Mar. 19. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

EL PERONISMO Y LA “UNIDAD” EN SANTA FE

EL PERONISMO Y LA “UNIDAD” EN SANTA FE

Nada está dicho en la provincia...

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici)  Tras sellarse la “unidad” peronista estallaron las redes sociales con intervención de numerosos santafesinos. Porque el término “unidad” refiere al ‘acuerdo’ político realizado por dirigentes provinciales de Unidad Ciudadana con el sector de Omar Perotti.

Para los “analistas”, la prensa hegemónica y algunos funcionales a Cambiemos, se trata de una “unidad” del kirchnerismo, dándole el apoyo al senador nacional, originario de Rafaela.

Pero ante semejante noticia (y lógica reacción desde un sector del peronismo), deben realizarse ciertas aclaraciones. La primera y principalísima es que algunos podrán arrogarse la “representación” o “conducción” de quienes se identifican con Cristina Fernández, pero ello jamás se ha traducido en votos en suelo santafesino.

Los constantes fracasos de dicho sector –se autodenomine como lo desee con el paso de los años-, así lo demuestra. Una cosa es el peronismo que se identifica con la expresidenta, y otra son los dirigentes que se han puesto el traje de “kirchneristas”.

O sea: el “kirchnerismo” oficial, con ‘denominación de orígen’, es un certificado de fracaso, y de repudio en las urnas. Tanto que ejercen un control autoritario de un PJ (Partido Justicialista) cerrado, donde su máximo valor está en controlar el ‘sello’ y la Junta Electoral (para ejercer el poder demoliberal).

En segunda instancia, el autodenominado “kirchnerismo”, ha sido co-gobierno desde el 2007, asociado a Hermes Binner, Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz. No solo lo han demostrado los legisladores del peronismo, y la infinidad de comentarios existentes en la Legislatura santafesina, sino en la observancia del “facilitamiento” para que todas las propuestas del Ejecutivo Provincial (en los 3 mandatos) lograran ser aprobadas.

Si algún gobierno peronista hubiera cometido -no la totalidad-, sino apenas una ínfima parte de las barbaridades, el desgobierno, el crecimiento del delito, el reinado del narcotráfico, el inmovilismo judicial, los escándalos por obras o concesiones, el desabastecimiento de remedios, el ingreso como empleados jerarquizados de toda una generación de militantes socialistas-radicales, la ‘fiesta’ de la hotelería santafesina, el mega-gasto publicitario… hubieran sido atacado por los opositores (radicales y socialistas) y los medios hegemónicos, para derrocarlo.

Ello no ocurrió porque bajo la excusa de “garantizar la gobernabilidad” (¿?), decenas de legisladores y dirigentes del peronismo se asociaron con el Frente Progresista Cívico y Social, desde el 2007.

El tercer tema, y de vital importancia, es que una cosa es lo que decida el autodenominado “kirchnerismo”, y otra las bases, el votante peronista. Está claro que no existe una traslación de su (supuesta) conducción y la respuesta de los (supuestos conducidos) votantes.

Inclusive debe tenerse presente que en la elección del 2015, Perotti estuvo cerca de llegar a la gobernación, según los números de las Paso. Pero a la hora de ‘votarse en serio’, desde sectores del peronismo le dieron la espalda. No lo votaron.

Finalmente –y cuarto-, se puede afirmar que de manera seria con vistas a las Paso se presentaron dos candidaturas: la de Perotti y la de Maria Eugenia Bielsa. El primero tratando de conformar acuerdos dirigenciales dentro del peronismo; la rosarina, asentando su sustento en acuerdos con sectores externos al peronismo (¿?).

Ante esa situación, a través de operaciones mediáticas, el pegado de algunos afiches callejeros (junto a Cristina Fernández), y de algunos ‘reportajes’ claramente armados, algun/a otro/a peronista haya pretendido instalarse como candidato a la gobernación, fue una simple o gastada maniobra para tratar de dividir y con ello generar que desde algún otro sector exista un llamado, para terminar “arreglando” algunos cargos en las listas…

Si en dichas maniobras tomaron parte algunos que se autocalifican de “kirchneristas”, evidencia el nulo poder electoral que poseen.

En el 2019 se puede producir un cambio en la política nacional, si Cambiemos es derrotado en la presidencial. Ese es un tema. En cuanto a Santa Fe, está perfectamente en claro que ello constituye toda una incógnita.

Si ganara la gobernación el radical-macrista José Corral, lógicamente que no se producirá cambio alguno, sino que se continuarán con las lamentables políticas que dio actual intendente de Santa Fe, lleva adelante. Si por el contrario ganara Antonio Bonfatti, continuaría con lo hecho… lo que evita comentario alguno.

En cuanto al peronismo, si ganara alguno de sus candidatos –Perotti o Bielsa-, absolutamente nada cambiaría en cuanto a la idea general. El primero ha demostrado que es “el más reutemanista de los obeidistas”. Coincide plenamente con el lineamiento de Mauricio Macri, y lo ha demostrado en su última actuación como diputado nacional, como luego, desde la senaduría.

En cuanto a la política rosarina, no se le conoce una idea que demuestre qué quiere, más allá del voluntarismo verbal que manifiesta permanentemente.

Frente a ello, el votante peronista que quiere un cambio, que se idéntifica con Cristina Fernández (pero que no tiene ‘conductor’ alguno en la provincia) sabe que la “oferta política” santafesina es más de lo mismo.

Quizás esto no se advertido por muchos dirigentes en la capital argentina. La mejor respuesta a este estado de crisis interno que se vive en el peronismo santafesino (y nacional), es la disconformidad generada en las redes sociales ante la noticia que Unidad Ciudadana (en Santa Fe) hizo la “unidad” con Perotti…

Si la historia oficial la escriben los que (siempre) ganan, eso quiere decir que hay otra historia...