Vie. 19. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

EL POBRE PAPEL DE TRES PARTENAIRES (Rodolfo O. Gianfelici)

EL POBRE PAPEL DE TRES PARTENAIRES (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Los medios se han encargado de mostrar a tres principales figuras políticas de países europeos, viajando en tren en Ucrania.

Se trató de los líderes de Francia, Alemania e Italia, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi –respectivamente-, trasladados para visitar al mandatario ucraniano Volodimir Zelenski.

La difusión y tratamiento de la noticia por parte de los medios occidentales son acordes a los conocidos montajes periodístico-políticos que se usan para esta circunstancia.

Aunque, no se explica o detalla todo el contenido de la maniobra, sino que se muestra como un incondicional apoyo europeo a Zelenski. Apenas se agrega que también es un respaldo para que Ucrania se sume a la Unión Europea.

De allí que resulta interesante efectuar algunas consideraciones y ‘entendimiento’ de esta maniobra.

La Unión Europea -atada a la estrategia de Washington-, en su momento participó activamente para que se produjera el golpe de estado en Ucrania en febrero de 2014. A partir de allí se estableció y profundizó una política persecutoria internamente, y de confrontación con Rusia.

Inclusive, años más tarde –desconociéndose acuerdos firmados-, Ucrania salió a plantear la posibilidad de convertirse en potencia nuclear y a incorporarse a la OTAN.

Es así –pese a todos los pedidos, reclamos y advertencias de Rusia-, se llegó a febrero de 2022, donde el presidente Vladimir Putin buscó poner punto final a la política agresiva y de rodeamiento de su país por parte de EEUU y la OTAN.

Fue así que Europa, ya imposibilitada de dar marcha atrás –si hipotéticamente lo hubiera deseado-, terminó por convertirse en “el jamón del sangüich”, quedando atrapada entre el reclamo ruso y el guerrerismo de Washington.

A partir de allí trataron de mantener un doble discurso, hablando de pacificación, pero haciendo seguidismo de Washington; pidiendo diálogo, pero enviando armas a Ucrania; reclamando fin de la presencia rusa en suelo ucraniano e imponiendo sanciones a Rusia; tratando de tomar distancia de Washington, pero quedándose sin petróleo y gas ruso...

Para peor, apareciendo solo (EEUU y sus aliados del golfo Pérsico) como alternativos proveedores de energía, pero... a un precio mayor (al ruso).

Las inconsistencias de los líderes europeos quedaron patentizadas con idas y vueltas, verbalidades contrapuestas a sus acciones, y una debilidad extrema para presentarse con una posición sólida, coherente y de fuerza ante EEUU.

Ahora, tres de sus principales dirigentes efectúan con un publicitado ferroviario viaje y breve visita, solidarizarse con Ucrania, mostrar unidad europea y tratar de ofrecer la existencia de un supuesto margen de maniobra (por fuera de Washington).

Los tres grandes de las economías de la Unión Europea y miembros del G7, creen que a fuerza de una maniobra mediática ganarán espacio político. Mientras ellos ‘juegan a la política’, la realidad de hoy presenta que Rusia no ‘se cae’ por las sanciones económicas que ellos les impusieron y que por el contrario, el reciente mensaje del líder chino Xi Jinping, en cuanto a que China continuará apoyando a Rusia en materia de "soberanía y seguridad", les da una ‘cachetada’ de realismo político.

Con un cinismo mayúsculo, el mismísimo representante alemán, Scholz, que reclama ‘diálogo’, ‘paz’ y fin de ‘la invasión’, afirmó: "No sólo queremos demostrar solidaridad, sino garantizar también que la ayuda que estamos organizando -financiera, humanitaria, pero también cuando se trata de armas- continuará".

Los europeos hacen este viaje porque se acercan momentos claves para ellos, como son:

·         La cumbre del Consejo Europeo (23 y 24 de junio) donde se analizará el ingreso de Ucrania a la UE

·         La reunión del G7 en Berlín, donde analizarán –entre otros temas- el energético

·         La cumbre de la OTAN en Madrid. En la que tratarán cómo seguir ‘ayudando’ militarmente a Ucrania, y el ingreso de este país a la alianza atlántica.

Pero sin lugar a dudas el tema que primará en los encuentros es que los europeos reclaman una salida negociada a la presencia rusa en Ucrania. El tema es que para ello deben convencer (y presionar) al extremista Volodimir Zelenski a que acepte las exigencias rusas. Además, la UE pretende convertirse en parte de la negociación ruso-ucraniana (es decir: sentarse en la mesa junto a ellos), algo que EEUU no considera posible.

Lo cierto es que la ambición europea es de máxima, porque ven que el futuro de su bloque no es el mejor, pues el conflicto militar se libra muy cerca de sus fronteras, y a... miles de kilómetros de las fronteras estadounidenses.

Por otra, ese planteo de negociación y acuerdo, saben que solo será posible en tanto y en cuanto se le otorguen garantías serias a Rusia. Con lo cual se estaría incumpliendo con el planteo-imposición de EEUU en cuanto a:

·         No negociar con Rusia

·         Prolongar la mayor cantidad de tiempo el conflicto.

Así planteada la situación, Europa no encuentra –seriamente- su posición, pues estando alineada con la geopolítica de Washington, desea una solución al problema en sus cercanías territoriales, sin que Joseph Biden y el Pentágono se enojen.

Para colmo, dicha posición del bloque europeo se encuentra con un Zelenski:

·         Embarcado en un desequilibrado e irreal triunfalismo militar

·         Su exigencia para que Ucrania ingrese sin condiciones y rápidamente en la UE

·         Que se concrete de manera urgente el aprovisionamiento de armas y municiones de parte de los europeos

·         Que se profundicen las acciones y sanciones contra Rusia.

La realidad hace que los tres visitantes más que realizar un aporte para solución del grave problema, solo se han convertido en tres partenaires con papeles de escasa relevancia, que –como máximo- solo lograrán de este viaje unas buenas fotografías...

Inclusive Zelenski los ha desafiado reclamando más armas pesadas, cuando dichos países (Francia, Italia y Alemania) integran la OTAN. Por lo que si cumplieran con ese pedido estarían alimentando una confrontación directa con Rusia (como ya les advirtió Moscú). Algo que inclusive EEUU trata de impedir o de disimular de la mejor forma, en razón que Washington reconoce que están muy por detrás del poderío militar ruso.

Respecto al ingreso ucraniano a la UE, estos tres políticos sabían que no podían asegurar absolutamente nada, pues ese ingreso no depende de ellos, ni de la Comisión Europea. Es un tema que deciden en conjunto todos los estados miembros.

En tal aspecto no existe unanimidad, pues el tema está demasiado dividido, con posiciones disímiles y hasta contrapuestas. Porque para ingresar a la UE se exigen una serie de reformas que Ucrania está imposibilitada de cumplir en medio de la actual situación bélica.

Acaso la UE no mantiene en espera a varios países que desde hace años pretenden ingresar y no avanzan en sus gestiones...? Acaso un problema militar es un argumento sólido para que un país (Ucrania) se ‘saltee’ trámites burocráticos y saque ventaja por sobre otros pares...?

Pero no todo termina allí. Porque Zelenski exige que los europeos le garanticen que con esa ayuda ‘recuperará’ Crimea y las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Algo verdaderamente imposible de garantizar, porque en definitiva, las políticas racistas, fascistas, persecutorias y criminales de Zelenski fueron las que llevaron a las poblaciones de esos territorios a querer abandonar Ucrania.

Lo cierto es que Macron, Draghi y Scholz llegaron a Kiev con las manos vacías, según lo que reclama Zelenski. Un mandatario que –por cierto-, ha aceptado cumplir un pobre y criminal papel de incendiario que afecta a su mismo pueblo, y donde se ha quedado sin nada que ofrecer. Solo exige; como si fuera un funcionario de Joseph Biden...

Los días, semanas y meses pasan y pareciera que se aleja la posibilidad de un acuerdo entre las partes. Pero lo más grave de ello es que a la vez aumentan las posibilidades que dicho conflicto se agrande y expanda territorialmente. Con lo cual, la situación se acercaría hacia un conflicto internacional de alcance impredecible.

Todo esto sin contar las gravísimas consecuencias que están afrontando los países dependientes, sin poder alguno negociar -ni siquiera- el disponer de alimentos. Lo cual solo beneficia a las multinacionales y a los países centrales.

Todas estas citas sirven para aumentar las dudas sobre el futuro. No solo respecto a Ucrania y a corto plazo, sino a tiempos venideros, donde EEUU continúa con la ceguera de no comprender que está en retroceso. Y que, por más armas que tenga, no puede incendiar el mundo, sin terminar ellos mismos quemados.

La gran incógnita está en saber qué hará este continente atrasado y cínico en que se ha convertido Europa, intentando mostrarse humanista a la par que sigue bebiendo el odio anglosajón.