Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Farándula

INTRATABLES, O INTRAGABLES...?

INTRATABLES, O INTRAGABLES...?

SANTA FE-ARGENTINA  (PrensaMare)  Un día una amiga me dijo: “Cómo estará de baja la televisión para que Fantino forme opinión, y hasta opine de política”.

Lo tomé medio en broma y medio en serio. Porque de dicho señor yo tenía un cierto ‘acercamiento’, pues me gustaba como relator futbolístico. Lo que pasa es que años más tarde se desmadró y se convirtió (o lo convirtieron) en un personaje del divertimento farandulero. Un suceso al que él se adaptó perfectamente, porque en el fondo es eso: un farandulero que –como tal- cumple un papel, se adapta, se mimetiza, se alquila...

Ahora: Se sabe que Alejandro Fantino intentó incursionar en la política y fracasó...?

No. Pocos –o casi nadie lo sabe-. Pero lo cierto es que lo tentaron y él se ‘enganchó’, autoconsiderándose como uno de los futuros “salvadores” de esa patria que desean sea conducida por (supuestos) apolíticos, caídos del cielo, sin conociemiento alguno de la construcción política e imaginándose que con algunos cursos breves de apredizajes, acompañados de asesores y “especialistas” en cada tema, le puedan dar la solución a todos los problemas, de los que desconocen –por cierto- sus orígenes

Si. Fantino se ilusionó como gobernador santafesino () e hizo un brevísimo intento, apuntalado por algún (impresentable) político y varias encuestas. Pero la aventura duró poco. Menos que ello: poquísimo, porque –como suelen decir algunos-, no llegó a ‘mover el amperímetro. Los sondeos y requerimientos en determinados sectores sociales indicaron que la idea de ‘Fantino gobernador’, era poco menos que un disparate.

Fue así, que quienes lo habían convencido de su ‘importante misión para la provincia´’, lo abandonaron más rápido que un rayo.

Un dato de color para los antecedentes de este personaje que, de ser un buen relator de partidos de fútbol, terminó por ser un limitado entrevistador, un inepto político, un repetidor de sus propias estupideces. En síntesis: uno de los tantos alquilados, al que los patrones les hacen creer que son importantes.

Un cuestionador de la política, que ha sido un fracasado en su intento por hacerse... político.

En 2013 el camaleónico canal América creó el programa Intratables, conducido por un Santiago Del Moro acartonado. Uno de los tantos olvidables programas televisivos de una decadente televisión argentina. Hasta que los conductores del canal decidieron que era el momento de avanzar del farandulismo a la política (como show).

Les dio resultado mostrándose como un (supuesto) programa independiente. Aparecía como un sitio de opiniones libertarias, aunque por cierto era todo un montaje, pues logrando pasar desapercibido para el televidente común, estaba perfectamente alineado junto a lo antinacional y antipopular.

Fue allí que la patronal entendió que Fantino podía incorporarse como una gran atracción, que sirviera para disimular su línea ideológica y política, y a la vez se hiciera más popular. Porque él es un canchero, un porteño (aunque nacido en una localidad del interior santafesino), un hablador constante, un (aparente) chistoso, un fachero, un opinador de todo (aunque no sepa de nada), un hábil simulador de representador del argentino de la calle.

Un personaje que se hizo ‘indispensable’ para esta televisión con el latiguillo de: “Para, para, para: vos me decís...”; y allí viene la “profundidad” de su duda. Por ejemplo: “Para, para, para: vos me decís que te comés una manzana en el desayuno...?”.

Si. Ese es el nivel de su “profundidad”, al que refuerza con miradas a alguna cámara en especial, o con algún movimiento de mano, como para darle fuerza a su insulsa expresión verbal.

El personaje que mezcla datos del Fondo Monetario Internacional, con alguna anécdota de cuando ha ido a pescar en Sauce Viejo; o una información (a la que intenta darle un contenido de súper importancia), con alguna referencia a tal o cual deportista, y su apodo familiar...

Su misión es la de hacer una televisión fácil; evitando que el televidente piense; entregándole grajeas de ideología disimulada; y de politicismo barato. Pensando (lógicamente) en el ansiado rating; sin profundizar en absoluto en la problemática real del país; ignorando que todavía están en vigencia y gozando de excelente salud los términos: oligarquía, imperialismo, espionaje, traición a la patria, lavado de dinero, fuga de capitales y –especialmente- el de redistribución de la riqueza.

La conducción de América ha logrado la simbiosis de un personaje (Fantino) y un producto (Intratables), que pareciera que fueran un solo cuerpo. Que están hechos el uno para el otro.

Tanto es así que Fantino se ha convertido en un personaje que forma opinión en el país.

Así estamos...