez o cien pícaros y oportunistas (sean presos, políticos o delincuentes libres…) que usan a los presos a su antojo.