CIUDAD DE MÉXICO-MÉXICO (PrensaMare) Hace un año, en noviembre de 2020 los estadounidenses se enteraban oficialmente que Joseph Biden era el presidente electo, derrotando las ambiciones reeleccionistas de Donald Trump.
Fue una elección que más que otras veces, atrajo la atención del mundo. No solo porque era la elección en la máxima potencia militar del mundo, sino porque las horas y los días iban pasando y ambos candidatos se consideraban triunfadores.
Se asistió a una verdadera ‘claro sobre oscuro’ de la sociedad estadounidense, dejando expuesto al país ante el mundo. La misma democracia del país que se considera su máximo exponente mundial, quedó sospechada.
Se había votado el 3 de noviembre, pero la victoria de Biden fue declarada 4 días más tarde.
A partir de dicha noticia, los mismos medios que durante 4 años habían mantenido diferentes posiciones respecto a Trump, se transformaron en agitaores del (supuesto) nacimiento de una ‘nueva era’ para los estadounidenses y el mundo, de la mano de Biden. Lo cual, a un año de hechos, pruebas y contrapuebas demuestra que fue simplemente un nuevo montaje internacional como tiene acostumbrado dicho país a la historia y el mundo.
Los reclamos hasta dentro del mismo país ya no pueden esconderse ni disimularse. Los votantes demócratas ya se muestran desencantados; la prensa lo critica; el poder militar lo mira de reojos. Inclusive ya han comenzado a circular las famosas encuestas de votantes independientes (que le dieron el voto a Biden), quienes han reducido su apoyo del 61% (de enero 2021) al 34% (de fin de octubre 2021).
Es cierto que Biden no cuenta con todo el poder que esperaba, y que tiene una fuerte resistencia dentro del Congreso. Pero al votante común, o al ciudadano común (inclusive que no ha votado), poco y nada le interesa ello. Reclama soluciones.
Y Biden no ha podido dárselas en cuanto a reformas y soluciones problemas gravísimos como son la inmigración, el acceso al voto, la policial, y el armamentismo ciudadano. Inclusive su debilidad ha quedado al descubierto de manera clarísima durante meses en la disputa (con los republicanos) que terminaó –al fin- con la aprobación del plan bipartito de infraestructuras (de 1,2 billones de dólares). Mientras tanto sigue en espera su prometida y ambiciosa agenda social.
El país continúa extremadamente dividido. La política de odio que el neoliberalismo, sus exponentes políticos y económico-financieros (convencidos o alquilados) y los poderosos medios comunicacionales han instalado en decenas, cientos de países del mundo, también se instaló en EEUU.
Biden –al asumir- clamó por unidad y entendimiento entre adversarios políticos (demócratas y republicanos); pero no ha tenido suerte. Y difícilmente logre ese cometido en los años de mandato que le restan. Existen poderes mucho más importantes en ese país como en el mundo, que se benefician hora a hora, minuto a minuto con esa política del odio.
Lo concreto es que Joseph Robinette Biden Jr. (conocido como Joe Biden, para hacerlo más ‘familiar’ o popular), es un abogado y político que ejerce como el 46º presidente (desde el 20 de enero de 2021). Conoce sobradamente lo que significa estar en este ambiente del poder político de su país; había ejercido como el 47º vicepresidente (de 2009 a 2017), durante la administración de Barack Obama.
Llegó a la Casa Blanca impuesto por los grupos de poder opuestos a Trump; poderosos grupos internos y externos que sostienen la necesidad de la globalización extrema.
A la hora de analizar porqué los votantes del país lo eligieron, pueden enumerarse algunos interesantes motivos:
· Evitar la reelección de Donald Trump
· Lograr mejoras en temas medioambientales, educativos y acceso al aborto
· Lograr un plan social amplio
· La no candidatura de Bernie Sanders direccionó los votos hacia la oferta demócrata (para evitar el triunfo de Trump)
· Reforzar el liderazgo del país a nivel mundial
· Atender la grave situación sanitaria causada por el coronavirus
· Poner en marcha un plan de seguro médico universal
· Condonar las deudas estudiantiles
· Solucionar la documentación para 11 millones de personas inmigrantes.
A la hora de analizar cual es el balance que hacen los votantes de Biden, cumplido un año de su mandato, pueden citarse:
· Fracaso y vergüenza tras la urgente retirada de Afganistán
· Fracaso en la política inmigratoria
· Fracaso en la apertura de relaciones con Cuba
· Las derrotas de cantidatos demócratas en elecciones legislativas muestran el desencanto existente
· Se avisora un triunfo legislativo de los republicanos para el 2022
· No sienten que haya habido mejora alguna
· No aumentó la cuota de refugiados, sino que crecen las repatriaciones
· La violencia policial no se detiene
· Creció el presupuesto militar.
Al momento de citarse algunas de las decisiones de Biden –cumplido el 25% de su mandato-, que exponen de manera contundente su pensamiento, se encuentran:
· A 35 días de asumir ordenó bombardear Siria
· Mantiene todas las medidas de bloqueo contra Cuba dispuestas por sus predecesores (particularmente las de Trump)
· Decidió mantener la política de confrontación dura contra China
· Impulsa un boicot internacional contra los Juegos Olímpicos Beijing 2022
· Dispuso una orden ejecutiva impidiendo que empresas de EEUU puedan invertir en 59 empresas chinas
· Resplada totalmente a Israel en su política ocupacionista y militar contra Palestina, y manteniendo el reconocimiento a Jerusalem como capital israelí
· Reincorporó a EEUU al Acuerdo de París
· Se incrementaron las expulsiones de inmigrantes
· Proveyó al país de suficientes vacunas contra el coronavirus, cuestionándose la forma en que se aplicaban (afectando a las minorías)
· Decidió no retirar al país de la OMS (Organización Mundial de la Salud)
· Se dispuso la restrinción al ingreso a los ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Venezuela y Corea del Norte
· Detuvo la construcción del muro fronterizo con México
· Reforzamiento del injerencismo en países de América
· Fortalecimiento de la confrontación de Ucrania con Rusia
· Elevación de la tensión con Rusia
· Conformación de una nueva alianza militar (Aukus) anti-China en Pacífico-Oceanía
· Mantenimiento de la política invasora y agresora en norte de Siria.
Una breve síntesis de 12 meses cargados de ilusiones, que –al parecer- se van esfumando.
