Mar. 16. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Notas

QUIÉN ES Y QUÉ HARÁ JOE BIDEN…?

QUIÉN ES Y QUÉ HARÁ JOE BIDEN…?

MADRID-ESPAÑA  (especial para PrensaMareDonald Trump reinó por 4 años, generando increíbles reacciones destro del propio imperio anglosajón. Pero no debe olvidarse tampoco, que sus acciones fueron desastrosas para América latina.

Porque atacó sin miramientos a inmigrantes; deportó y separó familias; permitió el gatillo fácil a manos de los ultraderechistas; reforzó la Doctrina Monroe; apoyó indisimuladamente el golpe de estado en Bolivia; atacó de manera descarada a Nicaragua y Venezuela; forzó al FMI para que le diera un fabuloso crédito a Argentina, para intentar lograr la reelección de Mauricio Macri; apoyó ataques de mercenarios en Venezuela; ignoró la criminalidad de las fuerzas de seguridad en Chile; respaldó la gestión del ecuatoriano Lenin Moreno; apoyó a Jair Bolsonaro; hizo perseguir opositores en países centroamericanos…

Más no se ha podido pedir. Pero también es bueno recordar que en la mayoría de todas estas acciones, los demócratas fueron silenciosos acompañantes (¡).

Ante esta realidad la pregunta es: Joseph Biden será menos perjudicial para América latina que lo que fue Trump…?

Y la conclusión es sencilla y rápida si se tienen en cuanta su trayectoria por décadas. Biden no va a mejorar en nada las relaciones, excepto desde lo verbal.

Al producirse en abril de 1982 la guerra de recuperación de las Islas Malvinas por parte de Argentina, Biden fue un aliadísimo contundente de los británicos. Fue así que ante la prensa declaró por esos días: “Mi resolución busca definir de qué lado estamos y ése lado es el británico. Los argentinos tienen que desechar la idea de que EEUU es neutral”.

El (seguro) futuro presidente estadounidense se desempeñó como senador entre 1973 y 2009. Nadie que no garantice los intereses imperiales de dicha potencia puede permanecer así porque sí, 36 años (¡) en semejante poderoso cuerpo legislativo.

Cuando se produjo el criminal ataque e invasión de EEUU a Irak en 2003 (decisión del presidente republicano de George Bush Jr), Biden fue un puntal respaldando dicho accionar.

Era –nada más y nada menos- que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, y se encargó que los 18 expertos que analizarían el tema de la acción militar estuvieran… todos a favor de la invasión.

Desde el senado fue un defensor de las mentiras sobre la supuesta existencia de armas de destrucción masiva y la presencia de Al Qaeda en Irak. En otras palabras, Biden es un cómplice de una situación que hasta el momento no encuentra solución en suelo irakí y sigue produciendo muertes.

Además, fue un defensor de la presencia e injerencia de su país en Sud América al respaldar el Plan Colombia. Asimismo, se lo sindica con estrechísimos lazos dentro de la poderosa DEA (organismo de EEUU que se dedica al tema del narcotráfico en el mundo).

En plena campaña electoral del 2020 se mostró preocupado porque 545 niños fueron separados de sus padres (inmigrantes). Claro que tanto él, como la prensa que difundía su “preocupación” olvidó aclarar que esas jaulas para humanos fueron construídas por… el presidente Barack Obama, cuando él era su vicepresidente (¡).

Ello sin olvidar que años atrás se había manifestado públicamente en contra del “peligro inmigratorio”.

Pero a sus antecedentes debe sumar la actualidad, la realidad. Porque Trump deja su herencia, que no es poca

Guste o no, a este personaje se le ocurrió ‘sacudir’ el país con sustanciales cambios internos pretendiendo poner fin a una normalidad que el establishment estadounidense había construido por décadas y que logró imponer en el mundo capitalista.

Bueno, Trump decidió romper con ello y deja su herencia. Por empezar: polarizó a la sociedad; aumentó el odio contra latinos, inmigrantes, negos y minorías; aniquiló los avances logrados en la relación con Cuba; rechazó el Acuerdo de París (sobre cambio climático); rompió unilateralmente el acuerdo nuclear con Irán; rompió relaciones con la OMS (Organización Mundial de la Salud); reforzó la alianza con Israel; no fue indiferente al Brexit que sacó a Inglaterra de la Unión Europea; se retiró de la UNESCO; alentó la derechización en Latinoamérica; pretendió debilitar al OTAN; atacó a la ONU; destrató al G7…

Y hubo más: re-estructuró el acuerdo de libre comercio con México y Canadá; apostó por desactivar la OMC (Organización Mundial del Comercio); retiró a EEUU de Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), entre EEUU y la Unión Europea; canceló el Transpacífico (TTP); apostó por debilita a la Unión Europea; convirtió a China en “el” enemigo del país y de occidente; impuso (pro primera vez en la historia) a un presidente estadounidense al frente del Banco Interamericano de Desarrollo…

Lanzó el engañoso “acuerdo del siglo” para beneficiar a Israel en contra de los países árabes; decidió acordar con los talibanes de Afganistán (intentando –sin éxito- reducir la cantidad de tropas en dicho país); pretendió forzar al Pentágono a retirarse de Irak y Siria...

Todas estas acciones en apenas 4 años han sido suficientes como para dejar una herencia de la que Biden no se sabe hasta qué punto podrá eludir o hasta que punto podrá re-diseñar.

Pero quizás lo más importante es que dentro del propio occidente ya se han comenzado a dar cuenta que EEUU ha dejado de ser el líder que los conducía. Que su importancia hoy solo se mantiene en sus armas y tropas repartidas por todo el mundo. Está claro que el tan rechazado multilateralismo que Washington rechaza a rajatablas, se ha ido reforzando “gracias” a Trump.

Frente a esta realidad, nadie sabe qué hará Biden. Si intentará recuperar los ‘tiempos idos’, o si aceptará estas consecuencias y solo buscará “estabilizar” al país a nivel interno y mundial.

Lo cierto es que históricamente las políticas demócratas (como las republicanas) nunca han sido afines a los intereses de las naciones americanas. El tema es que en esta oportunidad se comienza a observar que EEUU, ya no es lo que era…