CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  En política no es ninguna novedad que alguien le ‘muerda la mano’ a quien antes le dio de comer. Es casi una normalidad, que hasta se justifica en nombre del “proyecto” (¿?).

En esta pequeñita y devaluada historieta, dos personajes que andaban con juegos pirotécnicos, decidieron acordar, y unirse para morder la mano de Mauricio Macri.

Se trata de Horacio Rodríguez Larreta que de funcionario de Macri en su gobierno porteño, se transformó en Jefe de Gobierno de la capital argentina. Y de Patricia Bullrich, la multisaltarina de partidos políticos, que se transformó en ultramacrista; lo que le permitió ser Ministra de Seguridad durante la presidencia de su rescatador –Macri-, que luego (sin elección interna alguna) la convirtió en titular del PRO (el partido que él conducía).

Tras varios contactos entre terceros, al final estos dos protagonistas tuvieron varios contactos telefónicos y al final se reunieron y acordaron. Es así que juntos decidieron morderle la mano a... Macri.

Entendieron que él es el mayor peligro para que el PRO no pueda llegar en el 2023 con posibilidades de triunfo presidencial, y que deben sacarlo del medio lo más rápido posible. Para lo cual establecieron algunas pautas de “convivencia” entre ambos.

Lo principal que fijaron es ‘no pelearse desde los medios’. Y luego fijar ‘responsables’ que deben limar las asperezas o ‘conflictos’ que puedan surgir entre los sectores que ellos representan.

Pero: Acaso estos personajes no estaban peleados en forma irreconciliable...?

Estaban distanciados, y sin contactos. Ocurre que Larreta en el 2021 desafió a Macri y no aceptó que le impusiera a Bullrich como candidata (optó por la siempre-sonriente Maria E. Vidal). Una decisión política donde Macri reaccionó (una forma de decir) abandonando a su ‘protegida’...

Ello generó el receló y no-perdón de Bullrich para con su jefe. Así, tanto Larreta como Bullrich fueron avanzando en construir sus propias ambiciones presidencialistas (para el 2023), lo que los llevó a atacarse. Y al final terminaron por concluir que no debían enfrentarse entre ellos, y si aislar a Macri (que también tiene las mismas aspiraciones), pero que arranca con el contrapeso de su pésima gestión (2015-2019) y con ello pone en riesgo serio la pelea electoral del PRO y sus socios.

Esta idea de ‘no pelearse en público’ ya era algo que el macrismo había acordado con anterioridad, y de la que tomaron parte Macri, Maria Eugenia Vidal, Bullrich y Larreta.

En este sentido, la estrategia de ‘las grandes peleas’, ya está instalada por los medios hegemónicos con el peronismo como protagonista (lo que agigantan día a día). De esa forma crean una sensación de anarquía y falta de conducción política (o de gobierno) ante los argentinos. Por el contrario, evitan tratar las peleas entre derechistas y neoliberales, a los que presentan como dialoguistas y con ideas...

Para aceitar este funcionamiento de ‘amistad’ interna macrista, las partes establecieron que cada 2 semanas “representantes” del larretismo y del bullrichmo, se reunirán para evitar confrontaciones y acordar ‘marcos de opinión’.

Con esta maniobra el dúo coincidió en ‘sacar a Macri del medio’. Le eliminaron la permanente maniobra que usaba el exmandatario para mostrarse como el conductor que media y re-compone la pelea entre integrantes de un nivel inferior al que (dice) ocupa él en el PRO y Juntos por el Cambio.

Este desconocimiento de su poder, constituye otro revés político interno, porque es directamente ‘desconocido’ como el líder (¡)...

Ha sido ‘rebajado’ (por Larreta y Bullrich) a sus mismos niveles políticos.

Mientras tanto, Larreta continúa con su idea de llegar a las Paso con un único candidato por el PRO (él); considera que competir en dicha interna con dos o tres aspirantes del macrismo, debilitaría el espacio y podrían perder ante un único candidato del radicalismo (UCR).

Del lado de Bullrich se dice que prefiere la competencia en las Paso (reconociendo los riesgos de llegar divididos ante la UCR en las Paso). Pero de ella, acostumbrada a constantes cambios, decires y des-decires, se puede esperar cualquier cosa.

Hoy por hoy el radicalismo (que seguramente competirá con un úncio candidato presidencial) pierde ‘mano a mano’ con el PRO. Pero sus posibilidades crecen si el PRO se divide.

Posiblemente este temor a perder ante los radicales sea el ‘elemento’ que sirva de unidad para el macrismo en general. De una u otra forma, con diferentes matices y palabras, son muchos los que consideran que no deben correr riesgos ante el radicalismo. En ello existe coincidencia de Macri, Bullrich, Larreta, Santilli, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Jorge Macri, Humberto Schiavoni, Federico Pinedo, y hasta ‘el hombre sin votos’ (Miguel A. Pichetto)...