MANAGUA-NICARAGUA (Especial para PrensaMare) Las autoridades electas en la última elección nicargüense han asumido. Se trata de Daniel Ortega y Rosario Murillo, como presidente y vice.
Si bien EEUU, sus aliados geopolíticos y países alineados con ellos han rechazado el proceso electoral y el resultado, el proceso ha continuado delante, rechanzando el injerencismo.
Pese a la campaña internacional liderada desde occidente, el acto de asunción se cumplió, con la asistencia de representantes de numerosos países.
Potencias como China y Rusia enviaron representantes; al igual que México, Corea del Norte, Irán, Siria, Cuba y Venezuela. También Vietnam, Bielorrusia, Bolivia, y Turquía. Y Belice, Honduras, Bolivia, Palestina, India, Laos, Camboya, Angola, Egipto, Malasia y Yemen...
China envió a Cao Jianming, vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Poder Legislativo), quien arribó como enviado especial del presidente, Xi Jinping.
Daniel Capitanich, embajador de Argentina, representó a su país. Mientras que la iraní estuvo encabezada por el vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, Moshen Rezai.
Asistieron los ministros de Relaciones Exteriores de Bolivia, México, Palestina, y la República Árabe Saharaui Democrática.
Nicaragua llegó a las elecciones luego de poder enfrentar y derrotar una maniobra desestabilizadora liderada desde EEUU, que generó protestas y ataques terroristas, dejando el saldo de varias muertes y ataques a edificios. Inclusive debió soportar maniobras de la propia jerarquía católica (contrapuesta al Papa Francisco).
Con posterioridad a ello, se enfrentó a una campaña internacional ‘denunciando’ persecuciones a supuestos candidatos presidenciales. Pero también esta maniobra fue derrotada ante la indiferencia y rechazo de los propios nicaragüenses.
Los detenidos han violentado las leyes y normas vigentes en el país, y debieron (y deben) enfrentar a la justicia.
Joseph Biden, continuando con la estrategia desestabilizadora y golpista de Donald Trump, supo expresar: "Lo que el presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, orquestaron hoy (por el día de votación) fueron unas elecciones de pantomima, ni libres ni justas, y sin duda no democráticas".
Agregando que Ortega y Murillo son "ampliamente impopulares y sin un mandato democrático"; de ser "autócratas, no diferentes a la familia Somoza contra la que Ortega y los sandinistas lucharon hace cuatro décadas".
Para finalmente mostrar su arrogancia intervencionista al amenazar: "Estados Unidos, en estrecha coordinación con otros miembros de la comunidad internacional, utilizará todas las herramientas diplomáticas y económicas a nuestra disposición para apoyar al pueblo de Nicaragua y responsabilizar al gobierno de Ortega-Murillo y a quienes facilitan sus abusos".
Esta asunción, con tantos representantes y saludos y apoyos recibidos desde diferentes partes del mundo, constituye un acto de reconocimiento y solidaridad con las autoridades y el pueblo de Nicaragua, y un nuevo revés internacional de EEUU y sus aliados.