Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

CARLOS R. LARA: MARTIR DE PANAMÁ (CNTP)

CARLOS R. LARA: MARTIR DE PANAMÁ (CNTP)

CIUDAD DE PANAMÁ-PANAMÁ  (CNTP)  Carlos Renato Lara mártir del 9 de Enero de 1964.

Un muchacho común del barrio de la calle 12 y 13 Ave Domingo Diaz, exactamente al frente de la Nueva Era, taller de reparación de Radios y Televisión, adjunto una pequeña tienda de abarrotes no perecederos.

A su vez se convierte este pequeño negocio en el cuartel central del Comité Regional del Partido del Pueblo en Colón y uno de los principales puntos de apoyo a los patriotas.

En una casa de apartamentos exactamente al frente del sitio descrito, crecía Renato junto a su honorable y sencilla familia.

Los acontecimientos que se inician la noche del 9 de enero registra la gran manifestación convocada por la asociación federada del Colegio Abel Bravo y otras fuerzas organizadas y otras espontáneas, que ante la indignación nacional que crecía en todo el país, concitaba acciones y solidaridad.

Los Yankees acordonaron todo el limite con la Zona en la avenida Bolívar con bayonetas caladas (la advertencia del libertador se expreso en la calle que dignamente tiene su nombre).

Como en Ayacucho, Junin y Carabobo, aguerridos y valerosos panameños al frente del General Tomas Herrera no dudaron enfrentar a las tropas realistas españolas, la muchedumbre de negros y mulatos, esa noche del 9 no dudó en avanzar y penetran el territorio usurpado por la soldadesca yankee.

Los enfrentamientos iniciales fueron cuerpo a cuerpo, de allí la gran cantidad de heridos por el filo de las bayonetas.

El pueblo colonence sin distinción estaba en la calle y en dirección a la zona, la Guardia Nacional y los organismos de seguridad se acuartelan. Mientras muchos combatían, otra muchedumbre asediaba el cuartel pidiendo armas para defender la patria y honrar la bandera ultrajada.

Esa noche los helicópteros del ejército norteamericano sobrevolando toda la ciudad lanzando gas mostaza para dispersar la muchedumbre que al pasar las horas iba creciendo así como la disposición de avanzar hacia la Zona del Canal

Los choques continúan durante todo el día y la noche del día 10 de enero, el hospital Amador Guerrero apoyado por decenas de voluntarios y voluntarias atendían a los heridos, se hacían los llamados urgentes de necesidad de sangre, cientos de voluntarios dijeron presente.

El día 11 una calma relativa se siente en la calle 12 Domingo Diaz. La Nueva Era sigue siendo punto de habituallamiento a los patriotas que venían e iban a la línea del frente.

Renato, amante del fútbol hace unos ejercicios en el campo de juego de la escuela Republica de Bolivia junto a un jovencito menor patiando ambos el balón de extremo a extremo haciendo la maniobra de control del balón.

Como ningún otro muchacho llegaba y sólo se escuchaban las sirenas de ambulancias que pasaban hacia el hospital decidimos suspender y regresar a la calle 12, sin antes expresar con voz decidida, ME VOY PARA EL FRENTE, el joven menor que él con ganas también de ir tenía instrucciones de Adela, te quedas en el taller.

En la tarde ya arreciaban los enfrentamientos, incluso se conoció de tres bajas infrigidas al enemigo al ser tomado el Wallace de avenida Bolívar e incendiado con bombas molotov preparadas en distintos puntos de la ciudad.

Aún así el enfrentamiento era desigual, ya la soldadesca usaba armas automáticas y fusiles de asalto.

Casi las 4 o 5 de la tarde llega Adela quien era una de valerosas mujeres voluntarias recibiendo heridos en el hospital Amador Guerrero.

Con voz desgarradora con lagrimas en los ojos exclama le dieron a Renato, le dieron a Renato, ella lo vio llegar herido de muerte, a su vez preguntaba donde está Alexis, ella sabía que Renato estaba con Alexis en el campo de juego. A los años se supo que lo de ir al campo de juego fue concertado con Adela para evitar que Alexis se fuera a la línea del frente.

Renato era un joven común y sencillo que no tenía militancia ni doctrina política, si honestidad y sensibilidad social, que atendió al llamado de la patria y muere combatiendo.

Al decidir ir a la línea del frente resumió la fuerza moral de una juventud y una generación que dijo basta al poder imperial y colonial que mancillaba la dignidad y soberania nacional. Dio su vida sin saber que su sangre derramada sería levadura y ejemplo para las jornadas de lucha que sellaron en 1999 la salida del último soldado Yankee de nuestro territorio y se arrio la bandera norteamericana y alcanzar un solo territorio, una sola bandera.

La Juventud de hoy tiene la responsabilidad histórica de honrar el heroísmo de Renato y culminar la siguiente etapa contra el Neocolonialismo y otros males que nos agobian y que seguro como ayer hoy Renato estuviera en la línea del frente.