Preocupación y descontrol...
TOKIO-JAPÓN Las autoridades surcoreanas han lanzado 8.000 mujeres a registrar los baños públicos capitalinos. La misión es la de encontrar cámaras digitales furtiva usadas para grabar y difundir videos de contenido sexual (sin el consentimiento de los involucrados).
Tratan de terminar con la “epidemia” de pornografía molka (como se conoce esta práctica voyeurista en el país). El término molka alude a un antiguo programa televisivo de bromas con cámaras ocultas que se proyectaba en Corea del Sur.
La importante cantidad de inspectoras fueron designadas por el Ayuntamiento de Seúl, la capital. Deben revisar los 20.000 baños públicos de esos dispositivos de espionaje sexual.
Este sistema ilegal de filmaciones no solo se usa en dichos sanitarios, sino también en vestuarios, hoteles, clubes nocturnos y hasta en plena vía pública. Inclusive funcionan ‘mecanismos’ donde se usan cámaras anexas a los zapatos, que graban por debajo de las faldas de las mujeres (sin que ellas se percaten)…
Por lo pronto, la policía surcoreana arrestó a 2 hombres al comienzo de marzo e investiga a otros 2 por filmar en secreto a 1.600 huéspedes de hoteles y retransmitir el video en directo por Internet. Ellos habían instalado minicámaras en televisores, tomas de corriente y soportes para secador de cabello en 42 habitaciones de 30 hoteles en 10 ciudades surcoreanas (¡). Ello lo hicieron entre noviembre de 2018 y principios de abril del 2019.
La mayor parte de ese contenido termina en Internet, en páginas web que cambian de dominio y nombre de manera constante, para con ello burlar a las autoridades.
Pero paralelamente al Internet ‘oficial’, existe la llamada “web profunda” o “web oscura”, que son sitios en Internet que están al margen de la supervisión oficial y que son frecuentados por hackers o personas involucradas en actividades ilegales. Sitios que por cierto conoce Interpol… (¿?).
Corea del Sur tiene uno de los niveles de penetración a Internet más altos a nivel mundial. La velocidad media de conexión es de 26,3 megabits por segundo.
Lo ‘increible’ (o no tanto…) es que la pornografía está oficialmente prohibida en el país. Sin embargo, todo se comprende cuanto se sabe que esta “industria subterránea” mueve anualmente en Corea del Sur más de… 20.000 millones de dólares (¡).
El escándalo es tan grande que la policía investiga a una serie de personas (entre ellas varios artistas), por su participación en un grupo de la red social KakaoTalk. Allí han compartido videos sexuales grabados sin conocimiento ni consentimiento de las mujeres que aparecen en ellos.
Aparecen sospechados, el ídolo del K-pop, Seungri (miembro del grupo Big Bang); el cantante, compositor y figura de la televisión Jung Joon-young; y hasta Choi Jong-hoon (miembro del grupo FTIsland).
Según Seo Seung-hui, líder del Centro Coreano de Contestación a la Ciberviolencia Sexual (ONG que ayudó a unas 1.800 mujeres a borrar los videos), este es un tema importantísimo en un país tan cerrado. Debe saberse que en la sociedad surcoreana, la exposición íntima implica “la muerte civil” para una mujer.
El voyeurismo forma parte de la vida surcoreana. Inclusive así lo reconoció el propio presidente Moon Jae-in, quien pidió castigos severos para los responsables.
Hasta el momento las penas han sido pocas, donde se sabe que están involucrados en el negocios cientos de miles de surcoreanos. Las penas pueden llegar hasta 5 años de prisión y multas de 30 millones de wones (26.000 dólares).
Estadísticas oficiales indican que solo el 2% de las violaciones llega a juzgarse en los tribunales. Todo el país está convencido que la estructura pornográfica funciona tan ‘aceitadamente’ porque existe una gran complicidad (y hasta sociedad) de parte de la policía.